Ser pelotero es una meta que comparten miles de muchachos en toda Cuba. Aunque el fútbol se ha hecho con un espacio enorme en el gusto de los más jóvenes, el deporte de las bolas y los strikes sigue manteniendo su lugar como el más importante en la Isla.
Desde los cinco años de edad, cuando comenzó a tirar pelotas en el combinado deportivo “Ciro Frías” de Arroyo Naranjo, Leonis Mesa Manzano tenía claro dónde estaba su futuro. El chico de la Güinera quería llegar a vestir la camiseta de los Industriales, el equipo más grande de nuestro país. Escuchar su nombre en boca de los miles de aficionados presentes en el estadio Latinoamericano era algo que le llamaba mucho la atención.
Su ascenso en las diferentes categorías fue sucediendo de la forma más normal del mundo y así llegó hasta la 13-14, en donde se desempañaba como receptor de la novena arroyense y vestía el número 38 en su camiseta. Sin embargo, un mal día todo se torció: como resultado de un accidente doméstico —cayó una bola de hierro encima de su mano izquierda—, el muchacho perdió tres dedos y de pronto vio cómo se diluían sus sueños de azul.
De inmediato fue ingresado en el hospital pediátrico William Soler de Boyeros, sitio en donde actualmente le atienden con la intención de sanar sus heridas, tanto las externas como las que lleva por dentro.
Pese a ello, quizás la mejor medicina de todas llegó a Leonis cuando su historia se replicó a través de las redes sociales, en páginas y grupos afines al histórico plantel capitalino. Casi de la noche a la mañana, jugadores de Industriales “aterrizaron” en el hospital, cargados de infinitas dosis de cariño, admiración y apoyo para el niño y sus seres más allegados.
Llegaron hasta allí glorias habaneras como Javier Méndez y Carlos Tabares, a cuyo gesto se sumaron otros entusiastas, como JuanK, de la página Por La Goma. Al pequeño también le llevaron camisetas con su nombre y número favorito.
Tiempo después de que vivieran esa agradable visita, Cubalite conversó con Leonis y su madre, Yaimara Manzano.
“Mi experiencia al interactuar con mis ídolos como Carlos Tabares y Frank Camilo Morejón ha sido increíble, porque mi deseo es ser tan grande como ellos. También he tenido la suerte de contar con amigos y distintas peñas que me han brindado todo su apoyo y mensajes de preocupación ¿Qué más puedo pedir?”, comentó la joven promesa del diamante.
Por su parte, Yaimara nos contó que este fue un golpe muy grande para la familia, pero que a pesar de todo se han mantenido unidos para seguir dando lo mejor por su hijo.
“Hasta hoy no dejamos de preguntarnos el porqué de todo esto, pero creo que al final la vida nos puso esta prueba para ser mejores padres y personas. Agradezco muchísimo las palabras de aliento y apoyo que nos han enviado los amigos, los entrenadores del equipo de Arroyo, peloteros de Industriales, la gente de las peñas y otro montón de personas que no conozco, pero que también nos han dado fuerzas para salir adelante y permitirle a Leonis seguir siendo ese niño alegre de siempre”.
Acerca de los regalos, sobre todo de los que trascienden el plano material, el muchacho declaró: “solo te diré que estas muestras de apoyo me han servido para decidirme a no abandonar mis metas. Le debo mis ganas de seguir adelante a todas esas personas que han estado ahí para mí en este momento tan difícil”.
Medir el agradecimiento de esta familia sería ahora mismo un ejercicio sin sentido. Supongo que será suficiente con saber que tanto ellos como el pequeño pelotero mantienen intactas sus ganas de luchar, incluso en un momento en que la vida les ha puesto en una situación tan compleja. Lleguen de parte de nuestra redacción las mejores intenciones para todos y el deseo de un futuro a la altura de su calidad humana.
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