Es difícil hablar de una industria de videojuegos en Cuba. Como la mayoría de países latinoamericanos, es más habitual que los desarrolladores de la Isla presten servicios a otras empresas y sus nombres no aparezcan, o su trabajo se limite a aspectos técnicos. No obstante, numerosos cubanos intentan crear un camino, buscar visibilidad y publicar sus productos. De momento, tal vez lo más conocidos son Conwiro y su producto estrella, La Pira; Jorge Sires (uno de las piezas fundamentales de Coliseum (2018, UCI)) con Almas Reencarnadas, entre muchos otros que buscan mostrar su trabajo de diferentes formas. Este es el caso de Luis Felipe Rubio Delgado, un joven de 19 años que publica en la plataforma itch.io.
Los videojuegos de Luife, su nick de desarrollador, pueden descargarse de forma gratuita. Sus obras son pequeñas, muchas veces pensadas para algún Game Jam, pero que en su corta duración transmiten una experiencia concisa o capturan las esencias de un género. En Go out with the mini uzi, el espíritu de shoot’em up está presente, aunque solo sea un mini maratón de bosses. En Help Between Worlds nos muestran unas mecánicas para que resolvamos puzles de plataforma; nos toca explorar y descubrir cuál es la mejor manera de emplear nuestras escasas opciones para ayudar a un niño perdido en el bosque. Además, cuenta con un final maravilloso que cierra de forma perfecta la historia.
También destaca Mecharacer, un multiplayer frenético de carros, con vista cenital, donde se enfrentan dos pilotos en una jaula de púas que se cierra a gran velocidad. Una de esas experiencias adictivas en las que siempre quieres una partida más para buscar revancha. O Hook Game, un acumulador de puntos sencillos que, con su pequeña introducción contextual y su carácter adictivo, nos roba más tiempo del que pensamos le dedicaríamos. Y The Legend of Pencil, con un estilo cercano a los primeros Legend of Zelda, es el único entre sus juegos que apuesta por una pequeña aventura que nos deja con la sensación de estar ante un demo, aunque cierra el capítulo que nos presenta a nivel narrativo.
Luis Felipe vive en Placetas, Villa Clara. Recién terminó el preuniversitario y comenzará a cursar la carrera Ingeniería Informática en la Universidad Central de las Villas. Me pareció que la mejor manera de conocer a Luife era a través de una pequeña entrevista.
¿Cómo empieza tu relación con los videojuegos?
“Empiezo desde muy pequeño con la PlayStation 1 a jugar MediEvil (1998, Guerrilla Cambridge), Crash Bandicoot (1996, Guerrilla Cambridge), Spiderman (2000, Neversoft) y otros títulos del amplio catálogo de la consola. Después, al tener una PC, jugué a Neighbours from Hell (2003, JoWooD, Relativity Play), varios de la serie de Detective, y juegos con un emulador de Nintendo 64. Años más tarde tuve la Play Station 2 y con ella God of War (2005, Santa Monica Studio), los Prince of Persia, entre otros. He jugado mucho, aunque mis favoritos son los de la saga Assassins Creed (Ubisoft)”.
¿Cómo la pasión por los juegos terminó en pasión por hacerlos?
“Desde pequeño me creaba historias, jugaba a ser diferentes tipos de personas que no era, creaba argumentos, como un juego de rol. No sabría decir si eso fue lo que me hizo, tiempo después, con el auge de internet en Cuba y mi pasión por la tecnología, investigar y descubrir que una sola persona podía hacer un juego con esfuerzo y dedicación”.
Tus obras transpiran muchos referentes. ¿Buscas intencionalmente que los jugadores sientan esos juegos con los que tú disfrutas?
“Todos los que he hecho han sido creados en poco tiempo para diferentes Game Jam o retos; siempre intento que sea un juego que me gustaría jugar a mí, de lo contrario no me sentiría cómodo haciéndolo. Intento que sean lo más puro posible y que transmitan lo que me hubiesen transmitido a mí si yo los hubiese jugado”.
A la hora de crear, ¿te propones que tus videojuegos tengan un cierre y no se sientan incompletos, aunque sean un endless runner o juegos de puntuar? Incluso The Legend of Pencil brinda toda una introducción y deja encaminada la aventura.
“Eso depende de si soy capaz de crear un juego con un inicio y un final y dura cinco minutos. No necesito añadirle más nada, no me gustan los rellenos. Legend of Pencil lo hice en tres días, y aunque está encaminado para hacer una historia muy amplia, no estoy seguro de si sería capaz de abordarla completa. Tampoco sé si en algún momento lo haría, pero me gustó mucho hacerlo. Si soy capaz de acabarlo en algún futuro, lo haré”.
¿Has pensado retomar alguno de estos minijuegos y ampliarlos?
“No, aunque me mantenga actualizándolos por tener algunos bugs. Siempre me vienen ideas a la cabeza, historia que quisiera contar de algún modo, y eso quizás me impide concentrarme en algunos proyectos, más cuando son de Game Jam, donde el código está un poco hecho rápido y tendría casi que hacerlo nuevo”.
Luis Felipe Rubio también tiene un canal en Youtube donde comparte sus experiencias como desarrollador y analiza pequeños juegos.
¿Qué te motivó a tener un canal en YouTube? ¿Crees que te ayudó a mejorar como desarrollador?
“El canal de YouTube ha sido una ventana para mostrar cosas que me gustan y compartir el proceso de cómo paso de no saber nada como desarrollador de videojuegos a crear y mostrar cómo los hago. No me considero ʿyoutuberʾ, ni ʿinfluencerʾ, aunque me gusta poner mi personalidad en lo que hago y ver si esto le gusta a los demás”.
Para terminar, Luife explica en qué proyecto está trabajando. “En estos momentos estoy desarrollando un juego que tendrá un corte profesional con todo lo que aprendido en este año. No pienso venderlo, por el hecho de no tener recursos para cobrar desde Cuba, y tampoco me gustaría hacerlo, para que fuera accesible para todo el mundo. Es un juego retro, lo estoy desarrollando solo. Espero que en este año al menos tenga una demo para enseñarlo”.
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