Quien haya pensado que en la Liga Profesional de Béisbol de Panamá, Copa Iveco, el talento cubano fue descartado esta temporada, se equivoca rotundamente. Ante tanto bombardeo informativo sobre los antillanos en los torneos de República Dominicana, México, Venezuela y Puerto Rico y en menor medida en Colombia y Nicaragua, las actuaciones de los jugadores cubanos en la liga istmeña apenas han sido difundidas. Sin medias tintas, no he leído nada sobre los dos peloteros que allí compiten y eso que ambos lo han hecho bien en el incipiente campeonato.
Sus nombres son Ángel Rigoberto Cabrera, el más conocido por nuestra afición, y Alejandro Juvier, de menos bagaje en la pelota cubana. El primero es un pitcher que lanzó con Las Tunas durante cuatro temporadas y sus 111 salidas fueron siempre como relevistas, función en la que ganó 12 juegos, perdió 14, salvó 24 y en 174.1 episodios dio 88 boletos y 67 ponches. Mientras trabajó en la liga cubana, su punto fuerte fue la velocidad, en tanto el descontrol se presentó como su debilidad principal.
El tunero de 30 años en 2017 poseyó un pésimo debut con los Navegantes de Magallanes en la liga venezolana, después que en cinco entradas le conectaron 10 imparables y recibió cinco carreras limpias. Tras esa experiencia fallida, en diciembre se incorporó a los panameños Toros de Herrera y rápidamente devino hombre más seguro sobre el montículo de ese club, al que tributó dos éxitos, un rescate, promedio de limpias de 1.24 y 33 ponches en 29 innings.
Para la pugna por la corona, los Caballos de Coclé lo reclamaron como refuerzo e incidió en el primer lugar de ese equipo, con una victoria como abridor ante los Bravos de Urracá.
En la vigente contienda, iniciada el pasado 4 de diciembre, Cabrera se mantuvo con los Toros y ha tenido una presentación, como iniciador y vencedor, con excelente faena monticular de seis entradas, dos hits, un boleto y cinco ponches frente a los Bravos de Panamá Oeste, equipo derrotado 3-0.
Acompaña a Ángel Rigoberto en Panamá el infielder Alejandro Juvier, un jugador villaclareño de 22 años que no transitó por las Series Nacionales. Seleccionado por los Orioles de Baltimore en la decimoquinta ronda del draft amateur de 2014, Alejandro ya acumula cinco años en Ligas Menores con promedio ofensivo de .233, ocho jonrones, siete triples, 41 impulsadas y 283 hits.
El versátil atleta, quien le pidió matrimonio a su novia el 4 de julio de 2017 ante cerca de 7 000 aficionados, juega con las Águilas Metropolitanas en Panamá y promedia para .273 (22-6), con dos tubeyes y cuatro impulsadas. En su equipo aparece el dominicano Pedro Ciriaco, miembro de las Grandes Ligas por seis temporadas.
P.D: Este material se realizó antes de los partidos de ayer
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