El 18 de octubre de 2018, la ciudad estadounidense de Lebanon, Pensilvania, fue sacudida por el atroz crimen cometido contra uno de los miembros más queridos de la comunidad. Ese día, el pastor y ex pelotero cubano, Roberto Sotolongo, nacido el 18 de agosto de 1982 en Aguacate, actual provincia de Mayabeque, fue baleado hasta la muerte en un patio del bloque 400 de North 11th Street, calle en donde residía.
Según reflejó entonces el sitio PennLive, la policía encontró el cadáver al acudir al lugar después de recibir una llamada por disparos, poco después de las 11:30 p.m. Tras el análisis de la escena, las fuerzas del orden revelaron que aquel no fue un acto al azar, sino un hecho premeditado que tuvo al antiguo atleta como objetivo.
Al momento de su muerte, Roberto tenía 36 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Alternaba su trabajo como conductor de montacargas en una tienda de segunda mano con su rol de predicador en la Iglesia Maranatha de Lebanon, de la cual había sido fundador en 2014. No hemos podido conocer si su asesino fue capturado.
Sotolongo había debutado como pelotero de primera categoría en Cuba con los ya desaparecidos Vaqueros de La Habana durante la Serie Nacional 37 (1997-1998). En tres temporadas con ese elenco, lanzó en 57 juegos y logró una marca de cinco triunfos, diez derrotas y cuatro salvamentos, más una lechada. Además, tuvo efectividad de 3.50, WHIP de 1.57, recetó 61 ponches, regaló 89 boletos y sus rivales le batearon para .275.
El lanzador derecho salió de Cuba en 2003 junto a sus compañeros Alay Soler, Reynier Díaz y Walter Frías. En aquel momento, ofreció una entrevista para la cadena Miami WQBA 1140, junto al agente Joe Cubas, en la cual declaró que sus envíos se sostenían en las 98 millas por hora.
En 2006 fue contratado como agente libre por los Chicago Cubs, quienes lo enviaron primeramente a su sucursal de clase A, los Peoria Chiefs (hoy al servicio de St. Louis Cardinals).
En junio de ese año fue promovido a AA con los Diamond Jax de West Tenn (ahora Jackson Generals), luego bajado a los Daytona Cubs (A+, actualmente renombrados como Tortugas) y más adelante descendió otro escalón y recaló en Boise Hawks (A-, hoy convertido en equipo de la justa independiente Pioneer League).
Tras su única campaña al servicio de los de Chicago (no ganó, perdió seis choques, salvó un partido, dejó PCL de 5.79, WHIP de 1.58, 34 ponches y 22 boletos) fue despedido, pero retornó al béisbol profesional estadounidense en 2009 con York Revolution y Victoria Seals, afiliados a los circuitos de la Atlantic League y la Golden Baseball League, respectivamente, y sus resultados fueron también bastante discretos.
Además de jugar en el país norteño, Roberto también integró en 2008 la nómina de los Caimanes de Barranquilla de la Liga Profesional de Béisbol Colombiano. En esa campaña, su rendimiento lo llevó a ser elegido junto a su compatriota Maikel Jova (Leones de Montería) como parte del equipo de Extranjeros que el 6 de diciembre de ese año disputó el Juego de Estrellas en la ciudad de Cartagena de Indias. Luego intervendría en los dos circuitos más importantes de Panamá.
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