En la red social Facebook cada vez son más numerosos los grupos de seguidores de algún tema. Los dedicados a las novelas cubanas van en aumento. Hacia esos espacios, muchos llevan críticas, elogios, imágenes o teorías sobre lo que podrá suceder.
La actual telenovela, Vuelve a mirar, del director Ernesto Fiallo, no ha sido la excepción, y en uno de los sitios dedicados enteramente a contenido relacionado con el audiovisual, trascendió la noticia de que la actriz Miriam Socarrás había contraído y superado la COVID-19, información que pudimos confirmar. Ese mismo lugar, donde los participantes se deshacen en elogios por el personaje de Carmela, que actualmente interpreta, se llenó de buenos deseos y pronta recuperación para tan querida figura.
… y no es para menos. La trayectoria artística de Miriam Socarrás bien lo merece. Dio sus primeros pasos en el entorno artístico junto al movimiento de aficionados del Instituto Cubano del Petróleo, y en 1962 ya se había incorporado al elenco del Teatro Musical de La Habana.
Con apenas 21 años había recibido clases de modelaje, danza, baile, actuación y seguía de cerca a sus grandes ídolos, Sonia Calero y Raquel Revuelta, a quienes admiraba desde niña.
De las tablas pasó a los escenarios de Tropicana, de jueves a domingo. Llegó por una sustitución temporal y se quedó durante 14 años, entre 1981 y 1995.
Recientemente, Paquita Armas recordaba su sobrenombre, “emperatriz de los papeles secundarios”, en una entrevista donde la actriz reconocía que, en su juventud, el tiempo era un «chicle» y le alcanzaba para todo. En cuanto al tema de los roles no protagónicos, ha dicho que son los que le han asignado y ella los ha defendido como mejor ha sabido hacerlo.
Hoy la vemos con todo el esplendor de sus 80 años en el personaje de Carmela en Vuelve a mirar, y ahí representa a una anciana que vive esa etapa a plenitud. Ha tenido, incluso, escenas “complicadas” que han generado revuelo entre los espectadores, pues algunos las han considerado demasiado íntimas de la vida en pareja. Carmela, contrario a lo que está sufriendo su hija, mantiene una vida sexual activa. Esta mujer independiente se desempeña como profesora de la Cátedra del Adulto Mayor.
Miriam ha reconocido como sus primeros papeles importantes en la televisión los que interpretó en Doble Juego (Rudy Mora, 2002; ahí era Gladys, la vecina de Isabel, a quien cuidaba con amor de abuela) y en Destino Prohibido (Xiomara Blanco, 2001; defendió el personaje de Teresa, una de las empleadas del hogar de los ricos hacendados, familiares de María del Pilar).
En el cine también se ha destacado. Acumula en su trayectoria películas como Papeles son papeles (Fausto Canel, 1966); Zafiros, locura azul (José Linares, 1966); Cecilia (Humberto Solás, 1981); Plaff o Demasiado miedo a la vida (Juan Carlos Tabío, 1989); entre otras.
En el programa Unos minutos en la vida de… comentó que, aunque tuvo una infancia pobre, fue feliz. Estuvo casada con José Luis Posada, quien fue el padre de su hijo y se desempeñó como profesor de artes plásticas. En este espacio confesó, además, rutinas de su vida: es amante del té; no responde al teléfono si tiene algo más que le ocupe; le gusta la cocina, aunque no prepara cenas ceremoniosas.
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