
A veces las cosas no salen como uno las planea. Y está bien. Porque a veces, el plan B termina siendo mejor que el plan A. Eso es lo que está sucediendo con Jorlis Bravo, un joven de Holguín que hace unos meses estaba en República Dominicana soñando con las Grandes Ligas… y hoy está brillando en su primera Serie Nacional como si llevara años haciéndolo.
El sueño dominicano que no fue
En 2023, cuando apenas tenía 19 años, ya estaba considerado entre los mejores prospectos sub-18 de Cuba. Destacó en el campeonato nacional de la categoría y todo apuntaba a que tenía futuro. Mucho futuro.
Entonces, como otros tantos compatriotas, tomó una decisión: irse a Dominicana a inicios de 2024. El objetivo era claro: entrenar duro, crecer como jugador, llamar la atención de algún scout de MLB y firmar un contrato que le cambiara la vida.
Se preparó durante meses en una de las academias. Junto a él estaba Jorge Manzolo, otro pitcher holguinero que también buscaba lo mismo. Ambos fueron declarados agentes libres por la Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas. Todo parecía ir bien.
Pero… no pasó nada.
Los cazatalentos de las Mayores no se convencieron. Ni con Jorlis ni con Manzolo. Y así, sin contrato, sin oferta, sin ese sueño cumplido, el muchacho volvió a Cuba.
Imagínate eso. Regresar sin lo que fuiste a buscar. Con las manos vacías, pero con la cabeza llena de preguntas.
La vuelta a casa
Sin embargo, Jorlis no volvió derrotado. Volvió con otra mentalidad. «Voy a jugar con Holguín este año, si Dios permite. Ir a República Dominicana me enseñó mucho béisbol. Y me aportó en la mejora del físico, el swing y la fortaleza del brazo», declaró poco después de su regreso al periodista Nelson Alejandro Rodríguez Roque, de su provincia.
Ahí está la clave. No se lamentó. No se quedó estancado. Aprendió. Mejoró. Y decidió que si MLB no lo quería todavía, pues bien, Cuba lo iba a ver brillar.
Con 20 años cumplidos el pasado 15 de marzo, Jorlis mide 1.90 metros y pesa 86 kilos. Es un bateador zurdo muy rápido en las almohadillas, que puede moverse con solvencia por todo el diamante.
El regreso triunfal
De cara al torneo sub-23 que arrancó el 15 de junio pasado, Jorlis tuvo que lidiar con la burocracia de la Comisión Nacional. Fue autorizado a jugar apenas horas antes del inicio. Pero cuando le dieron luz verde… explotó.
En 43 turnos oficiales, bateó para .372, con porcentaje de embasado de .413 y slugging de .419. Conectó dos dobletes, empujó ocho carreras, se ponchó solo seis veces y recibió tres boletos. Nada mal para alguien que acababa de volver «sin nada».
Y ahora, en su primera Serie Nacional, antes de los juegos de este domingo, Jorlis Bravo tenía el cuarto mejor average de toda la liga: .419. Sí, leíste bien. En su debut.
31 hits en 74 turnos. Seis dobles, un triple, un jonrón, 11 bases por bolas, 16 carreras empujadas y solo cuatro ponches. Su OBP es de .500 y su slugging de .568. Números que hablan solos. Ahora mismo está en la pelea por el premio al Novato del Año.
Holguín tiene una joya. Y Cuba también. Este muchacho, que pudo haberse quedado lamentándose, eligió otra cosa: brillar donde está. Y vaya que lo está logrando.
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