El domingo en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, comenzó una nueva edición del Campeonato Mundial de Judo, que en esta ocasión recibe a 658 atletas (349 hombres y 309 mujeres) de 107 países, quienes pelean por 14 juegos de medallas (siete divisiones en cada sexo).
Para la justa, en representación de Cuba aparecieron inscritos Jonathan Charón (60 kg), Orlando Polanco (66 kg), Iván Felipe Silva (90 kg) y Andy Granda (+100 kg), además de las féminas Aleanny Carbonell (52 kg), Maylín del Toro (63 kg) e Idalys Ortiz (+78kg).
Otros cuatro nacidos en la mayor de las Antillas también asisten al certamen planetario, pero en defensa de otras naciones. Ellos son Asley González (100 kg) y Amanda Zuaznábar-Torres (63 kg), quienes visten los colores de Rumanía; María Celia Laborde (48 kg), integrante de la delegación estadounidense; y Ana Laura Portuondo (+78 kg), exponente de Canadá. A continuación te comentamos sobre las trayectorias de cada uno.
Ana Laura Portuondo
La nacida en 1996 llegó a Canadá junto a su familia a la edad de tres años y un lustro más tarde ella y su hermana Adriana empezaron a practicar judo. Pronto comenzó a hacerse de un nombre en la escena nacional y después llegó a participar en eventos que la midieron ante varias de las mejores atletas de la región continental y del planeta.
En su palmarés se incluyen dos preseas doradas en Abiertos Panamericanos (2015 y 2023), tres plateadas (una en el Abierto de Casablanca 2014, otra en el Abierto Panamericano de Santiago 2015 y la más reciente en el Campeonato Panamericano y de Oceanía efectuado en abril de este año en Brasil) y ocho de bronce (destaca entre estos el tercer puesto en el Mundial Juvenil de 2014).
Regresó a finales del 2023 a la actividad del máximo nivel luego de estar seis años alejada debido a conmociones cerebrales. Antes, un hecho lamentable marcó su carrera: fue suspendida por dopaje luego de dar positivo por salbutamol, el medicamento que le habían recetado para tratar su asma.
Según contó ella misma en un texto de su autoría, publicado en la web de Radio Canadá, Judo Quebec, la organización rectora de ese deporte en el territorio donde ella reside, fue quien la ayudó para buscar un toxicólogo y un abogado con el fin de apelar a la sanción.
Firmó a regañadientes un documento mediante el que se declaraba culpable para que el castigo se aplicara con carácter retroactivo y comenzara a contarse desde mayo de 2015, cuando se tomó la muestra que resultó positiva. Lo hizo con la esperanza de que pudieran retirarle la medida antes de los Juegos Olímpicos de 2016 y, con ello, tener la posibilidad de competir allí.
La audiencia de su caso en el Centro Canadiense de Ética en el Deporte (CCES) duró dos días. La decisión final demoró varios meses en llegar. Mientras, la retiraron del programa de estudios y le quitaron su carné de deportista que le permitía acceder a un salario. Finalmente en marzo de 2016 se conoció que había sido suspendida por dos años. Nadie la llamó para decírselo. Encontró la información en la web del CCES.
Mientras no le permitían entrenar judo practicó jiu-jitsu. Ese arte marcial fue el que la salvó, según sus propias palabras. «Me permitió mantenerme en forma, pero sobre todo desahogarme y distraerme», escribió.
Volvió a practicar judo en mayo del 2017, dos días después de que finalizara su sanción. «Era difícil mantenerme porque ya no era elegible para la tarjeta del programa Sport Canada que anteriormente me proporcionaba un salario. Con una suspensión de dos años en mi expediente, nunca más volví a tener derecho a ella. Esa era la regla», dijo.
Se apartó del deporte después del Mundial de 2017 debido a conmociones cerebrales. «Los médicos me dijeron que si quería continuar tenía que firmar una declaración certificando que era consciente de los efectos en mi salud a largo plazo. En ese momento casi lo logré. Pero no firmé», expresó. Después estuvo entrenando a niños hasta que en 2023 volvió a la actividad competitiva.
Ahora mismo ocupa el puesto 58 del ranking mundial y verá acción en la Pool B donde debutará ante la india Tulika Maan, número 43 del escalafón planetario.
Amanda Zuaznábar-Torres
Esta judoca de 23 años, oriunda de La Habana y residente en Rumanía desde hace algún tiempo, compite oficialmente por la federación de dicho país desde el 2023. Dos bronces figuran como sus principales resultados bajo su nueva bandera: uno lo consiguió en septiembre pasado en el Open de Sarajevo y el otro en noviembre en el campeonato europeo sub-23.
En el certamen que acoge Abu Dabi, Amanda (escaño 88 del listado mundial) cayó hoy en el debut ante su compatriota Maylín del Toro, contra quien combatió en varias ocasiones en Cuba, y quedó eliminada.
María Celia Laborde
La judoca de 33 años reside desde hace casi una década en Estados Unidos y ha representado a ese país en disímiles concursos foráneos, aunque su mejor resultado en la arena internacional todavía es aquel bronce conquistado en el Campeonato Mundial de Chelyabinsk en 2014, cuando todavía competía con los colores de su país natal. Bajo la bandera cubana también fue dueña de dos metales dorados (Grand Prix de La Habana y el Panamericano, ambos en 2014) y el bronce en el Grand Slam de París en 2013.
Durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 decidió abandonar la delegación y tiempo después se trasladó hacia Estados Unidos. A partir de 2015, comenzó a competir en torneos de la federación norteamericana y al servicio del equipo nacional de las barras y las estrellas posee tres títulos y un subtítulo en certámenes abiertos continentales, cuatro bronces en justas panamericanas y una plata en el Masters de Hungría 2023.
En la cita que acoge Emiratos Árabes Unidos, María Celia, quien ocupa el lugar 12 en el listado universal, triunfó en su primer pleito de la Pool D ante Signoline Kanyamuneza (puesto 70 del ranking), representante de Burundi, pero luego cedió en ronda de 32 ante la exponente de Mongolia Baasankhuu Bavuudorj (5ta. del escalafón mundial), y se fue sin acceder a las medallas.
Asley González
En este Campeonato Mundial, Asley, quien aparece en el puesto 39 del ranking del orbe, debutará en la Pool B ante quien resulte vencedor del combate entre el neerlandés Simeon Catharina y el belga Toma Nikiforov.
El villaclareño de 33 años, subcampeón olímpico en Londres 2012 y campeón del mundo en Río 2013, representa a Rumanía desde los últimos meses de 2021. Con la selección del país europeo no ha tenido los grandes resultados que consiguió con la escuadra cubana, pues solo destacan en su palmarés en los últimos tres años un título en el Abierto de Roma en 2023 y otro en un Abierto efectuado en 2022 en su nación de acogida, además de una plata en el Grand Slam de París de 2021.
Con el elenco antillano también se llevó el bronce en el Mundial de París (2011), además de multimedallista en justas continentales, Grand Prix, Grand Slams y Masters.
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