Copa América, día 18: Gabriel Jesús, héroe atípico

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Gabriel Jesús fue de menos a más en el torneo. Foto: Diario Olé/ Twitter.

Gabriel Jesús buscaba una noche perfecta. Maracaná. Posibilidad de salir campeón de América. Posibilidad de ser el hombre del partido. Gabriel Jesús desborda en banda y envía un centro perfecto. Golpea abajo el esférico, mordido, con efecto. El balón gira en dirección contraria a la que avanza y ese efecto provoca que caiga antes de lo esperado y con menos fuerza. Clásico de los brasileños pegarle de esa forma. La zaga peruana contempla cómo el balón los sobrevuela y cae sin ningún apuro en el botín derecho de Everton. Ruge el Maracaná.

Perú busca el empate, pero carece de recursos. Su llegada a la final parece rocambolesca. Sus posibilidades de vencer, nulas. Empujan, presionan, buscan por las bandas, pero no logran conectar con Guerrero. Al parecer será un quiero-y-no-puedo. Hasta que Thiago Silva intenta cortar un centro y el balón le pega en la mano. Penal. Perú está vivo. Guerrero se coloca detrás del esférico y Brasil concede el primer gol del torneo ¡Qué momento Mañiñín!

Gabriel Jesús buscaba una noche perfecta. Maracaná. Posibilidad de salir campeón de América. Posibilidad de ser el hombre del partido. Gabriel Jesús recibe de Arthur. El del Barça recorrió varios metros con el esférico antes de dejar al nueve solo frente al portero. La definición es perfecta. Siempre que un mano a mano termine en gol, la definición es perfecta. Da igual cómo le pegue, si entra ajustada al poste o por el centro de la portería, si lo hace con suspense o en un instante. La definición es perfecta. Ruge el Maracaná.

Gabriel Jesús termina la noche soñada fuera del terreno. Faltan veinte minutos y el árbitro le saca la segunda amarilla. Ninguna de las dos es justa. Nadie en su sano juicio se lo puede creer. Perú ha presionado todo el segundo tiempo y ahora, con un hombre de más, es muy probable que caiga el empate. Gabriel Jesús está devastado, llora en el túnel. Si Brasil no gana, él será el nuevo villano.

Por suerte, nada ocurre. Brasil asfixia a Perú, no les permite jugar, y cuando tienen el balón, se dedican a conservarlo lejos de su área. Brasil incluso anota el tercero, de penalti. Gabriel Jesús, a pesar de la expulsión, puede disfrutar de su noche. Gabriel Jesús puede respirar tranquilo. Hoy le toca ser héroe, no villano.

P.D: Si quieres leer todos los textos que publicamos sobre la Copa América, pincha en este enlace.

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