No son pocos los actores que dicen disfrutar los personajes mientras más difieren de su carácter. Este seguramente ha sido el caso de la actriz Nieves Riovalles, a quien le ha tocado interpretar los más diversos roles.
Desde la gitana Cruz en la telenovela Destino Prohibido hasta Irene, (minusválida, madre de Mirita en la serie policíaca Tras la huella) o Caridad, su más reciente rol en Vuelve a mirar, todos, aunque con ciertos puntos de contacto, han tenido poco que ver con ella, con su forma de ser. A Nieves le apasiona la cocina, pasar tiempo en familia…
Es una mujer con fuego en la sangre. Licenciada en Literatura Hispanoamericana, siente el baile y la rumba muy adentro. Aunque con una extensa trayectoria de más de cincuenta años, ha reconocido que “aún está aprendiendo a hacer televisión”.
Como actriz de teatro, cine y televisión, bailarina, coreógrafa y profesora, en su trayectoria artística destaca su paso por compañías como Hubert de Blanck y Danza Contemporánea. Sus interpretaciones le han merecido numerosos reconocimientos, entre los que se encuentran la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Actuar por la obra de la vida.
Ha dejado huella en las tablas, en la gran pantalla y en la TV. Por ser este último uno de los medios donde más se le conoce y recuerda, aquí te traemos algunos de sus papeles más significativos.
Gitana Cruz (Telenovela Destino prohibido, 2004)
De este, ha dicho: “esa no es mi forma de hablar, ni mi carácter es tan fuerte”. Ante el reto que le planteó, tuvo que estudiar a profundidad el personaje, buscar referentes, remontarse a sus raíces. Aquella mujer era representada como la matriarca de una comunidad nómada gitana que luchaba por un espacio en el territorio y la sociedad. Era, en cierta medida, una madre protectora de los suyos.
Zaida (Telenovela ¡Oh, La Habana!, 2007)
En esta ocasión, era la esposa de Facundo Martiatu (Mario Limonta), quien se desempeñaba como locutor. La obra se centraba en la vida habanera en diferentes barrios de la capital. Zaida era una mujer muy emotiva, pero con carencias afectivas, debido a la pasión de su esposo por el trabajo.
Lucía (Telenovela Bajo el mismo sol, 2011)
Otra vez asumió el papel de madre, pero, según la propia actriz, aunque le sigan dando personajes parecidos, tratará de destacar sus diferencias. En este caso, su hija, Tania (Ketty de la Iglesia), había estado presa y luego se involucraba en varios conflictos que hacían que Lucía, por momentos, tomara una postura de sobreprotección para olvidarse de sí misma y volcarse en las situaciones de su familia. No obstante, su esposo le ayudaba a recordar que aún era mujer y también tenían que continuar con su vida de pareja en medio del caos.
Olga (Telenovela En tiempos de amar, 2017)
Madre, abuela… bajo su techo convivían generaciones de hijos y nietos, todos juntos. Ella sufría por las situaciones de cada uno y trataba de hacer lo más placentero para la coexistencia. El mayor problema de su familia tenía relación con el espacio físico, o sea, con la independencia dentro de un hogar donde convivían varias personas.
Caridad (Telenovela Vuelve a mirar, 2021)
La producción dirigida por Ernesto Fiallo nos ha devuelto a las pantallas a una Nieves que hacía tiempo no veíamos (aunque habían retransmitido recientemente Bajo el mismo sol y Destino prohibido).
En esta obra centrada en la tercera edad y sus conflictos generacionales, Caridad encarna las buenas maneras, el disfrute y el aprovechamiento de la vida. En detrimento de otros que deben valerse de sus hijos, o aquellos relegados a las labores hogareñas, a ella se la ve libre. Motiva a todos a su alrededor con su entusiasmo, se desempeña bien con las tecnologías, tiene, incluso, a varios pretendientes rondándola.
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