Detenidamente habría que buscar en los más de 60 años de historia de la Serie Nacional cubana de béisbol para comprobar si algún pelotero nacido en el extranjero y formado en su país de origen participó en el principal campeonato de la isla. Tras una pequeña investigación, no encontré ninguno. Sin embargo, en la próxima temporada, que comenzará el 9 de marzo, un jugador tendría el mérito de ser el primero —si es que realmente no existió otro antes.
En la nómina de Santiago de Cuba, publicada el viernes pasado, aparece el pitcher Joel Sánchez Niño, nacido el 30 de abril de 2002 en Pamplona, Navarra, España. Su carrera como atleta la ha desarrollado en el país europeo y desde 2019 hasta 2023 ha jugado en la División de Honor, primera categoría de la pelota ibérica. Siempre con el club Béisbol Navarra, entre las campañas de 2022 y 2023, lanzó en 22 partidos (seis como abridor), con balance de 1-3, efectividad de 7.91, un rescate, 49 boletos y 60 ponches en 58 innings y le batearon .343.
“Comencé joven en la División de Honor, es una liga que no es tan conocida pero es dura, porque hay bastantes jugadores que vienen de Venezuela, República Dominicana, Cuba… Se sostiene de exjugadores profesionales. Allí empecé como lanzador y jardinero. Y con el paso del tiempo me quedé solamente como pitcher. Tengo que agradecerles mucho a dos personas que me han ayudado bastante en mi equipo: el entrenador Pedro Raúl Hernández, que estuvo con Villa Clara en la Serie Nacional, y a mi compañero, el lanzador santiaguero Digney Arévalo.
“Cuando le dije a Digney que quería venir a Cuba para jugar, al inicio se mostró un poco escéptico. Pero al ver que yo iba en serio, se puso en contacto con el coach de pitcheo Alfonso Román y pude venir con una guía ya establecida. Arévalo ha sido un apoyo grande, al igual que Román, a quien le debo el proceso de adaptación en la pelota cubana”, dijo el zurdo a Cubalite.
Ante la enorme posibilidad de convertirse en el primer pelotero no nacido en Cuba y formado como deportista en otra nación, que juegue en la Serie Nacional, declaró: “si eso que me dices es así, pues sería un orgullo muy grande para mí. Está claro que la pelota cubana tiene mucha historia y formar parte de ella sería de los logros más grandes de mi vida”.
-¿Cómo surge la iniciativa de coger tus maletas en España, viajar a Cuba y luchar por tu sueño de jugar con Santiago en la Serie Nacional?
La historia comienza con 15 años. Yo jugaba béisbol, desde pequeño ha sido mi pasión, mi vida siempre ha girado en torno a la pelota. Solía ver mucho béisbol cubano porque mi padre es de aquí, de Santiago, y siempre me hablaba y me ponía videos de partidos clásicos.
Con 15 años estaba jugando bien y en broma me dijo mi papá “¿y si te vas a Cuba a una escuela deportiva?”. Yo, en un primer momento, no lo tomé en serio, pero fuimos alimentando esa idea y terminamos viajando acá, para ver las posibilidades de entrar a la EIDE. Conocimos a varios peloteros santiagueros: Navas, Kindelán, Vera. Decidí, entonces, venir aquí a jugar.
En 2017 pedí la nacionalidad cubana y por cosas del destino me llegó en 2021. En 2022 decido venir a jugar el Campeonato Nacional sub-23. Empecé en la preselección, pero no se realizó el torneo en la fecha prevista. Así que, de 2022 a 2024, me mantuve algunos meses entrenando en este país, hasta que determiné probar suerte en la Serie Provincial, en defensa del equipo de Guamá. Después me incluyeron en la preselección de la provincia con vistas a la Serie 63. Las cosas me salieron bien, tiré 13 entradas y no acepté ninguna carrera, y ese rendimiento me permitió ganarme un puesto en la reserva de Santiago de Cuba.
-Tus raíces cubanas te vienen por tu padre. Háblame de él. ¿Cuán importante ha sido en este proceso largo para poder desempeñarte en el béisbol de la isla?
Mi padre es de la Sierra Maestra, siempre le gustó la pelota, pero su vida entera la ha dedicado a la música. Gracias a eso, conoció a un empresario español que le propuso hacer una gira por España, en 1999. Aceptó y allá conoció a mi madre y tres años después nací yo. Desde pequeño me inculcó el béisbol, bajábamos a la plaza a entrenar; básicamente es el responsable, junto con mis entrenadores, de todo mi progreso y de estar hoy aquí, en Cuba.
-Al ser español de nacimiento, ¿tuviste problemas o fue complicado que te aceptaran en la preselección santiaguera y luego te incluyeran en el equipo?
No tuve ningún tipo de problema. Al final, al tener la nacionalidad cubana, soy un cubano más y tengo los mismos derechos. Además, ya llevo un buen tiempo viviendo acá, he hecho muchas amistades en la pelota, me gusta el ambiente de este país. Repito, no he tenido ningún inconveniente.
-¿Qué expectativas cargas para tu estreno con Santiago en la venidera Serie?
Bueno, sé que es una liga que tiene nivel, que cada cual tiene su función y que, junto con el otro zurdo, solo somos dos novatos dentro de los lanzadores santiagueros. Mi papel está claro y, cuando llegue el momento, lo voy a desempeñar al máximo.
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