Hablar de Cuba muchas veces es hablar de turismo. Si por un lado es cierto que todavía en esa materia el país no está en el punto que a todos nos gustaría, también es cierto que ese sector constituye uno de los pilares fundamentales de nuestra economía.
A todos nos gustaría ir al menos una vez al año a ponernos la manilla de algún hotel con todo incluido, de esos que están localizados en los principales polos vacacionales del archipiélago. No obstante, también resulta provechoso conocer ciertos lugares de la geografía nacional a donde podemos ir sin necesidad de gastar una suma de dinero demasiado grande.
Por ello Cubalite te propone una lista de destinos accesibles en diferentes zonas del país, hacia los que puedes viajar a través de la red nacional de transporte (ómnibus, tren y barco), y así pasar unos días lejos del estrés laboral y la apurada dinámica del día a día citadino.
Jardín Zoológico Nacional (Boyeros, La Habana)
Empezamos con este pintoresco lugar, situado en el municipio periférico de Boyeros, muy cerca del también conocido Parque Lenin. Luego de una gran remodelación y reparación, sucedida hace pocos años, este Zoo representa un lugar bastante entretenido para pasar el día entre amigos o familiares.
Entre sus atractivos destaca el recorrido en autobús por la Pradera Africana y el Foso de los Leones, dos sitios en los que estarás muy cerca de animales que sólo has visto en documentales de Multivisión. También es recomendable pasar por las exhibiciones de carnívoros, primates y aves. No pocas especies exóticas llamarán tu atención.
Trinidad (Sancti Spíritus)
Tal vez este sea uno de los destinos de más alto perfil, pero les aseguro que a pesar de necesitar unos ahorros más sustanciosos, vale la pena ir hasta este paraje del centro del país. Además del atractivo histórico que ofrece la villa espirituana, cuya arquitectura colonial nos hace pensar que vivimos en otra época histórica por un rato, Trinidad sirve como punto de tránsito para ir a otros sitios fabulosos. Destacan, entre ellos, el Valle de los Ingenios y Playa Ancón, el primero por su componente histórico y el otro por la belleza natural de uno de los mejores puntos de todo el litoral costero sureño. Como plus, es posible, desde esa localidad, tomar un transporte que nos lleve hasta El Nicho, ubicado en la vecina provincia de Cienfuegos, otro espacio memorable.
Playita de 16 (Playa, La Habana)
Definitivamente no es el lugar más impresionante de todos los que tenemos en esta lista, pero sí está entre los más fáciles de acceder. Situada en la zona oeste de la capital, a unos metros de la avenida 1ra, este espacio costero puede ser el refugio perfecto para una tarde calurosa. Puede llevar sus propios alimentos o comprarlos cerca del lugar, además de tener algo de sombra garantizada. Sin dudas lo mejor es la playa, más ruda que sus «parientas» del Este, pero igual de clara y disfrutable. Como recomendación especial, aconsejamos llevar zapatos para que sus pies no sufran demasiado con el “diente de perro”.
Isla de la Juventud
Apartando la zona VIP que es Cayo Largo del Sur, este municipio especial tiene un montón de lugares interesantes para visitar. Empezamos por el Presidio Modelo y la finca El Abra, dos paradas obligatorias para aquellos que deseen conocer una parte más que importante del pasado republicano y colonial del país. También, por la parte de la naturaleza, tenemos a la Playa Bibijagua con sus características arenas negras, así como las Cuevas de Punta del Este, consideradas la cuna del arte rupestre cubano, y el Parque Nacional Ciénaga de Lanier, rico humedal donde se concentra gran variedad de flora y fauna tanto endémica como de paso. Es importante señalar que a estos últimos dos destinos es complicado llegar, pues se necesita de un permiso especial. No obstante, tal vez con un poco de suerte se les dé la oportunidad de conocerlos.
El Parque Lenin (Arroyo Naranjo, La Habana)
Otro de los espacios ineludibles para cualquiera que venga de visita a la ciudad de los (casi) 500 años. Más allá de su parque de diversiones, también podemos mencionar su acuario de peces de agua dulce, el restaurante Las Ruinas (construido sobre los restos de un barracón de esclavos), el tren que recorre toda su extensión y el Palacio de Pioneros, todos lugares muy diferentes pero llenos de cosas para ver. Por si lo anterior no te llama la atención, perfectamente puedes quedarte haciendo un picnic en las amplias zonas “verdes”. Bajo la sombra de los árboles pasarás un día de maravillas.
Caibarién (Villa Clara)
La también llamada Villa Blanca es un lugar que se puede apreciar mejor si se recorre junto a alguien de casa. Tal vez no tiene los encantos de antaño, pero sus lugares, su historia y su gente pueden sorprendernos. Aquí está la iglesia con su reloj de cuatro caras perfectamente funcional, el parque con su glorieta de acústica perfecta, la playa, un poco lejana pero disfrutable, y también la cocina local, dentro de la cual el pescado y los mariscos son protagonistas fijos.
Santiago de Cuba
Esta ciudad posee innumerables encantos que están a la mano de la mayoría. Por sólo mencionar los principales, tenemos el Cuartel Moncada, la Catedral, la Granjita Siboney, el Parque Baconao (Reserva de la Biosfera), el castillo del Morro o San Pedro de la Roca y las ruinas de varias plantaciones cafetaleras como la de La Isabelica. Existe un lugar que a pocos llama la atención: se llama Cayo Granma y es una pequeña isla en medio de la bahía que está rodeada de montañas, en una de cuyas laderas podemos ver un raro cementerio ¿inclinado? Sin dudas algo que vale la pena observar de cerca.
El Museo Hurón Azul (Arroyo Naranjo, La Habana)
Pocas veces un sitio tan importante para el arte cubano estuvo tan lejos del centro de atención. Enclavado en la barriada arroyense de Párraga, este lugar fue la casa del célebre pintor vanguardista Carlos Enríquez, quien construyó aquí una pequeña morada donde dejó su huella creadora. Lléguese por ahí, y conocerá, además, una parte de La Habana que nadie puede contarle y se enterará de sórdidos secretos de este excéntrico artista.
Parque Ecológico Monte Barreto (La Habana)
Hectáreas de puro verde están a su disposición en Monte Barreto, justo detrás del Hotel Memories Miramar. Allí puede irse cualquier día a disfrutar de un rato apacible. Aquí también encontrará sitios para comer, pero, sobre todo, agradecerá la tranquilidad que da acostarse debajo de un árbol a gozar la compañía de la gente que aprecia.
La Chorrera y la playa de los rusos (Playa y Habana del Este, La Habana)
Dos espacios que comparten su cercanía con el mar y que, a pesar de no tener demasiado glamour, pueden servir para pasar un tiempo diferente. El primero, bien cerca del túnel de Malecón, nos ofrece una vista bastante amplia del litoral habanero, además de tener cerca una cafetería que nos permite aliviar la sed. El otro, ubicado en Casablanca, en un casi oculto pasaje portuario, cuenta con una rústica playa que pudiera servir como espacio para la reflexión personal o para el romance ocasional. Usted escoge.
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