En los primeros días de este año, conversé rápidamente con el jugador Raikol Suárez Bermúdez, luego de ver su nombre en la preselección de Cienfuegos para la actual Serie Nacional de béisbol. El lanzador tenía previsto regresar al principal torneo beisbolero cubano, luego de su última experiencia, en la edición 59 (2019-2020).
En ese entonces, me dijo que decidió volver después de que el preparador físico del equipo le explicó que en La Habana existía un programa diseñado para la rehabilitación de los brazos de los pitchers. No tenía nada que perder y emprendió un nuevo camino en su vida.
“Fueron seis duras semanas de entrenamiento, de tres a cuatro horas diarias. Vi que mi brazo empezó a asimilar la preparación y seguí adelante. Ya estoy culminando la séptima semana y mi brazo de lanzar está bien fuerte. Estoy esperando que nos convoquen a la preselección para empezar la preparación para la Serie.
“Todo surgió cuando retorné de España, a donde fui de vacaciones y no me vinculé al béisbol allá. Eso fue en 2019. Cuando regresé, apareció esa lesión que me obligó a irme del béisbol”, explicó Raikol hace cinco meses.
Varios días más tarde de nuestro intercambio, Cienfuegos anunció su nómina y Raikol no estaba. A la Serie 62 le quedan pocos encuentros para concluir su etapa regular y el serpentinero derecho nunca fue promovido. Le escribí, preocupado por su ausencia en este campeonato, y su respuesta fue efímera y contundente: “no, hermano, mi brazo ya no está bien”.
Por lo visto, es casi seguro que la carrera deportiva del atleta de 34 años haya terminado. Su paso por la Serie Nacional quedó en cinco temporadas (54, 55, 56, 58 y 59) y balance de siete victorias, 14 derrotas y cinco rescates. Además, logró efectividad de 4.74, 122 ponches y 88 boletos en 203 innings y realizó 19 aperturas.
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