"Dame tu pullover": Una manera diferente de transmitir el mensaje

La calle Obrapía, en La Habana Vieja, permite, como otras pocas arterias, disfrutar de la más variada arquitectura habanera. De este a oeste, desde Monserrate hasta la Avenida del Puerto, exhibe más de tres siglos de construcciones. Resaltan mansiones coloniales como la Casa del Capitán Don Rivero Vasconcelos, la Casa Benito Juárez (centro difusor de la cultura mexicana), la Casa Oswaldo Guayasamín, la Casa del África (espacio de promoción cultural y científica) y demás palacetes señoriales devenidos en muesos. Sin embargo, este sábado 9 de marzo, toda la vitalidad de esta calle se centró en el espacio delimitado entre Oficios y Mercaderes. Ahí, frente a la entrada del estudio-galería de arte corporal La Marca, se desarrolló la sexta edición de Dame tu pullover.

En esta ocasión, a la iniciativa de la tienda de 99% diseño cubano, Clandestina, se sumaron un grupo de coordinadores, campañas, proyectos y colaboradores independientes como Acepto, 68 Va, Por mis derechos, Cuba LGBTIQ+, Alianza Afro-Cubana, Gorvet Estudio, y por supuesto, La Marca, para apostar por la inclusión y el matrimonio igualitario.

Lidia Romero, al frente del proyecto Acepto y como parte del grupo de la tienda Clandestina, comentó a Cuba Lite que lo fundamental de estos espacios es sumar, trabajar unidos. A Lidia, en lugares concurridos como estos le interesa interactuar con el público. “La idea es socializar, generar comunidad, hacer llegar a la gente el mensaje. Los carteles en los pulóveres son una manera diferente de llegarle a la gente con un discurso distinto”. Aunque también se reparten folletos, con un lenguaje más potable, la esencia va recogida en los diseños que se imprimieron: “Que se besen”, “Su amor no jode, tu odio sí”.

Alrededor de las 4 de la tarde se comenzaron a organizar los presentes en torno a las tendederas improvisadas en medio de la calle y a los marcos con los diseños. El primer paso, luego de comprobar que la técnica para la impresión por serigrafía funcionaba, fue organizar los pulóveres de acuerdo al diseño elegido por cada persona, tenido en cuenta el color de la prenda y la tinta. Se comenzó por las prendas de color claro en las cuales se imprimiría, en negro, el texto “Que se besen”. Luego, la repetición. Una y otra vez las muchachas acomodaron los pulóveres, carteras y demás prendas sobre la base, presionaron el marco, transfirieron la tinta, retiraron y colocaron sobre la tendedera, para finalizar con el secado a mano.

Una vez concluido, se devolvieron las prendas, previamente enumeradas e identificadas a sus respectivos dueños, con la aclaración de no lavar en 10 días para que quedara bien fijada la tinta.

El ingeniero Juan Carlos Morales, al frente de la agencia creativa Gorvet Estudios, participó porque considera necesaria una sociedad más inclusiva. “No podemos diferenciarnos, todos somos iguales. Decidí sumarme y apoyar, con los pequeños esfuerzos que puedo hacer desde mi proyecto, para colaborar a educar a las personas en que sí es posible convivir armónicamente en una sociedad donde todos los modelos de familia sean válidos”.

Cerca de las 7, casi al anochecer, en los alrededores de la calle Obrapía, entre Oficios y Mercaderes, aun podían escucharse números (con este llamado se solicitaba a los presentes recoger su prenda). Al encuentro asistió mucha gente. Algunos muy comprometidos con la causa, “otros solo por la curiosidad típica del cubano que donde ve una cola se queda para ver qué hay, pero lo importante es que se dé a conocer y se sepa que existen iniciativas como estas”, comentó Orlando Cruz, administrador de la página Por mis derechos, Cuba LGBTIQ+.