Experimentado entrenador cubano supera segunda operación y su equipo le dedica un gran triunfo

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Al centro, Fidel Gutiérrez. Foto cortesía del entrevistado.

No podía ser de otra manera, en honor a tantos años dedicados a la entidad, por eso el elenco Itas Mutua BSC Rovigo dedicó recientemente su ascenso a la Serie A2 del béisbol italiano al entrenador Fidel Gutiérrez Reinoso. El cubano se mantuvo al frente del equipo en la Serie B buena parte de esta temporada, hasta que debió ser operado por segunda vez en menos de un año, a finales de septiembre, de ahí que los integrantes y directivos del club hayan expresado que la promoción de tercera a segunda división lleva su firma.

Los conocimientos del experimentado entrenador pinareño fueron muy importantes para que el conjunto de Rovigo tuviera una exitosa campaña en la Serie B y se ganara el pasaje para retornar en 2021 al segundo nivel de la pelota italiana, luego de su última participación en 2012. Lamentablemente, El Cómico, como le conocen a Fidel, no pudo estar junto a sus discípulos en el momento de festejar la buena nueva, debido a la intervención quirúrgica antes mencionada.

Cubalite conversó con el entrenador antillano de 58 años, quien permanece todavía hospitalizado en Italia, país al que llegó en 1998 como parte de un acuerdo de ayuda técnica entre ambas naciones. Antes de arribar a Rovigo, al norte del país, cerca de Venecia, desarrolló una fructífera carrera en la EIDE pinareña como preparador de las categorías 13-14 y 15-16 años.

“Desde hace un tiempo los gemelos se me ponían muy duros, acudí a un médico y me dijo que lo que ocurría era que la sangre no me circulaba por el pie derecho. Yo casi siempre andaba en bicicleta, por eso no me daba cuenta. Entonces me pinché en la pierna sin querer, y al no circular la sangre y ser yo diabético, se me creó una infección por estafilococos. Me operaron, me hicieron un bypass, conectaron la arteria que pasa la sangre al pie y comenzó a circular normalmente.

“Sin embargo, al ser mucha la infección, debieron amputarme el segundo dedo del pie derecho. Ahora estoy en el hospital, recuperándome, siempre contando con la bendición de Dios y todos los santos para que todo salga bien y poder regresar a Cuba, donde nací y moriré. Lo mío es la pelota, espero ayudar por lo menos par de años en el béisbol de mi pueblo, enseñar a los niños a jugar, porque no contamos con muchos entrenadores buenos en la base. Espero, al menos, hacer pelotero a algún niño guajirito”.

Gutiérrez, a finales de 2019, debió pasar también por un salón de operaciones. A principios de octubre comenzó a sentir dolor en el pecho, tenía la arteria coronaria tupida. Lo ingresaron y le colocaron tres stents. Su recuperación fue satisfactoria y pudo visitar a su familia en diciembre.

Con 22 años de labor en el país europeo, siempre con la misma sociedad deportiva, entre otros rendimientos, el vueltabajero ha contribuido a conquistar dos campeonatos nacionales en la categoría 11-12, un subtítulo en 13-14 y una medalla de bronce en 15-16. Fue uno de los artífices de que el club ascendiera en 2010 de la Serie B a la Serie A Federal, donde se mantuvo durante tres temporadas, llegando a dos finales (en una perdió con la organización del cienfueguero Adolfo Borrell y en la otra con la del zurdo habanero Pablo Miguel Abreu).

Muchos de los jugadores que hace poco volvieron a empujar a BSC Rovigo a la segunda división vienen desde niños aprendiendo las enseñanzas del cubano. Curiosamente, Fidel nunca ha dirigido, en más de dos décadas, a ningún antillano.

Nacido en el Consejo Popular Pilotos, del municipio Consolación del Sur, no se desempeñó en la Serie Nacional, aunque sí integró varias preselecciones provinciales, pues “en aquella época Pinar del Río era una potencia en la pelota. Yo era antesalista y coincidí con Hiran Fuentes, Diego Mena y Carmelo Pedroso, todos con calidad. Siempre me quedaba en la reserva de Forestales o Vegueros. Realmente mi historia la escribí como entrenador, luego de terminar mi carrera de profesor de Educación Física y preparador de béisbol en el Fajardo.

“Comencé a trabajar en la EIDE alrededor de 1984, con 21 años. Allí estaban jóvenes peloteros como Omar Linares, Luis Alberto Guerra, Raúl Ajete, Luis Álvarez, entre otros que fueron mis alumnos cuando me incorporé. Después entrené a Yobal Dueñas, Vladimir García, y otros tantos jugadores hasta 1998 que vine para Italia”.

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D.L.R.

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