Todavía faltan unos meses para el arranque de la edición número 61 de la Serie Nacional (se dice que comenzará en la primera quincena de septiembre) y ya empiezan a percibirse las primeras omisiones en las convocatorias de cada provincia. Ahora mismo, un nombre que vuelve a estar ausente del concentrado para el próximo torneo es el de Lázaro Ramón Martín Álvarez, oriundo de Ciego de Ávila.
Recientemente, el periódico Invasor publicó la lista preliminar de atletas que, bajo las órdenes de los entrenadores Lisdey Díaz e Isaac Martínez, jugarán una serie de choques de preparación con el objetivo de conseguir puestos en la selección final de 32 que defenderá los colores avileños en la élite de la pelota cubana. En dicha relación aparecieron siete receptores: Osvaldo Vázquez, Alfredo Fadraga, William Suárez, Jonathan Bridón, Fernando de la Paz, Alfredo Ramos y Denis Daniel Rodríguez, grupo en el que no estuvo el joven Martín.
Recordemos que ya el año anterior, para la serie 60, este prospecto también quedó fuera del equipo, luego de que él mismo solicitara la baja. En esa ocasión, al conocer que no tendría demasiadas oportunidades de ponerse los “arreos” al servicio los Tigres, el muchacho pidió salir del plantel. Aunque inicialmente la dirección deportiva de ese territorio no estuvo de acuerdo con tal decisión, días más tarde la aceptaron.
Durante su trayectoria por los clásicos nacionales, desde 2016 hasta 2020, Lázaro, quien el pasado 9 de junio cumplió 23 años de edad, acumula un total de cuatro campañas, a lo largo de las cuales solo ha podido consumir 157 turnos oficiales. Pese a ello, su average de .248 (39 hits) no está mal para alguien con tan poca participación. Igualmente, tiene promedio de embasado de .318, similar cifra posee de slugging, mientras que su OPS es de .636.
Según nos contó un familiar muy cercano al jugador, actualmente, el prometedor pelotero no piensa jugar más, al menos por el momento. Esto se debe, como es lógico, a las frecuentes decepciones que ha tenido que sufrir en los últimos años.
Esa misma persona nos reveló que el muchacho recibió, incluso, una llamada de Armando Ferrer, mánager de Matanzas, para incorporarse a la “burbuja” en donde entrenan los Cocodrilos, pero declinó esa posibilidad para centrarse en sus estudios.
En el presente, Martín se encuentra cursando el cuarto año de la Licenciatura en Cultura Física y está enfocado en graduarse en 2022. Mientras, dedica la mayor parte de su tiempo a trabajar en una finca propiedad de uno de sus abuelos.
Situaciones como la que le ocurrió a Lázaro siguen dándose todos los años en el béisbol cubano. Deben agilizarse todavía más los mecanismos para facilitar movimientos de peloteros que no se sientan valorados en sus lugares de residencia. La pelota nacional no puede darse el lujo de continuar perdiendo talentos que, durante varios años, fueron jugadores importantes en las distintas categorías por las que transitaron.
Como publicamos hace unos meses, “este joven receptor es uno de los principales prospectos que, en su momento, tuvo el país, hecho que ha demostrado, temporada tras temporada, con rendimientos excelsos. Conformó equipos Cuba en las categorías 9-10 años, 11-12, 15-16, sub-18 y fue miembro del elenco que terminó con el subtítulo en el último premundial sub-23, celebrado en ciudades de Nicaragua y Honduras. Fue incluido, además, en la lista de talentos dada a conocer por las principales autoridades beisboleras nacionales.
“En tres campeonatos para menores de veintitrés años ha destacado, sobre todo, por sus excelentes promedios ofensivos (compiló .333, .353 y .371, lo cual habla de una carrera en pleno ascenso) y bateo de largo alcance (conectó seis vuelacercas en cada una de sus dos primeras incursiones y ocho en la más reciente), elemento que lo distingue desde edades tempranas”.
Ojalá en un futuro no muy lejano decida regresar. En cualquier otra provincia seguramente sería tenido en cuenta.
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