Un lunes de noviembre de 2020, como parte de su rutina laboral haciendo deliveries, Rolando Viera se disponía a sacar el camión, junto al chofer. Este le dijo que se sentía mal, pero aun así cumplieron la jornada. El chofer le comunicó a su jefa que se haría la prueba de COVID-19, en tanto Rolando continuó trabajando los días siguientes.
El viernes, su esposa lo encontró en la cama “tirado, parecía que estaba muerto. Entonces llamó a un médico. A partir de ese momento no me acuerdo de más nada, estaba ido, desmayado”, recuerda Viera a Cubalite.
Comenzaba la agonía para el otrora lanzador de Industriales y su familia. Una agonía que se extendió durante cinco meses por culpa del nuevo coronavirus, tiempo que permaneció en coma. “Los doctores solo decían «reúnan a la familia que de mañana no pasa»”, cuenta el habanero, natural del reparto San Agustín, en el municipio La Lisa.
Su esposa, Yunaikis Valdés, asegura que él jamás había estado ingresado, “no tenía ninguna enfermedad, ni toma, ni fuma. Nada. Su única obsesión es el béisbol”.
Expelotero de Industriales sigue luchando por su vida, tras casi 4 meses hospitalizado
El 19 de noviembre fue hospitalizado en Miami. “Te diré que esos meses no se los deseo a nadie. Angustia, dolor, entubado por todos lados, boca abajo, boca arriba. Los médicos me salvaron y gracias a mi pareja y a la familia voy saliendo adelante. Discúlpame mi hermano…”, interrumpe llorando al rememorar esos días de completa incertidumbre y pena entre los suyos.
Con dificultad para hablar de forma fluida, pues, desde que recibió el alta médica el 18 de marzo, depende de oxígeno suplementario, el capitalino declara que la enfermedad le afectó severamente los pulmones. “A pesar de eso, tengo mucha voluntad: todos los días salgo a caminar, recibo mis terapias, hago mis ejercicios para los dedos, puesto que, debido al coma, estuvieron casi cinco meses sin movimiento”.
Durante su ingreso hospitalario y después, el zurdo que llegó a Estados Unidos en 2001 y jugó en Ligas Menores con los Medias Rojas de Boston, ha recibido muchísimo apoyo de antiguos compañeros de Industriales y de personalidades del béisbol antillano.
“Mi hermano Pablo Miguel Abreu ha estado todo el tiempo y me sigue llamando. Otra persona como Gabriel Pierre también ha estado muy pendiente. Varios peloteros en Miami se reunieron y oraron por mí. A todos les he agradecido con el alma y no tengo cómo pagarles esas acciones”.
Integrante de dos preselecciones nacionales en 1999, Viera, de 47 años, respira por sí solo de vez en cuando, pero se ahoga, de ahí que sea dependiente, por ahora, de oxígeno suplementario.
“Gracias a Dios derroté a la muerte, porque yo estaba más paˈllá que paˈcá, te lo digo de corazón. Por suerte recibí una segunda oportunidad. En lo único que pienso es en recuperarme y ayudar a mi esposa, luchar y trabajar. Dile a la gente de La Esquina Caliente del Parque Central en La Habana que hay Viera para rato”, dice desde la ciudad de Naples, a poco más de una hora de Miami.
“Estoy contento porque estoy vivo”.
Excelente saber de Rolando Viera y su recuperaciòn….Mucha salud para èl y que siga teniendo las visitas y llamadas de sus amigos y hermanos del bèisbol….Abrazos..
Vi el video cuando estaba hostalizado y hace 3 días tuve la oportunidad de conocerlo por una video llamada de una amiga suya. Realmente un milagro!!