¿Cómo será el primer espacio coworking en Cuba?

A Saily González ya te la presentamos en un trabajo anterior sobre una idea suya, FullGao:

FullGao, la red cubana de las buenas prácticas en Airbnb, Booking y Expedia

Ahora vuelve, pues la pandemia solo puso en pausa sus proyectos, pero ella ha sabido cambiar de estrategia. Apuesta por el coworking, una palabra bonita, que, aunque no sepas lo que significa, sientes que necesitas en tu vida.

Si recurrimos a “San Google”, en Comunidad Coworking lo definen como espacios colaborativos que generan sinergias. Saily, para explicarlo, utiliza las frases “espacio vivo” y “familia laboral” y propone un concepto basado en reinterpretaciones de los ya existentes y en su experiencia investigativa y vivencial.

Resumimos, por si no te ha quedado claro: es un espacio con condiciones para ayudarte en tu “misión emprendedora”; lugar a donde van varios emprendedores de diferentes proyectos, a trabajar cada uno en lo suyo, pero están en contacto porque los une un mismo sitio físico. “No es lo mismo trabajar con wifi desde la casa o un hotel que en el espacio coworking; ahí el emprendimiento se respira”.

¿Cuáles son las potencialidades del coworking? Antes de explicarlas, un comercial:

“¿Cansado de ir a sentarte, incómodo, solo con tu laptop en un parque con wifi a trabajar?, ¿agobiado cada vez que tienes que quedar con un nuevo cliente en una cafetería?, ¿cuando te reúnes con tu equipo en lugares públicos es incómodo manejar ciertos temas?… un espacio coworking es la solución”

• Puedes hacerte de una oficina para ti y para tu equipo;
• Económico, costos bajos;
• Gratuidades como el internet y sesiones de yoga y meditación;
• Posibilidad de reunirte “decentemente” con clientes, proveedores, etc;
• Tranquilidad para trabajar sin interrupciones;
• Distintos espacios para ofrecer talleres, conferencias (según Saily, muchos emprendedores formadores se cohíben de desarrollar este tipo de eventos para la orientación por la falta de un lugar con condiciones. “Si quieres ofrecer una conferencia en el espacio coworking tendrás que tener una licencia de repasador. Todo se hará bajo el amparo de la ley y en las categorías que se permita ejercer el trabajo por cuenta propia”. Más adelante planea colaborar con la red de emprendimientos de la Universidad de la Habana).

Según ella, otro gran potencial es la posibilidad de hacer networking, ampliar la agenda de contactos que es tan necesaria. Habla de su caso particular: Amarillo B&B, FullGao y el mismo Amarillo Coworking, su nuevo emprendimiento, surgen de esa agenda de contactos.

Otras ventajas: armonía entre coworkers, el hecho de complementarse unos a otros, fomentar una competitividad sana: no es que todos quieran ser los primeros, sino que todos sean competentes. “Tienes la posibilidad de preguntarle al de al lado si no entiendes algo y así crecemos todos”. Saily cita a Mario Ferrer, consultor de Marketing Digital y SEO, de quien ya te hemos hablado también: “juntos llegamos más lejos”. En el espacio habrá un responsable, además, de realizar actividades que unan a estos coworkers, como las sesiones de meditación en las mañanas y en las tardes las clases de yoga, así como los momentos para coffee break.

Esta es una idea que Saily ha tenido desde hace muchísimo tiempo, concretamente luego de sus experiencias en espacios de este tipo en Estados Unidos. “Yo me divertí mucho en uno enfocado en tecnologías creativas y 3D. La gente iba a inventar prototipos y aparatos. También estuve en otro más aburrido, tipo oficina, pero me gustó más el primero. Me gustan los ambientes que remitan menos a oficina y más a estilo de vida libre”. Esto último lo defino como el nuevo paradigma laboral del siglo XXI.

