6 tecnologías ASOMBROSAS inventadas en Cuba

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Por estos días Cubalite se retroalimentó de las opiniones de sus lectores, quienes a través de las diferentes plataformas de comunicación, expresaron su interés por que tratemos más algunos temas que de momento no han tenido gran atención.

Entre los asuntos que despiertan el “hambre” de los usuarios, salió el de la tecnología. En consecuencia, hemos decidido traerles un una selección de los aportes más relevantes que ha hecho Cuba a este interesante y abarcador mundo.

El almendrón naval

Aunque actualmente se encuentra un poco en desuso la peligrosa costumbre de abandonar la Isla por vía marítima, años atrás muchos cubanos tomaban rumbo norte en embarcaciones que no parecían capaces de aguantar más que una lluvia pasajera. Los más listos y pudientes optaron por sellar sus automóviles, casi siempre viejos carros norteamericanos, y crear una suerte de «barco» rodante. Por ahí hay en algún museo una muestra de estos vehículos.

La antena-bandeja

Ante la necesidad de sintonizar los canales nacionales y la consecuente falta de una antena apropiada, la gente no se dio por vencida. Diversos fueron los mecanismos y alternativas para conseguir “atrapar” las dos únicas frecuencias que antaño transmitía la televisión nacional (los canales 2 y 6 de toda la vida). Entre todas, destacó por su originalidad aquel dispositivo que usaba una bandeja de comer como elemento clave en la recepción de la señal. Tecnología de punta: servía para ver la película del sábado y para almorzar si los platos estaban sucios.

El ventilador Auriko

La lavadora de producción soviética marca Aurika (Аурика) fue uno de los aportes más memorables que hiciera el Campo Socialista a la vida de nuestro país. Chistes aparte, aquel artefacto solía ver cómo una parte de sí mismo, o sea, el motor de la secadora, era convertido en potentes ventiladores que servían para combatir el eterno verano que es Cuba.

La chismosa

Chismosa. Foto tomada de Ajiaco cubano.

Durante el período especial hubo que adaptarse para sobrevivir. De los ingenios de la época podríamos escribir varios tomos, pero hemos decidido quedarnos con uno que existió para alumbrar las largas noches de apagón. Hablamos de la chismosa, ese quinqué rústico que constaba de un tubo de pasta dentro de un pomo de cristal, todo lleno de luz brillante. Al día siguiente era fácil saber dónde había estado colocada: la marca negra que dejaba en el techo delataba su presencia.

El riquimbili

Riquimbili. Foto: Cubanet.

Esta suerte de motocicleta Frankenstein, fruto de la bizarra unión de un motor de dudosa procedencia y la estructura de una velocipedia cualquiera, ha movido a más compatriotas que los taxis ruteros. Característicos de él son varios elementos, entre los que destacan el ruido que anuncia su llegada dos millas antes, y la peste a combustible, que lo mismo oculta el olor de una infidelidad y/o te puede obligar a cambiarte de ropa cuando llegas a una fiesta.

El bicitaxi

Bicitaxi. Foto: TodoCuba.

Igual que en muchos lugares del mundo, aquí tenemos taxis y bicicletas. Ahora, lo que difícilmente puede verse en otro sitio es la combinación de ambas cosas. Nunca ha quedado tan claro el valor del recurso humano como con este medio de transporte, cuya potencia de un caballo de fuerza (Hp), está sustentada en un hombre que pedalea como un poseso para mover a sus pasajeros desde el punto A hasta el B.

P.D: ¿Crees que nos faltaron muchos? Háznoslo saber en los comentarios.

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