César Évora, el multipremiado galán de las telenovelas mexicanas, nació en La Habana en 1959.
Su voz inconfundible, enigmática, ha sido un recurso que le ha llevado a vivir diferentes experiencias. De pequeño, en la escuela primaria, era el designado para declamar poesías. Ya como un actor consolidado, ha declarado sufrir discriminación a causa de su acento. “Cuando llego a Estados Unidos y me ven, a primera vista no me dicen nada, pero cuando escuchan que hablo y que tengo un acento muy cubano, cuando escuchan cómo hablo, me comienzan a hacer gestos o simplemente comentarios nefastos por el hecho de ser latino”. César Évora es uno de los primeros actores que revela sus malas experiencias en este sentido.
A pesar de no haber crecido junto a su padre (escritor y poeta), y de recibir solo noticias suyas solo cuando lo felicitaba en sus cumpleaños, luego de dos décadas de ausencia, retomaron la relación. En 2016, el actor reveló que se sentía agobiado debido a la delicada situación de salud de su padre.
Sin motivación ni deseos, solo con el propósito de evadir el servicio militar, estudió Geofísica en la universidad. En 1986 se gradúa en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte. Vinculado a este medio, realizó, además, otros cursos de asistente de dirección en el ICAIC y en la EICTV de San Antonio de los Baños. El estar detrás de las cámaras, asistir al rodaje de una película, fue lo que le dio el impulso a decidirse por el mundo de la actuación y lo llevó a participar en un casting donde fue elegido entre otros 500 candidatos.
En las pantallas cubanas tuvo mucho éxito. De la televisión, muchos recordarán su actuación en el policiaco Día y Noche. Su personaje fue famoso por usar camisas negras. En el cine, trabajó con grandes directores y formó parte de emblemáticos elencos como en La Bella del Alhambra, Una novia para David, Un hombre de éxito, entre otros.
Al salir de Cuba, gracias a la ayuda de unos amigos, solo llevaba consigo 42 dólares y unas ganas enormes de trabajar. La compañía mexicana Televisa le abrió sus puertas inmediatamente con un contrato de seis años que luego fue renovado. Las telenovelas en las que actúa se ruedan una detrás de otra: Laberintos de pasión, Cañaveral de pasiones, El manantial, Abrázame muy fuerte, El privilegio de amar, Entre el amor y el odio, La madrastra…
En casi todas sus actuaciones, César se mantuvo en papeles de villanos, pero a inicios de 2019, el galán cubano cambió el rol y se acercó al humor. Declaró que, aunque no es comediante, intentará dar los giros necesarios al personaje. La historia girará en torno al boxeo.
Obtuvo su naturalización mexicana en 1999 y se especula que en este país posee una gran fortuna.
Honor a quien honor merece.
Para mi es uno de los mejores actores cubanos con una impecable trayectoria