En el transcurso de sus 10 Series Nacionales, Arleys Sánchez de la Cruz tuvo oportunidades de integrar seis equipos Cuba. Pudieron ser más, es cierto, de no haber coincidido con varios estelares lanzadores zurdos. Arleys recuerda un momento de su carrera deportiva en el que iba a entrenar solo en las noches al estadio Ciro Frías, cerca de su casa en Arroyo Naranjo. La gente pensaba que él estaba loco. Por ese tiempo ganó 12 juegos, acudió al Torneo de Rotterdam 2007 y fue el mejor pitcher de su mano.
Las locuras de entrenar de noche valieron la pena y no solo por su actuación en el certamen holandés. Ese propio año, el joven de Barrio Azul se incluyó en la selección nacional que acudió a la Copa Mundial de Taipei de China. Él, los cienfuegueros Adiel Palma y Norberto González, el holguinero Aroldis Chapman y el camagüeyano Elier Sánchez, eran los pitchers zurdos del conjunto cubano.
“Sinceramente y, modestia a un lado, si lanzara en esta época, me hubiese cansado de integrar el equipo Cuba”, dijo a Cubalite el pelotero capitalino, quien reside en Italia desde finales de 2016. Allí llegó luego de conocer a su esposa, con quien tiene dos hijas.
Desde que arribó a ese país europeo se vinculó al béisbol, a través de una sociedad pequeña, donde trabajó con los lanzadores jóvenes. El resultado de sus enseñanzas se ha visto mediante varios serpentineros que han escalado a los principales circuitos italianos y otros dos que han representado a dicha nación en categorías menores.
A pesar de una lesión que todavía arrastra, el jugador nacido el 5 de junio de 1983 en Guantánamo (a los cuatro años, junto a su madre, se trasladó a La Habana) nunca perdió la voluntad de probar su experiencia en alguna liga italiana, por tanto, en 2019 fue uno de los exponentes de los Atléticos de Bologna (el equipo en otros campeonatos del liseño Frank Montieth), club de Serie A1.
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“Sabes como somos los cubanos, con esos deseos de seguir luchando, de competir. Por lo menos a mí me fue muy difícil de quitar y recibí la oportunidad de trabajar con los Atléticos y tuve algunas presentaciones. Clasificamos a los playoffs incluso”, aseguró Arleys, quien también ha trabajado en una agencia de seguridad para eventos especiales, pues solamente del béisbol nadie puede vivir en Italia.
La última competición del capitalino con el uniforme del team Cuba fue el Mundial Universitario en Tokio, Japón, en 2010. Un torneo extraordinario, dijo, pues participaron muchos peloteros jóvenes con enorme talento que después estuvieron o están en las Mayores como Gerrit Cole o Jackie Bradley Jr, rivales de los cubanos en la final ganada por las huestes del villaclareño Eduardo Martín. En esa justa, Arleys se anotó un triunfo como relevista frente al fuerte conjunto local.
“Aquí, a menudo, les enseño las fotos a los alumnos de mi experiencia en esa justa y en otras que participé. Es un orgullo para cualquiera haber coincidido con esas estrellas de otros países y de Cuba, que luego pusieron bien alta la calidad de nuestro béisbol en Grandes Ligas, como José Dariel Abreu, Odrisamer Despaigne, Aledmis Díaz, Yoenis Céspedes, Leonys Martín, Héctor Olivera, Miguel Alfredo González y otros que todavía brillan en ligas de nivel, como Henry Urrutia en México”.
Según él, cometió un gran error después de regresar con la medalla de oro de ese certamen: descansó demasiado cuando se acercaba el inicio de la próxima Serie Nacional. Intentó apresurar los entrenamientos y se sintió una lesión, de la cual no se pudo recuperar nunca, a pesar de ser intervenido quirúrgicamente en el hospital Frank País y cumplir con la etapa de rehabilitación. Trató de lanzar en la Serie 51, pero su actuación fue breve, pues el dolor ya era crónico y decidió ponerle fin a su carrera.
“Yo soy de los que ama este deporte, me hizo y me hace muy feliz. Por eso, cuando tomé la decisión de no jugar más fue muy complejo para mí. Eso que dicen que los hombres no lloran, es un cuento; cuando vi que no podía más fue como caer en un pozo oscuro del que no podía salir. Recuerdo que en la casa parecía un niño recién nacido llorando en los brazos de mi madre y ella conmigo”, expresó quien nunca conformó conjuntos nacionales en categorías menores.
Luis Suárez, otrora entrenador en la EIDE Mártires de Barbados, le dijo un día, jocosamente, que todavía se conserva su récord de pelotero más pequeño en ingresar a esa escuela, con 1.38 metros.
Se pudiera decir que es algo raro que un lanzador como Arleys, sin credenciales en los juveniles con la selección cubana, debutara con Industriales y durante toda su carrera lanzara con los Leones. Lo más sensato, dirán algunos, hubiera sido que iniciara con los desaparecidos Metropolitanos, un conjunto escuela para numerosos peloteros que comenzaban en la Serie Nacional.
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“Te soy sincero, pensé que debutaría con Metros. Sin embargo, un día escuchando la COCO, pues luego de la Serie Provincial darían a conocer los equipos de Industriales y Metros, oí que estaba en la preselección de los Azules. Con toda mi familia reunida, les prometí que haría lo imposible por quedarme en el equipo. También les dije, bromeando, que sería el Novato del Año y después estuve cerca”.
A la sazón, contó Sánchez, existían alrededor de diez pitchers aspirando a la única plaza restante en el cuerpo monticular de Rey Vicente Anglada. Entonces comenzó a practicar un agarre en la bola: veía que el lance hacía un efecto poco usual y los bateadores se sentían vulnerables. Ese lanzamiento lo acompañó durante toda su carrera deportiva. Él lo ve como su amuleto.
En 21 entradas en la preparación no le hicieron carreras y finalmente integró el elenco azul en la temporada del 2002, la misma en la que Industriales ganó con récord de triunfos (66) para una etapa clasificatoria.
“Anglada le daba muchas oportunidades a la juventud y recuerdo que en el primer partido del campeonato me puso a lanzar. Era uno de los cerradores del equipo y mi primer salvamento ocurrió contra la Isla de la Juventud en el estadio Cristóbal Labra, y mi primer triunfo, ante Granma en el Mártires de Barbados. Durante todo el torneo estuve luchando por el premio de Novato del Año con Maicel Díaz y el granmense Yordanis Samón, quien fue el galardonado”, declaró Arleys, alguien que se siente privilegiado por ser cuatro veces campeón nacional (estuvo en cinco finales) con los Leones y reconoce que la corona de 2010 es su preferida, por lo disputado del duelo final ante Villa Clara (abrió el primero, el cuarto y el séptimo y último choque).
Al concluir ese partido decisivo le otorgaron la llave de su actual vivienda en Cuba. “Fue el premio a una carrera de tanto amor y sacrificio por el béisbol”.
*Esta entrevista fue publicada en junio de 2020.
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