En el mundo del cómic hay pocos personajes con categoría de leyendas absolutas. Superman, el primer gran superhéroe de la historia, y Spider-Man, piedra angular de Marvel desde hace décadas, están en esa lista, pero aún con el enorme pedigrí que los precede, ambos deben inclinarse ante el legado de Batman.
El Caballero Oscuro, creado por Bob Kane y Bill Finger en 1939, ha sido reimaginado para el cine y la televisión en incontables ocasiones, casi siempre con una mezcla de calidad y éxito que ha contribuido a que el personaje tenga un halo de infalibilidad casi mitológico.
Justo cuando nadie esperaba tener nuevas noticias suyas, el pasado 1 de agosto llegaron a Amazon Prime Video los diez primeros episodios de una nueva propuesta de animación, inspirada en las aventuras del héroe de Ciudad Gótica.
Batman: Caped Crusader es una serie desarrollada por Matt Reeves y J. J. Abrams junto a un viejo creador asociado a la marca como es Bruce Timm, principal artífice de shows antológicos de la talla de Batman: The Animated Series (TAS; 1992–1995), The New Batman Adventures (1997-1999) y Batman Beyond (1999-2001), así como de filmes de este mismo formato, como son Batman: Mask of the Phantasm (1993), Batman: Under The Red Hood (2010), Superman/Batman: Apocalypse (2010) y The Dark Knight Returns (2013), entre otros.
La intención del equipo creativo fue ofrecer una reinvención del mito del vigilante murciélago con claras influencias del noir, o cine negro. El viaje de turno es un regreso a los orígenes: asistimos a un relato fundamentalmente detectivesco y realista, enmarcado en los años 40 del siglo pasado, pero que también se nutre inteligentemente de algunas historietas editadas en décadas posteriores, hasta los 60.
Esta vez estamos ante un Bruce Wayne/Batman ‒con la voz de Hamish Linklater (Midnight Mass)‒, que vive su etapa inicial como justiciero, con todo lo que ello conlleva. Implicado hasta la obsesión en su meta de “limpiar” la ciudad, el joven, ayudado por el incondicional Alfred Pennyworth (Jason Watkins), irá creciendo mientras va forjando sus primeras enemistades y alianzas con personajes como La Pingüina (Minnie Driver), Selina Kyle/Gatúbela (o Catwoman, si así lo prefiere; Christina Ricci), Basil Karlo/Clayface (Dan Donohue), el comisionado James y su hija Barbara Gordon (Eric Morgan Stuart y Krystal Joy Brown), la doctora Harleen Quinzel (Jamie Chung) o la detective Renée Montoya (Michelle C. Bonilla).
El estilo de animación se acerca mucho a lo que vimos en TAS o Beyond, con una diseño simple, elegante y fresco, que resulta igualmente efectivo para sacar adelante un proyecto cuyas principales fortalezas están en la llamada “galería de villanos” que ha ido acopiando el señor Wayne desde que apareció por primera vez en los Detective Comics.
La introducción de antagonistas como Pingüino (con cambio de sexo incluido), Clayface, Dos Caras, Harley Quinn, Catwoman y el guiño al infaltable Joker (Guasón en Latinoamérica), es de los elementos que eleva el caché de la propuesta. Bien es sabido que una historia es tan buena como sus “malos”, y aquí Timm, Reeves y Abrams hacen valer esa máxima, dando bastante tiempo de cámara a un grupo de caracteres de gran riqueza, lo mismo que entregan a la chica Gordon o a la agente Montoya, dos del bando “bueno” que también están llenas de “jugo narrativo” para aprovechar.
Y, ojo, que el reparto sea un poco más coral no hace que Batman deje de ser la gran estrella. La evolución de Bruce y su alter ego son otro leitmotiv de la serie, que construye el arco de desarrollo del personaje de la mano de sus “acompañantes”, como ha sido tradición a lo largo de sus diferentes historias en cualquiera de los formatos existentes.
El storytelling de Caped Crusader sigue esa tradición del “misterio de la semana” que inmortalizaron clásicos del misterio como Scooby-Doo o Columbo. No obstante, con el paso de los capítulos se percibe la construcción de un argumento más abarcador a lo largo de la tanda de capítulos, una tendencia más actual que busca construir historias complejas que trasciendan al conflicto episódico.
A diferencia de la mayoría de predecesores, el tono de este material es mucho más crudo y maduro. Sin llegar nunca a exponer una violencia excesiva, aquí tampoco le temen a mostrar asesinatos a sangre fría, criminales despiadados y multidimensionales, así como tramas que aportan profundidad y verosimilitud a héroes y villanos por igual.
En cuanto al elenco de voces, el trabajo de Linklater lo lleva a honrar el legado de otros actores que se han convertido en el Cruzado Enmascarado, destacando entre ellos al ya desaparecido Kevin Conroy, quien actuó en nada menos que 14 filmes, 16 series y 13 videojuegos; y también a Jason O’Mara, debutante en Justice League: War (2014) que luego regresaría al rol en más de diez largometrajes animados.
Además de este, el reparto está prestigiado por estrellas de la talla de John DiMaggio (Det. Harvey Bullock), Gary Anthony Williams (Det. Arnold Flass), Diedrich Bader (Harvey Dent/Dos Caras), Bumper Robinson (Lucius Fox), Toby Stephens (Jim Craddock/Caballero Fantasma), David Krumholtz (Fletcher Demming) y Haley Joel Osment (Anton Night), por solo citar algunos de los nombres más importantes.
Batman: Caped Crusader es un show con su propia identidad, que no busca usar en vano la marca del murciélago ni abusa del llamado fan service para atraer a su audiencia. La intención de sus creativos ha sido presentar, sin prisas, una historia con mucha personalidad y poner en valor a sus personajes, algo que ha caracterizado a todas las iteraciones del enmascarado.
De momento se desconoce si este audiovisual regresará con una segunda temporada, aunque lo más probable es que sí. Aún con terreno para crecer, bien podríamos estar frente a un clásico en ciernes, que se sume a la maravillosa biblioteca de adaptaciones de uno de los héroes más célebres del cómic mundial.
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