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Preguntar por Yunior Valiente Luis en el panorama beisbolero actual de Cuba no es una interrogante que encuentre muchas respuestas complacientes. A decir verdad, su nombre no figura ni medianamente entre los más conocidos en la última década de las Series Nacionales. Su nombre compone un amplio grupo de más de 150 peloteros que marchó de la Isla en 2015 con el afán de vincularse a organizaciones de Grandes Ligas o firmar con clubes profesionales de otros certámenes.
El destino que encontró Valiente para exhibir su talento es bien lejano y exótico. Sucede que el jardinero pinareño reside en Rusia desde hace un tiempo y actualmente compone la preselección nacional de béisbol de ese país que entrena en Moscú. Sin embargo, dentro de poco, el vueltabajero podría tener una noticia bien reconfortante para su futuro en la pelota de esa nación europea.
En un encuentro sostenido hace poco entre Pabel Kolobkov, ministro de Deportes de Rusia, y el concentrado nacional en la capital de ese territorio, el directivo aseguró que ofrecerá la asistencia necesaria para que Valiente y otros peloteros extranjeros que juegan hoy allá puedan obtener la ciudadanía rusa y luego compitan oficialmente por el elenco nacional en certámenes importantes.
“Tenemos cierto procedimiento y los jugadores están presentando solicitudes al Servicio de Migración (…) No hay nada inusual en el tema para aquellos que desean jugar para la selección rusa, sin importar cuál sea el deporte (…) mientras se vean como ciudadanos rusos, estudien el idioma ruso o quieran ayudar a nuestros niños con entrenamientos y mayor desarrollo y dominio de sus habilidades”, explicó Kolobkov.
También dijo que la pelota continúa como un deporte exótico de alguna manera en Rusia, y aunque es muy temprano para hablar de competir contra los principales rivales del mundo, sí cree que sea posible medirse ante selecciones nacionales de Europa.
En el caso de Valiente, quien se podría convertir pronto en uno de los efectivos fundamentales del conjunto ruso, es un atleta de 26 años que transitó con Pinar del Río durante cuatro Series Nacionales, desde la 51 hasta la 54, cuando salió de Cuba en 2015 junto a más de 15 atletas de su provincia, en varios casos, hombres de notables responsabilidades dentro del equipo. Bateó para .235 (39 imparables en 166 veces al bate), con ocho dobles, trece impulsadas, 40 ponches y pobre porcentaje de embasado de .274. Mayormente defendió los jardines.
En el Campeonato Nacional juvenil de 2011 alineó como cuarto bate y a la postre devino segundo mejor average de su elenco (con 100 o más oportunidades), tras fijar su rendimiento en .338, con 10 dobles, cinco jonrones, 33 remolques y 14 bases robadas en 16 intentos. En la etapa clasificatoria dominó los apartados de cuadrangulares e impulsadas, desempeños que superaron con creces sus números del año anterior, cuando recibió pocas oportunidades —solamente 36 veces al bate y cuatro hits, entre ellos un bambinazo.
En su segunda temporada al máximo nivel en Cuba se desempeñó en seis posiciones, faltándole por defender la receptoría, la inicial y actuar como lanzador.
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