Holguín, la tercera provincia más grande de Cuba, posee una ubicación geográfica privilegiada. Sus costas, playas y bahías, por sí solas, justifican un viaje a ese territorio. Quizás como ninguna otra zona del país, este lugar alberga maravillas terrestres (La Loma de la Cruz) y marítimas (zona de buceo Guardalavaca).
Además de los anteriores, otros dos motivos: la cultura e historia de esta región, bañada por el Océano Atlántico, atraen a los visitantes hacia uno de los polos turísticos más importantes del país. Allí, el turismo de sol y playa convive junto a los itinerarios arqueológicos e históricos.
La conocida como “Ciudad de los parques” cuenta con una estructura y diseño urbanístico peculiar. Algunos de sus espacios más representativos son el Parque Calixto García, Parque Martí, Parque Carlos Manuel de Céspedes y Parque Julio Grave de Peralta, alrededor de los cuales se delinean los núcleos urbanos y los establecimientos más importantes.
Holguín, como muchas localidades del archipiélago, también tiene un gran espacio para la cultura. Ejemplo de ello son el Festival de Cine Pobre de Gibara y las Romerías de Mayo (evento donde todas las manifestaciones del arte tienen lugar y que retoma la emblemática tradición de peregrinar hasta la Loma de la Cruz).
En esta parte específica de la geografía cubana, a 261 metros sobre el nivel del mar se halla una cruz. Este sitio es casi una parada obligatoria para los que visitan la provincia. La cruz, en sus inicios de madera, para muchos simboliza protección; para otros, en cambios, es solo un elemento ornamental. Lo cierto es que todos los que de alguna manera se sienten hijos de esta tierra, donde quiera que estén, sienten nostalgia por el paisaje que se exhibe luego de superar su escalinata de 458 peldaños.
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