Hace pocos años, hubo en Cuba una oleada de youtubers. Muchos jóvenes, altamente influenciados por los contenidos foráneos que recibían en el paquete, se lanzaron a mostrar sus vidas, contar chistes, dar consejos… grabarse en video y subirlo a las redes. Este entusiasmo fue, en la mayoría de los casos, efímero: de aquellos «pioneros» hoy no se mantienen muchos haciendo lo mismo.
Desde poco antes de 2020, los podcasts (audios disponibles para ser descargados y/o escuchados, similares a programas de radio) despertaron cierto interés en usuarios de la mayor de las Antillas. Luego, el aislamiento social a causa del coronavirus hizo que varios tuvieran historias para contar y se sumaran al fenómeno del podcasting. No negamos la existencia de programas previos, pero coincidirán con nosotros en que lo de este año ha sido una explosión.
En medio del actual panorama, apareció Carlos Lugones, joven espirituano de 26 años. Era solo un consumidor de contenido, graduado de la Universidad de Ciencias Informáticas y apasionado programador desde edades tempranas.
En entrevista con Cubalite nos contó que cierto día, mientras escuchaba un episodio, oyó hablar de la “podcastósfera cubana” y, de pronto, “todo el mundo quería tener su propio podcast”, acción que describió como un “caos total”.
En ese instante, y con la intención de poner orden al nuevo ecosistema, Carlos dejó de ser un mero oyente para convertirse en el creador de la primera plataforma de podcasting cubana, publicada en marzo de 2020. “Yo sentí la necesidad personal de tener todo en un mismo lugar. Comencé a recopilar los podcasts uno a uno y colocarlos en un mismo sitio. Inició como una cuestión de gusto propio que ha resuelto la inquietud de otras tantas personas”, nos comentó. Al inicio se llamó Podcats cubanos y luego se abrevió a CubaPod.
Twitter fue el primer espacio. Luego llegó Telegram. “La tarea de subirlos manualmente se me hacía imposible –debido a esa furia de nuevos programas- y me hice un sencillo bot –programa informático– con esa función, para que hiciera el trabajo por mí”, detalló.
Esta iniciativa utilitaria dio un salto cualitativo y, además de ofrecer un listado de podcasts cubanos, se conformó un directorio en un sitio web. Gracias a las habilidades informáticas de Carlos, la página de CubaPod agrupa por temáticas (tecnología, deportes, noticias, comedia, arte) cada uno de estos programas que, hasta el momento de nuestra entrevista, rondaban los 83 y reunían más de 1140 episodios.
Cuando el flujo de trabajo creció, Lugones comenzó a integrar a otros compañeros (ingenieros, community managers, lingüistas, conforman este proyecto que cuenta con la ayuda de Ernesto Acosta, “sobre todo en infraestructura, hosting e identidad visual; sin él no existiría la plataforma”).
“Nuestro equipo se encarga de buscar nuevos podcasts, contactar con los creadores, hacerles saber que existe la plataforma, aunque muchos se suman por sí solos”. En su web existe un formulario que el interesado puede rellenar para subir su propio contenido. “Mientras sea hecho por cubanos, dentro o fuera de Cuba, y posea al menos un episodio, tiene el derecho a formar parte”.
La estadística también es una cuestión con prioridad en este proyecto. En la categoría de Datos y cifras, constantemente se actualiza la cantidad de contenidos agrupados. “Uno de los principios que perseguimos es la transparencia. Nos gusta que se vea cómo crece CubaPod en tiempo real y gracias al esfuerzo de todos”.
Si de crecimiento y metas se trata, este equipo se ha propuesto, con el fin de “convertir el podcasting en parte permanente de la realidad mediática cubana”, llegar a agrupar mil podcasts. Al momento de redactar este texto se encontraban cerca del ocho por ciento de su objetivo.
Este propósito Carlos no lo ve imposible. “Está más cerca de lo que podemos imaginar”. El mayor reto es “llegar a las personas que todavía no saben lo que es un podcast, a aquellos a los que consumir este medio les puede aportar muchísimo y a los que seguro sentirán la necesidad de expresarse y encontrarán aquí un camino”.
Otro de los logros de la iniciativa es que los creadores de contenido se conozcan entre sí, que descubran qué hacen otros, se documenten, aprendan técnicas y tutoriales. Cuentan con un blog donde publican información útil, buenas prácticas y consejos para principiantes y para lograr una mayor efectividad con los programas.
¿A qué responde esta expansión de dicho formato en Cuba? Quizás al bajo consumo de datos, a la facilidad que tiene el usuario de poder escuchar los programas mientras puede hacer otras cosas. Carlos Lugones considera que pudiera ser un boom temporal, pero confía en el potencial extraordinario de estos contenidos “tanto para el que lo produce, como para el consumidor: se puede grabar desde cualquier lugar y con recursos mínimos. Todo el que se lo tome en serio y se lo proponga, seguirá adelante. Cada día surgen nuevas emisiones y representan oportunidades únicas de crecer y aprender”.
El proyecto gana seguidores cada día y muchos agradecen la iniciativa. Próximamente se espera una aplicación para móviles.
P.D: Llégale a CubaPod en Telegram. En esta propia aplicación puedes utilizar su bot para acceder de forma personalizada a los contenidos. También puedes caerle por Twitter.
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