Cuenta el megaproductor canadiense David Foster en el documental biográfico Off the Record, que el avión de Andrea Bocelli tenía un gran retraso para llegar a tiempo Los Ángeles, ensayar The Prayer con Celine Dion y cantarla en la entrega de los Grammys de 1998. Ni corto ni perezoso, Foster haló por el teléfono y uno de sus contactos locales le proporcionó de inmediato unos demos de cantantes que sonaban más o menos como el famoso italiano. Entre ellos sobresalía la voz de Josh Groban, un estudiante de 12 grado de… la ENA de la ciudad Californiana.
El dedo de Foster no paró; se comunicó con Josh, que recién regresaba a su casa, le explicó el asunto que se avecinaba, pero el joven dijo que no, que su voz de barítono no era como la de Bocelli y le colgó. En lo que Groban contaba a sus padres incrédulos y boquiabiertos el contenido de la conversación, Foster llama de nuevo y le dice algo así: “tú no entendiste bien lo que te quise decir antes. Te quiero a las 3 de la tarde en el Shrine Auditorium para que ensayes The Prayer con Celine. Y punto”.
¿El ensayo? Bueno… imagínenselo a partir del clip que les comparto, en el que verán al propio Groban, dos años después, ocupando, junto a Celine, el espacio de Bocelli.
Por supuesto, esta no es la única ocasión en que los espectadores nos hemos llevado una gran sorpresa. Muchas veces, cuando vemos un nombre desconocido o relativamente desconocido al lado del de una estrella, siempre pensamos que se trata de una pelea de león para mono…y resulta que el simio termina poniéndose a la altura del rey de la selva. Bueno, los productores saben en lo que se meten. Aquí, otros ejemplos:
Hace casi 10 años, me regalan un DVD con uno de los últimos conciertos de Donna Summer y me llama la atención en el menú la inclusión del éxito Enough is enough (No More Tears) a dúo con….¿Tina Arena? ”¿Y quién será esta que se va a meter en los zapatos de la Streisand? ”, me pregunté yo. Bueno, no exactamente, pues Donna cantó las partes de Barbra y Tina las de Donna. Aún así, la pequeña australiana debe haber sacado unos cuantos sustos. Lástima que no encontré aquel video, pero este de un ensayo da para mostrar la calidad de la intérprete poco conocida en aquel entonces.
La voz del recientemente fallecido James Ingram llegó a los oídos del productor Quincy Jones en 1980, a través de un demo, grabación por la que el cantante recibió cincuenta dólares. Quincy lo invitó a su próximo proyecto y se produjo el siguiente intercambio. James: “Yo soy pianista, no cantante.” Quincy: “Yo te voy a convertir en un gran cantante”. La voz de Ingram en The Dude tuvo 3 nominaciones para el Grammy de 1981… y el resto es historia. ¿Y quién es Tamia?… alguien que igualmente sorprendió a Quincy casi 15 años después.
Me cuesta trabajo imaginar a Julio Iglesias en la categoría de “mono”, aunque realmente tampoco lo veo en la de “león”. Pero cantando en un idioma extranjero con un “monstruo” como Stevie Wonder -aunque no aparece en el video- lo sitúa en una posición difícil. My love es una de esas colaboraciones inusuales que siempre me gusta oír. Spoiler alert: la escena filmada entre columnas, NO es el rectorado de la UH.
En 2014, Alita Moses estaba cursando su último año en la University of the Arts – Philadelphia (algo así como el ISA de Filadelfia) cuando ganó el concurso de canto que anualmente se celebra en el conocido Festival de Jazz de Montreaux, Suiza. Un año más tarde fue invitada a unir su voz en Summertime con el legendario, y recientemente fallecido, Al Jerrau.
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