Las galletas de la suerte o de la fortuna tienen sus orígenes hace más de un siglo, pero fue el año pasado cuando apareció la primera marca que las produciría en Cuba.
El 2020 nos trajo muchos cambios, para bien y para mal, pero una de las cuestiones significativas fue la cantidad y variedad de emprendimientos surgidos en nuestra isla.
Uno de ellos, que, inevitablemente destaca en medio de un panorama permeado por otras iniciativas más comunes, es Casuarinas, antes Mafalda (problemas de derecho de autor llevaron al cambio). Su nuevo nombre le “pega” más: se asemeja a casual, y las galletas de la suerte tiene mucho de azar y sorpresa. Es, además, el nombre de un árbol -el preferido de Kenia, su creadora. Con las características de la planta también guardan similitudes: “ambas tienen lo mejor en el interior: las semillas y los mensajes. Las dos sirven para curar: una como infusión para la gastroenteritis; la otra es medicina para el alma”.
Su negocio se presenta así: “fabricamos galletas de la fortuna con mensajes y estuches personalizados para regalos y eventos ¡Creamos sorpresas!”. Esto nos dio mucha curiosidad y decidimos conocer qué hay detrás de esta novedad.
“Todo empezó hace más de un año. Estaba en casa de unos amigos y, de repente, empezamos a hablar de emprendimientos y a soñar con los proyectos que cada uno tenía o estaba logrando. Aquello me dejó una revolución de ideas que se perfiló hasta concretar que lo único capaz de unir mi pasión por la literatura y la cocina eran las galletas de la fortuna, porque, además, cuentan con el plus de funcionar para sorprender y regalar”.
Para concretar la idea, contó con el impulso de otros soñadores. “Mis amigas me empujaron y comenzamos a trabajar en una alianza maravillosa con @asdesuennos. Nuestras galletas vieron la luz el 2 de marzo del 2020 en la inauguración de la tienda de este negocio. Ese día estaban reunidos allí un montón de emprendedores, por lo que fue aún más emocionante, debido a que estaba pendiente de sus comentarios. La verdad fue que gustaron mucho”.
Si bien ese fue el estreno, lo cierto es que antes hubo mucho desvelo, ensayo y error. “Estuvimos tres meses practicando para dar con el punto que necesitaban. Es un proceso artesanal largo y de doble horneado”.
Ofrecen un producto único. “Desarrollamos un trabajo que busca que el cliente se sienta cada vez más cómodo con el diseño de su regalo. Puede personalizar los mensajes” (pero si no se siente creativo, tranquilo, poseen bancos de frases con disímiles temáticas para elegir: románticas, cumpleaños, de libros, proverbios, para niños, etc).
Confeccionar productos de este tipo es un arte tradicional, originario de Japón y no de China, como comúnmente se cree. Con esta versión criolla, “deseamos rescatar todo el valor que aportan como regalo y como sorpresa. Trabajamos para diversificar los sabores, aunque las galletas sean originalmente de vainilla”.
En una rápida ojeada a sus redes sociales, observamos:
–Evolución: de pomitos de cristal o bolsitas de nylon pasaron a emplear envases personalizados con los más variados diseños. “El cliente puede preferir un diseño único o escoger entre estuches estándar para ocasiones especiales”.
–Retroalimentación: a la que otorgan mucha importancia. “Ha sido muy bonita la manera en que hemos conectado con nuestro público. Nos explica cómo se sienten con el proceso de diseño y luego nos dan su opinión al entregar o recibir el regalo”.
“Nunca se me olvidarán algunos momentos súper emotivos: el video que recibimos de un niño y su cara de sorpresa al descubrir que dentro había un mensaje, y que la galleta conocía el apodo que su familia le decía… o cuando dentro de una había un anillo de compromiso, y el novio, por supuesto, dijo que sí”.
Desde Casuarinas les encantan los encargos especiales, esos que representan un reto y los ponen a correr. Son, además, la prueba de que es posible apostar por ideas novedosas y hacerlas del agrado del público. La clave está en soñarlas.
A punto de cumplir su primer aniversario, estuvieron cerrados, pero solo se hallaban “cocinando” nuevas ideas. Volvieron con más ímpetu. “Tenemos muchos proyectos, algunos ya en marcha. Estamos trabajando en aras de crear una alianza con un emprendimiento maravilloso (aunque no puedo adelantar aún, porque estamos diseñando). Nos hace muy felices poder lograr ser más ecológicos y sustentables y que estos sean partes de nuestros valores agregados. Vivimos momentos complejos, pero nada va impedir que los cumplamos, como dice un mensaje en una de las galletas: «Siempre parece imposible… hasta que se hace (Nelson Mandela)».
“Solo deseamos que nuestros clientes sientan que regalar galletas Casuarinas es una de las mejores maneras de sorprender a las personas que consideran especiales en sus vidas”, resume Kenia. A nosotros no nos queda más que invitarlos a vivir esta experiencia.
P.D: Si quieres contactarlos, puedes hacerlo a través de:
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