A pesar de la compleja situación por la que atraviesa, Venezuela tiene este año su Liga de Béisbol Profesional. Y pensar que uno de los circuitos más competitivos del invierno caribeño tambaleó durante buen tramo por la cuerda floja y no eran pocos los que pensaban que no resistiría los embates. Pero, a fin de cuentas, la liga rentada de ese país tuvo vida a partir de ayer —que es lo importante— con sus ocho equipos, los cuales salieron a buscar la corona de uno de los campeonatos menos cualitativos de la pelota morocha en los últimos 25 años.
El bajón de calidad se debe a las sanciones establecidas por Estados Unidos al gobierno de Nicolás Maduro, algunas de las cuales impidieron la presencia de peloteros asociados a las Mayores en el circuito de ese país. Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), perteneciente al Departamento del Tesoro, orientó a las Grandes Ligas no autorizar la participación de exponentes venezolanos de ese nivel ni de prospectos de Ligas Menores en la edición que arrancó este martes.
El torneo que recién comienza tiene un programa competitivo de 43 encuentros por conjunto —20 menos que la versión de 2018— y los aficionados miran con recelos una temporada que está llamada a tener un espectáculo no muy favorable. Todo es cuestión de lógica, ante el triste panorama que vive Venezuela y su liga, los jugadores que animan el torneo, sin vínculos con organizaciones de la Gran Carpa, no tienen la calidad de otros activos, que de no existir semejantes sanciones y medidas, hubiesen intervenido.
Para tener una idea de lo crítico de la situación, por primera vez desde hace muchísimos años, la Liga Venezolana profesional no contará con peloteros de Estados Unidos, los cuales se involucraron tan pronto como en el certamen inicial, en 1946. Igualmente, no son pocos los jugadores estadounidenses con capítulos dorados en la MLB que, a lo largo de la historia, han aportado su calidad al circuito venezolano.
En medio de esa crisis, siete peloteros cubanos aprovecharon la coyuntura y se sumaron a los 48 extranjeros que tienen la compleja encomienda de darle caché a la liga. Ellos son los matanceros Julio César González y Yadir Drake, los habaneros Yosmany Guerra, Francisley Bueno y Hassan Pena, el villaclareño Yordanis Linares y el pinareño Osniel Madera, todos con más de una temporada en la Serie Nacional y con experiencia en, al menos, una liga profesional.
González, de 25 años, permaneció en tres Series Nacionales y antes de comenzar la actual, su nombre estuvo sonando un poco entre los que pretendían reinsertarse al sistema deportivo de la Isla, algo que nunca ocurrió. Jugador de cuadro mayormente, en la temporada pasada estuvo en tres encuentros con los Tiburones de La Guaira (average de .333) y en esta ocasión representará a los Navegantes de Magallanes.
Mientras que su coterráneo Drake, un atleta de 29 años que defiende los jardines y jugó dos campañas con los Cocodrilos, está por tercera ocasión en la pelota morocha, esta vez con los Tigres de Aragua, elenco que lo adquirió hace tres años —en 2017 jugó con los Tiburones de La Guaira. Con vivencias en el principal circuito nipón, viene de militar con los Sultanes de Monterrey en la Liga Mexicana.
En el caso de Guerra, infielder oriundo del municipio del Cotorro y con cinco campañas con Metropolitanos e Industriales, es el segundo más veterano del grupo de cubanos, con 36 años. Con una amplísima hoja de servicios en diferentes torneos rentados —en los últimos años en Nicaragua durante el invierno—, «El Congo» se está estrenando en Venezuela, después de rendir para los Tigres de Quintana Roo en el verano.
En tanto Linares, jardinero de 30 abriles con experiencia en tres Series Nacionales y dos Series del Caribe —una con los Leopardos villaclareños y la otra con las Águilas de Mexicali en 2017—, también se estrena en la Liga Profesional venezolana, en este caso con los Cardenales de Lara, como reemplazo del colombiano Tito Polo. Linares este año registró buenos números como compañero de Guerra en el circuito veraniego azteca.
Francisley Bueno, el único del grupo con experiencia en Grandes Ligas y el más veterano, con 38 almanaques, después de once temporadas en la Liga Profesional de República Dominicana, estará debutando en el béisbol morocho, con los Caribes de Anzoátegui. El lanzador zurdo trabajó en cinco Series Nacionales, con 25 triunfos y 22 derrotas y promedio de carreras limpias de 3.46.
Por su parte, el utility vueltabajero Madera, declaró a Cubalite que tenía contrato con los Caimanes de Barranquilla, en Colombia, pero por dificultades con algunos documentos tuvo que desistir de esa oportunidad y acordar con los Bravos de Margarita, organización a la que debe unirse entre hoy y mañana. De 34 años y 10 contiendas en Cuba, el hijo de Lázaro Madera retorna a Venezuela, luego de estar en 2017 con los Tigres de Aragua. Este año intervino en la Liga del Norte de México con una destacada actuación defendiendo a los Freseros de San Quintín.
Por último, uno de los mejores cerradores de la historia de la Liga Venezolana, el capitalino Hassan Pena, regresará a este circuito con los Tiburones de La Guaira, no sin antes cumplir una sanción de 25 juegos por violar el Programa Antidopaje del torneo, noticia que trascendió en marzo de 2018. Con dos campañas con Industriales y Metros en la Isla, el taponero de 34 años estará en su sexta edición, pues antes se desempeñó con los Navegantes (cuatro temporadas) y con las Águilas de Zulia. En 2019 quedó campeón con los Algodoneros de San Luis en la Liga del Norte de México.
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