El mundo de los realities engancha a muchos y eso es innegable. Algunos incluso generan gran expectación tiempo antes de su comienzo. Para muestra, un botón: La casa de los famosos, cuya nueva entrega se estrenará el próximo 4 de junio, desde ya está dando de qué hablar, pues una de sus participantes ha rechazado la invitación. Se trata de la cubana Raquel Bigorra.
En su país natal inició una carrera como modelo a los 17 años. También formó parte del coro del cantante Alfredo Rodríguez. Empezó a estudiar Licenciatura en Español-Literatura en la universidad, pero no la terminó, pues se fue hacia México y comenzó en el CEA, academia de formación de actores de la cadena Televisa.
Ahí recibió preparación para actuar en telenovelas, la cual nunca puso en práctica. Siempre se desempeñó como presentadora. Estuvo al frente de espacios como Ecos de la Moda, Ritmoson, La Lotería, Todo se vale y Nuestra casa.
En su trayectoria en ese ámbito resalta que, durante el periodo en que trabajó en el programa Justo a tiempo, de TV Azteca, entre 2010 y 2014, se registraron los más altos niveles de audiencia. Tras su salida, a causa de la maternidad, nunca más volvió y el público no ha parado de solicitar su reincorporación.
Por otra parte, fue conductora del programa Reina por un día y, debido a su carisma, este cambió de formato y se convirtió en una especie de talk show, llamado El show de Raquel. De igual manera, crearon para ella el programa Las tardes con Bigorra.
Paralelamente, mantuvo una columna que aparecía tres veces por semana en el diario Basta y escribió el libro Manual de la buena esposa.
Ha estado en realities como conductora (Bailando por la boda de mis sueños) y también como participante (Cantando por un sueño). En este último, en la edición de 2006, se alzó con el primer lugar.
Tiene también discos publicados como Y no me importa (2004) y Para que sufras (2008). Sobre su faceta como cantante, dijo que había sido muy tonta al dejarlo. De ese arte valora mucha la creatividad, la espontaneidad. “Si no lo hubiese interrumpido, estuviera con una carrera en la música de alrededor de unos 15 años”, se lamentaba.
“El retomarlo me dio vida y, cuando haces lo que te gusta y lo que no te gusta, se notan muchísimo las diferencias. No todos hemos tenido la suerte de hacer trabajos que nos gustan. Ha habido etapas de mi vida donde he tenido que trabajar para pagar la renta, la alimentación y a veces no puedes elegir el trabajo en el que estás. Aunque siempre el trabajo de la tele ha sido padrísimo, ha habido chambas que he disfrutado más que otras”, confesó.
A cada rato aparece en páginas de la llamada «prensa rosa», debido a polémicas en que se ha visto envuelta junto a otros artistas, ya sea por “ventilar sus secretos” o por relaciones amorosas, como la que vivió con el también cubano Osamu Menéndez.
Sin embargo, uno de los sucesos más controversiales de su vida lo reveló ella misma en un programa de TV al que fue invitada. “Nos tocaban la puerta y nos gritaban ‘cubanas, ya sálganse, se van a Cuba’”, rememoró la artista, haciendo alusión a cómo debió esconderse en un baño público junto a una amiga, en su primera visita a México, para quedarse definitivamente en ese país y comenzar a hacer su carrera ahí.
Actualmente trabaja junto a su esposo Alejandro Gavira en el montaje y realización de shows.
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