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Leinier Domínguez sentó las bases en el Campeonato Nacional de Estados Unidos de lo que podría ser su nueva vida como representante de la federación de ajedrez de ese país. Casi hasta los últimos instantes de la competición, estuvo pujando por lo que hubiese sido un título con matices históricos y solemnes para él, solo que Hikaru Nakamura venció en la última ronda, y combinado con los empates del cubano y de Fabiano Caruana ese día en sus respectivas partidas, el nacido en Japón volvió a recuperar lo que cuatro veces había llevado su nombre.
El antillano terminó en la segunda posición, resultado que si bien puede inquietar por la cercanía de una corona que no pudo ser —molesta tener algo a centímetros y que luego desaparezca—, para el que conozca tímidamente la historia del mayabequense desde que llegó a Estados Unidos, ese subtítulo no fue más que una soberbia demostración de lo que puede hacer un jugador de élite, aunque existan algunos malos ojos mirándolo desde la distancia.
Leinier salió de Cuba en 2017 y se asentó en la nación norteña. Allí se alejó de jugar oficialmente partidas clásicas. Más bien se concentró en participar esporádicamente en fortísimos torneos de rápidas y blitz. El último, el Enfrentamiento de Campeones acontecido a finales de febrero, marcó su estreno como jugador estadounidense. También sirvió como uno de los asesores de Caruana y tuvo interacción en prestigiosas páginas web como Chess24. Estudió mucho su deporte, con tanto tiempo libre, de ahí a que su subtítulo sacuda un poco la sorpresa.
Su prolongada ausencia de 28 meses de los cotejos convencionales —desde la última vez que jugó por Cuba hasta cuando lo hizo por Estados Unidos— supuso que demoraría en aparecer su segundo torneo de partidas clásicas, tras el Nacional de Estados Unidos. Solo un mes después, el jugador de 35 años comenzó su actuación en el Campeonato por equipos de Rusia, con su club de siempre, Bronze Horsemen (Jinetes de Bronce) de San Petersburgo.
Casualmente, el último certamen de clásicas que el güinero jugó como representante de la Federación Cubana de ajedrez fue defendiendo la causa del Bronze Horsemen en el Campeonato Europeo de clubes, en noviembre de 2016 en Serbia, donde el plantel ruso terminó segundo. El performance de Domínguez quedó en un éxito, tres empates y par de fracasos.
A la denominada Premier League, categoría de más nivel del actual campeonato por equipos ruso, solo le restan par de fechas. La de hoy y la de mañana. Tras siete rondas, el equipo de Leinier marcha en la primera posición de una lid con diez conjuntos, que se juega por el sistema de todos contra todos a una vuelta.
Domínguez, junto al estadounidense Gata Kamsky y el israelí Maxim Rodshtein, son los únicos extranjeros participantes en esa justa colectiva. Leinier, de los tres, es el de mejor desempeño. Acumula como segundo tablero de su elenco, cuatro unidades de cinco posibles, resultado de tres triunfos ante Kamsky, Vladislav Nozdrachev y Vladimir Malakhov, además de dos tablas frente a Ivan Bocharov y Evgeny Alekseev. Va sumando hasta el momento cinco puntos a su coeficiente Elo de 2750. Ayer marchaba en el puesto 14 del ranking en vivo del orbe.
Leinier está inmerso en su sexta participación en esta fuerte lid. Antes compitió ininterrumpidamente desde 2012 hasta 2016. Su mejor rendimiento lo escribió en 2014, al hacer cinco unidades de seis posibles —cuatro triunfos y dos tablas—. Antes de reaparecer este año, su balance global era de diez victorias, 20 igualadas y solamente tres fracasos. En total jugó 33 partidas.
Leinier compite en Rusia, pero ahora como estadounidense. Un amigo seguidor del ajedrez me dice que el Capablanca acontece sin mucho ruido en La Habana. Dice que se extraña a Leinier. La última vez que se vio en el Capa fue hace tres años. Leinier provocaba ruido.
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