Otra vez con audífonos y en random, anotando los flashazos de vida que me traen a la mente las canciones…
Charanga Habanera – El Boni: Empieza al tumbaíto y ya yo brinco y meneo con la mano en la cintura. Después se pone un poco cheo el texto. A los 11 mis primas me invitaron a una casa en la playa. Era en Guanabo, yo no sé, lejísimo. Llegamos en la guagua, caminamos como unos animales por la arena. No estoy seguro de dónde dormí ni de qué comí. Recuerdo el agua lejos. La casa seguro era más pequeña: con 11 años yo no había salido de Fontanar, la nada era magnífica. Sonaba El Boni todo el fokin tiempo. Timba con moña y vuelve junto a mí, yo te haré feliz. Ahora me sé ese disco de memoria. Cada vez que lo oigo estoy de nuevo en aquella playa. Cruzando el río sabes que te quiero. Un dominó, un cangrejo, la distancia, mis primas y mi madre.
Maná– Clavado en un bar: Le escribí Y mi amor nunca se raja/ y mi amor nunca jamás te va a fallar. Yo ni la amaba. Le puse un poco de punchlines de Maná en un papel y le di swing a las letras, con sombra y corazones. Y resulta que era fan de Maná, que nos empatamos a los dos o tres días gracias a eso. Yo tenía una suerte. Las cosas se pusieron vertiginosas en menos de una semana y yo me quedé clavado en el malecón del quinto piso, muy desesperado, muy en el olvido, esperando que subiera la escalera o que pasara de lejos queriendo ser mi todo y mi corazón, porque creo que su aula estaba en el piso de abajo de la mía después de la escalera, así que el malecón que me tocaba quedaba justo arriba de su malecón, así que era probable que mientras yo estuviera en el malecón del quinto llorando de rabia ella estuviera bebiendo tequila para olvidar en el malecón del cuarto. Creo que no se entiende nada de esto. Si yo hubiera sido el fula del aula me hubiera puesto la loca del muelle.
Anónimo Consejo– Loma y machete: Cuando en el yuma me cogió el gorrión me levantaba a las seis de la mañana, me hacía café pijo en la maquinita y salía a la terraza a fumarme la pila de H. Upmann que compré en Centro Habana, que me ocupaban media maleta. Y me ponía este tema. Dos o tres veces. El cierre, sobre todo, la parte que Kokino habla dialecto y Sekou canta Arandé- randé- randé, Arandé- randé- randerawó. Tienes que oírlo para que entiendas. Justo a partir del minuto 3:30. Yo no sé si eso quiere decir algo en dialecto o qué. Me coge y me transporta. Me sacaba el gorrión en la terraza. Una vez en G-Café le dije a Sekou que qué bolá con eso, que cierra el tema con una fuerza triste que me parte el alma cada vez que lo oigo desde el 2007. Me respondió que eso se le ocurrió cuando iba a grabarlo, ya frente al micrófono. Y yo con el gorrión en la terraza. Maldito genio.
Ariel Barreiro– Niña: Olvídate de eso.
Hermanazos– Sentimiento de paz: Le dije que por qué no escribía rimas. Ella hacía unos cuentos de lo más lindos en una libreta y no los enseñaba. De una muñeca triste, de ese corte. Ella era así. Creo que ahora es otra. Cuando aquello pelo rizo y Bob Marley, iba conmigo a cuanta peña de rap hubiera en La Habana. Conocíamos a los mismos raperos. Yo tenía una libreta que no enseñaba pero con canciones. Le dije que por qué no escribía rimas para hacer un dúo. Rapear es fácil, es hablar en tiempo. Ella escribió rimas. Aunque lo único que terminamos fue de estar juntos. Yo tenía el coro de Sentimiento de paz en un casete. Lo grabé de la radio, con mi grabadora anaranjada. No me dio tiempo a coger el tema entero. Cogí el último coro y un fade out. El rapero es un rapero al que los dos conocíamos de vista. Y bueno, por quemar, entre otras cosas, quemé una libreta con canciones de ella y quemé esta como un animal por la arena mientras se me iba olvidando; mientras ella se iba olvidando de ella, de Bob Marley, de la muñeca triste, de todo ese corte.
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