Entonces, si te contáramos lo que nos confesó Saily, quizás te parecerá una locura: el impulso para materializar su «quimera» llegó mientras fregaba los platos. En plena cuarentena, aislamiento social, y tecnologías mediante, trazó su plan. El negocio del turismo en el que se desenvolvía hasta antes de la epidemia era muy cómodo, rentable y seguro. No estaba en sus planes inmediatos lo del coworking, pero el momento llegó. Se decidió. Trabajó con planillas y herramientas que eran, según dijo, casi como llenar un crucigrama. Creó un modelo de negocio y un plan de más de 50 páginas y comenzó a socializarlo. Primero entre amig@s, luego llegó la asesoría jurídica de la mano de CubaEmprende y agradeció también el apoyo de Gina de la Fe Toledo.

Después tocó pensar en el lugar y la inversión, pues siempre creyó que sería costoso, pero ¡sorpresa! Ha puesto en marcha el primer espacio coworking de Cuba, con inversión cero. El lugar: Casa Brava, (ubicado en la calle 2, entre 23 y 21 en el Vedado, La Habana), sitio en el que previamente había realizado un taller de airbnb. Fue en la primera locación que pensó, pues su dueña, Lorelis, “está muy implicada, ve el desarrollo del país como una necesidad y algo que tenemos que potenciar desde dentro nosotros mismos, y siempre tiene tremendas ganas de colaborar y ayudar”.

Todos los servicios y las posibles formas de afiliación están también en la página de Facebook.

“Los servicios iniciales son tentativos, se apegan a lo que consideramos que son las necesidades del emprendedor. No son esquemáticos, todo el que quiera algo más, que lo proponga”, explica.

Los espacios de la casa se irán abriendo en función de lo que vaya surgiendo. “El patio es condición fundamental porque es una belleza, también un bar-café y las habitaciones. Tendrá un estudio para grabación de videos y podcasts, pensado para emprendedores que quieran desarrollen materiales de este tipo y que muchas veces no pueden hacerlo por no tener el equipamiento o no poseen dispositivos de calidad”.

En cuanto a la alimentación, comenta que también se enfocará en ofrecer un menú saludable. “Ser emprendedor es un estilo de vida que, para mí, tiene que ver con bienestar físico, mental y desarrollo profesional”.

Hasta el momento de realizar esta entrevista, varios se habían interesado por la propuesta de coworking de Saily. Dos de ellos, AffroRizos Gielet y Movica Magazine, requerían de un tipo de servicio que se adaptara a sus necesidades, espacios por horas y con determinada frecuencia semanal.

Aunque su mercado ideal considera que está en diseñadores y aquellos que laboran en el área de marketing, se halla abierta a todas las opciones. “Estoy disfrutando mucho esta adaptación a las necesidades del emprendedor cubano” que escaparon de su concepción inicial.

“Uno de los mayores retos que tengo es educar a la comunidad, porque la palabra es muy linda y el concepto se domina en cierta medida, pero las potencialidades y servicios que tiene aún se desconocen. Esto es una oportunidad para llevar los emprendimientos al próximo nivel, en un ambiente que los hace crecer”. Saily compara los emprendedores con los peces carpa que crecen de acuerdo al ambiente donde se encuentran: “si están en una pecera chiquita, se quedarán chiquitos, pero si están en un lago van a crecer enormemente”.

El primer coworking de Cuba apostará por la excelencia. Contará con trabajadores y personal de apoyo que tendrán, primeramente, vocación de servicios. “Los coworkers no son meros clientes que van a dejar su dinero, hay que generar un sentimiento de comunidad”. Habrá quien vele, incluso, por aquellos que prefieran trabajar en el turno de noche (este horario tendrá mejores tarifas y precios).

Se ha establecido una política de devolución total: “la cuota de afiliación o paquete de horas se paga el 50 por ciento al inicio y el resto al final, pero si algo no convence, se devuelve el dinero”.

Todavía no se manejan fechas de apertura. Saily confiesa que, si fuera por ella, abriría ya mismo. Tentativamente, a finales de junio o inicios de julio podemos pasarnos por allí ¡Habrá días de coworking gratuito!

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