Los cubanos somos personas de una gran imaginación. Nuestra capacidad para la creación a partir de ideas particularmente inusuales es un motivo de conversación constante, e incluso de orgullo nacional. Prueba de ello son inventos como el bistec de frazada de piso, las “chismosas” —para alumbrarnos en tiempos de apagón— y el picadillo hecho a base de cáscara de plátano, todos creados como consecuencia y alternativa a las necesidades que nos ha tocado vivir.
Como consecuencia de lo anterior, son muchas las aristas de la vida en la Isla que se han visto influidas por los cambios y adaptaciones generados en la fértil mente de genios desconocidos que pululan por ahí.
Recientemente, se ha hecho notable la aparición de un nuevo negocio en las redes sociales, el cual se asocia fundamentalmente con WhatsApp. Sí, ya sabemos que esa aplicación de mensajería instantánea no clasifica a primera vista como un ejemplo clásico de ese tipo de plataforma, pero si nos fijamos en el parecido entre sus “estados” y las “historias” de Facebook o Instagram, queda claro que un poco de eso sí tiene.
Ahora, para entrar de una vez en el asunto del que queremos hablar, les diremos que el susodicho “emprendimiento” va, a grandes rasgos, de vender contactos. Sí, exactamente como lo lee, resulta que alguien entendió que ahí había un nicho de mercado, y se puso a la tarea de recopilar números de teléfonos con la idea de ganarse algún “menudo” como resultado de su labor “investigativa”.
Las tarifas para los paquetes de contactos varían en dependencia de la cantidad. Por ejemplo, si usted quiere sumar 1024 (lo que viene a ser más o menos una especie de “gigacontacto”), basta con pasarle 1 CUC a la persona que los tiene y ¡voilá!, le serán enviados de inmediato. Si quiere 8 mil, le costará sólo 3 CUC, pero si aspira a volverse realmente viral (o alguna otra cosa que se le ocurra) y desea contar con la exorbitante cantidad de… 80 mil números en su lista, sólo tendrá que transferir 6 CUC y todo estará hecho.
Hay que decir que no deja de tener lógica todo el asunto. Al fin y al cabo, si usted quiere que sus publicaciones o proyectos tengan un mayor nivel de exposición, esa puede ser una vía válida para darlos a conocer. Es ahí donde entra WhatsApp como un canal excelente, pues a través de listas de difusión, cualquiera puede mandar su “mensaje” a varias personas de una manera simple y ahorrando muchos megas.
Dueños de restaurantes, de bares, fotógrafos, organizadores de fiestas, músicos, artistas en general y hasta los “célebres” dur@kitos, pueden acceder a este —sumamente barato— servicio y lograr que su emprendimiento, sea cual sea, pueda intentar tener «cierto» impulso.
Hasta ahí todo luce bien. De hecho, si uno lee el mensaje que envían con la tabla de precios, al final reza la aclaración de que “Todos los contactos saben que se están distribuyendo”. No obstante, es justo —y obvio— decir que esa versión de la historia tiene algunos vacíos por los que cuesta digerirla a la primera. La primera razón de la duda viene de la poca claridad y transparencia que aparece en su oferta, pues ahí sólo colocan el mensaje «esclarecedor» que mencionamos antes, cuya veracidad es altamente discutible.
Por supuesto que, en pequeña escala, sería normal que alguien vaya haciendo su catálogo “númerico” poco a poco, y que incluso logre engrosarlo bastante con el paso del tiempo. El problema es que resulta difícil creer que una persona logre contactar con decenas de miles de ciudadanos (ojo, entre 60 y 80 mil) y luego les pida —y reciba— su confirmación para tal empresa.
Lo que más preocupa de todo este tema es la privacidad. Tiempo atrás, muchas personas se han quejado de esas aplicaciones móviles que vienen con una edición digital —e ilegalmente obtenida— de la base de datos de Etecsa, en la cual no sólo se puede acceder a los contactos de las personas, sino a datos de naturaleza no pública como son su dirección particular y su número carnet de identidad… ¡imagínense ahora, en este caso, con el añadido de la profesión a la que se dedican!
Visto lo visto, no podemos asegurar ciegamente que la propuesta de quienes se dedican a vender contactos sea falsa, pero sí señalamos que, ante la falta de evidencia palpable, tampoco podemos decir lo contrario.
Por ello, si usted necesita promover su negocio o, por otro lado, simplemente quiere complacer el deseo de convertirse en alguien popular, le recomendamos que intente buscar otras opciones menos cuestionables como pueden ser Facebook, Instagram o Telegram. Puede que no ahorre tantos megas, pero se evitará un posible problema.
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