A sus 32 años, y casi veinticuatro meses después de salir de Cuba tras disputar su última Serie Nacional, Adriel Labrada Marén sigue demostrando que tiene aptitudes para imponerse en el béisbol fuera de su país natal.
Pocas horas luego de su aterrizaje en la «tierra del sol naciente», este fin de semana debutó el santiaguero con Ibaraki Astro Planets, del circuito independiente japonés Baseball Challenge League, y como cuarto en la tanda y bateador designado pegó cuadrangular por el jardín izquierdo en su segundo turno al bate (se fue de 4-1). El partido fue perdido a la postre por su equipo ante Shinano Grandserows por amplio marcador de 15-2.
En la actual contienda de esa justa juegan siete escuadras y la que posee en su nómina al infielder cubano, hasta el domingo, marchaba en el último puesto de la clasificación, con balance de una victoria y seis fracasos. La tabla de posiciones la lideraba, con seis triunfos y dos descalabros, el rival contra el que debutó el otrora miembro de las Avispas.
Aunque ese certamen no es uno de los de mayor nivel en la nación asiática, ha servido como trampolín a atletas con rendimientos sobresalientes a la hora de mostrarse ante cazatalentos de la NPB, principal campeonato disputado en dicho archipiélago y considerado por muchos como el segundo más fuerte del mundo. Tal fue el caso del cubano Dariel Álvarez, que hace tres años defendió los colores del mismo club y luego fue firmado por los Halcones de Softbank.
A inicios de este año publicamos aquí que Labrada había vuelto al béisbol en su país de residencia cuando intervino en el Coastal Baseball Classic, un torneo celebrado en Houston, Texas. Allí defendió al equipo Cuba y compartió roster con los pineros Jhonys Hardy y Jorge Despaigne, el holguinero Ángel Tamayo y el santiaguero Orlando Barroso.
Entre los dos encuentros que disputó, promedió .500, con tres imparables, una anotada, tres impulsadas y un boleto. En el primer choque ante República Dominicana, se fue de 2-1, con dos remolcadas, y en el segundo enfrentamiento, contra el plantel de Venezuela, ligó de 4-2, con una empujada. En ambos duelos ocupó el segundo puesto en la alineación y custodió el campo corto.
Durante ocho Series Nacionales, el pelotero que también fue capitán de la tropa santiaguera, compiló average ofensivo de .295, porcentaje de embasado de .377 y slugging de .449. A esos números sumó 82 dobles, 11 triples, 38 vuelacercas y 209 remolques.
En 2015 salió del país con destino a República Dominicana con el fin de conseguir un contrato en el exterior y, pese al interés de franquicias de MLB como Indios de Cleveland, Cerveceros de Milwaukee, Padres de San Diego y Rojos de Cincinnati, finalmente no pudo materializar ese objetivo.
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