A Teresita Segarra le gusta celebrar sus cumpleaños durante varios días. Un par de fechas antes del momento señalado, comienzan en casa los juegos de dominó, la música y el baile, los cuales se extienden más allá de la ceremonia de las velitas. Por el camino, siempre hay alguna salida, visitas de amigos y otros momentos que hacen de esa jornada un suceso imperdible cada ciclo.
Este año, además de su 76 aniversario, que no pasó por alto el pasado 7 de junio, tuvo motivos para celebrar otra efeméride importante, pues su proyecto Casineando en Playa, que se acerca a los 13 años de fundado, ha vuelto a la actividad tras una larga pausa de 36 meses provocada por la Covid-19.
Todos los primeros y segundos jueves del mes, Teresita y otros entusiastas de ese popular baile se reúnen de cinco a nueve de la noche en el centro cultural El Sauce para compartir su pasión por las complejas ruedas o por la interacción en parejas de toda la vida.
Según reveló en una reciente entrevista, tienen planificado “actualizar” Casineando… mediante la inclusión de música cubana desde los 60 hasta los 80, con el objetivo de reavivar el gusto por los grandes temas de esas épocas.
Danza aparte, esta Licenciada en Periodismo y locutora, símbolo de las pantallas cubanas durante décadas, también es una amante de los tabacos, lo cual le ha hecho unirse a Amigas del Habano. Este grupo, que reúne a mujeres trabajadoras y/o apasionadas del sector, se halla bajo el liderato de la directora del Museo del Tabaco, Zoe Nocedo Primo.
Después de jubilarse, Teresita se ha mantenido muy ocupada. Por una parte, ha sido coordinadora en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en su municipio, Centro Habana, rol que debió dejar por razones de salud. Recientemente, ha vuelto a ser parte del Consejo Asesor de la Unión de Periodistas de Cuba, función que lleva a la par de sus demás proyectos.
Si bien el rostro de esta mujer está asociado fundamentalmente al Noticiero Estelar de las 8:00 pm, su camino hasta convertirse en una reputada profesional de los medios de comunicación comenzó bastante lejos de las cámaras y los micrófonos.
A inicios de los 60, trabajaba como secretaria en el Ministerio de la Industria Alimentaria, en donde su interés por el arte la hizo sumarse a iniciativas asociadas al teatro, los carnavales populares y hasta el circo.
También como secretaria empezó en el entonces Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) en 1965. Tres años más tarde, mientras todavía era plantilla de ese sitio -renombrado en 1975 como Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT)-, su vida cambió totalmente gracias a un curso formativo de locutores en el que entró.
“Ahí fue cuando vi la luz en el camino, matriculé y comenzó mi despegue en el mundo televisivo. Tuve la oportunidad de salir de la oficina y de esos horarios rígidos de las secretarias. Pasé el curso y mi prueba fue en Radio Enciclopedia. Allí estuve algunos meses hasta que me propusieron hacer, en la televisión, la presentación de un teatro. Volví a Radio Enciclopedia y ocho meses después, el 1ro de junio de 1970, entré definitivamente a la televisión”, contó en 2021.
Luego se desempeñó en espacios como Buenas tardes, Tránsito, A jugar y Farvisión. Más adelante, en 1982, viajó a África para fungir primero como locutora del programa en español, La hora, de Radio Nacional de Angola, y posteriormente ocupó el rol de corresponsal de guerra.
“En la tierra africana estuve tres años como periodista. Documenté todo lo relacionado con el estallido de la bomba de Huambo, así como la muerte de 14 colaboradores cubanos. Estuve en la selva de Mayombe, en el Congo Brazzaville. De ese lugar es el documental Fuerte y Vigoroso igual que él. Hice el documental Zumbe, un Girón angolano y Sencillamente el Yoyo, dedicado a un profesor internacionalista”, relató en un intercambio con la revista En Vivo.
Tras un breve período de vuelta a la mayor de las Antillas, realizó un periplo que la llevó hasta Irak, Yemen, la República Democrática del Congo, Etiopía, Guinea-Bisáu y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, países en donde se encargó de llevar al audiovisual diferentes aspectos de sus culturas y realidades.
Como parte del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, fue el rostro del Noticiero durante aproximadamente un cuarto de siglo y el prestigio ganado la llevó a ser seleccionada como presidenta de la comisión de evaluación de locutores de la televisión nacional.
Tras retirarse en 2006, tres años más tarde fundó Casineando… como una forma de pasar el tiempo y aliviarse el peso de una vida agitada que le deparó una batalla ganada contra el cáncer de mama, la misma que su única hija no logró superar.
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