En el deporte, como reflejo que es de la vida misma, a veces la mejor opción para poder avanzar implica dar marcha atrás en cierto punto. Tomar distancia y retroceder sobre los pasos es una buena manera para asimilar las lecciones y abrirse a un progreso que hasta entonces parecía inalcanzable.
La historia de Osdany Rodríguez Obregón refleja bastante bien la importancia de saber retirarse estratégicamente y regresar al ruedo con fuerzas renovadas. Resulta que, tras un ciclo lejos de su país, el joven lanzador derecho ha cerrado su año consagratorio en la Serie Nacional 63, la segunda de su carrera dentro del principal torneo de la pelota cubana.
Después de un primer año bastante decente con los Leopardos, Osdany ha subido un par de marchas a su rendimiento y luego de 14 aperturas y cuatro relevos sobre el box, lideró el campeonato en juegos ganados (9; junto a otros dos lanzadores), ostentó la séptima mejor efectividad (3.57) y fue el décimo con más entradas trabajadas (85.2).
Entre sus números de la actual campaña con el plantel de la provincia central se cuentan también seis descalabros, un juego completo, dos salvados, average en contra de .280, 1.53 de WHIP, 38 ponches, 37 bases por bolas, además de diez dobles, un triple y siete jonrones permitidos.
Este muchacho, nacido en Villa Clara el 12 de diciembre de 2001, comenzó a destacar desde las categorías inferiores y en 2016 se coronó en el Campeonato Mundial sub-15 organizado en Japón, dentro de una nómina que incluyó a otras jóvenes promesas como Loidel Chapellí Jr, Osiel Rodríguez, Víctor Mesa Jr, Malcom Núñez y Franny Cobos.
Poco después de ese gran éxito, Osdany se marchó a República Dominicana con la intención de mostrar su potencial y conseguir un contrato profesional con alguna organización de MLB. No obstante, casi cinco años después de vivir en Quisqueya, el villaclareño decidió regresar a la Mayor de las Antillas y probarse en la máxima categoría del circuito doméstico.
En 2023, de nuevo en su tierra, Rodríguez Obregón se sumó a la nave dirigida por Ramón Moré y debutó en Series Nacionales durante la edición 62 del principal torneo beisbolero cubano.
A lo largo de su campaña de novato, participó en 14 encuentros, 12 de ellos como abridor y otro par en calidad de relevista. Su récord en ese curso fue de cinco victorias y seis derrotas, sin salvamentos; tuvo una efectividad de 6.19, WHIP de 1.66, con 28 ponches y 41 bases por bolas.
En ese curso, su momento más notable fue el juego sin hits ni carreras que le tiró a Sancti Spíritus el 29 de mayo de 2023 en el estadio Augusto César Sandino, de Santa Clara, choque en el cual los suyos salieron por la puerta ancha con pizarra de 7-0.
“Me basé mucho en trabajar con la recta, ya que los rompientes no me estaban cayendo muy bien en los primeros innings, y seguí enfocado en la zona de strike”, declaró Rodríguez Obregón luego de conseguir esta hazaña, la número 65 de su tipo en Series Nacionales.
Tras ver acción con los Naranjas en la Serie 62, fue reclutado como refuerzo por Artemisa para la 2da. Liga Élite que también se disputó el año pasado. Durante la etapa regular del evento invernal, el joven lanzó en 13 partidos, siempre en el rol de apagafuegos, y tuvo récord de 3-0, dejó PCL de 4.44, un WHIP de 1.67, 16 boletos y 18 ponchetes.
En la postemporada de aquella justa, tuvo cinco apariciones y se fue sin decisión. Con una limpia en nueve episodios, su efectividad fue de 3.00, dio cinco pasaportes y no repartió “cafés”.
👉Si quieres recibir nuestros artículos de deportes y otros contenidos sobre ese ámbito en tu WhatsApp, únete a este grupo:
0 Comentarios