Xavier Chao, el actor cubano que triunfa en China: “Ojalá esto no estuviera tan lejos”

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Xavier Chao en una obra de teatro en Cuba. Foto tomada de su perfil en Instagram (@xavierchao_oficial).

¿No conoces a Xavier Chao? Pues te contamos que su camino en el mundo de la actuación empezó desde bien temprano. Novelas, series, teleplays, policiacos… En Cuba ha tenido una carrera considerable y, aunque no descarta trabajar en su tierra natal, ahora es China quien acoge su talento.

Emprendió un viaje –con muchos temores– a un país situado a más de 13 mil kilómetros de su lugar de origen, pero pronto comenzó a sentirse realizado: “la vida me ha premiado, ser actor es lo que más quería”.

La historia de cómo comenzó a actuar, aunque ocurrió de último momento, no fue por mera coincidencia. Siempre, según contó, tuvo claro que quería dedicarse al arte. “No sabía si específicamente a la actuación o a alguna otra rama, pero sí recuerdo que, de niño, terminaba de ver una película o unas aventuras y yo era ese personaje. Me sentía como tal”.

No llegaba a la adolescencia y ya acumulaba actuaciones en Enigma de un verano, El camino de los juglares y La casa de Don Polilla.

“Cuando estaba a punto de terminar la secundaria, tenía una novia que quería ser actriz y gracias a ella me enteré de que existía una institución para prepararse como actor, la Escuela Nacional de Arte (ENA). Eso ocurrió exactamente una semana antes de las pruebas, se lo dije a mi mamá, rápido me inscribió y pude entrar”, narra Xavier.

Una vez dentro, se tomó más en serio la actuación. Aunque confiesa que fue indisciplinado: “al estudiante no se le permite trabajar, creo que hasta tercer año, y yo desde el inicio realicé varios teleplays”.

Personajes ha interpretado muchos. El público lo identifica, quizás, como Ulises en la serie SOS Academia (2013). Ese, su primer protagónico, lo mantuvo al aire alrededor de 40 capítulos. “Se vio bastante y me lanzó a la popularidad”.

También encarnó a Sandor en la telenovela Más allá del límite (2018). Ha dicho que lo volvería a hacer mil veces más. “Ojalá hicieran otra temporada y yo tuviera la oportunidad de hacer ese mismo papel”. Con ese rol dio vida a “un ser humano extraordinario, con unos valores hacia la amistad, la familia y una convicción de respeto hacia su persona y el resto del mundo. Tuvo muchos puntos de contacto conmigo: el amor a la madre, que para mí es lo más grande, y el hecho de defender lo que uno es, lo que uno piensa, por encima de todo, así como su manera única a la hora de perdonar”.

En esa ocasión debía representar a un hombre gay, y lo hizo, según nos contó, alejado de clichés. Su único propósito era defender el derecho de cada persona a vivir libremente su sexualidad. A pesar de no estar en Cuba cuando se transmitía la novela, recibió muestras de cariño y retroalimentación de su trabajo.

No obstante, el rol con que más se ha identificado lo representó en teatro, cuando tenía 25 años. Regresaba de trabajar en el exterior y hacía su debut en las tablas. “Decía algo que yo necesitaba decir en ese momento. Era exactamente lo que estaba viviendo”. En esa obra del grupo Teatro del Sol, su personaje enfrentaba una de las incertidumbres comunes de los jóvenes en la sociedad cubana: “después de graduarse, qué ambiciones tiene, qué futuro, qué expectativas de vida, los trabajos que podría pasar o no, los caminos que se le abrirían o no”.

Otro papel entrañable lo hizo junto a Ágora teatro, en 2018. En esa obra, No recuerdo nada de ti, dirigida por José Ignacio León, también actuó junto a Yía Caamaño, a quien hemos podido apreciar en las últimas telenovelas. “Aquel era un personaje para disfrutar, muy fuerte, con una carga dramática explosiva y una sicología retorcida”.

Entonces, ¿cómo llegó Xavier desde Santo Suárez a China?

 

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Él mismo no tiene la certeza. “Me escriben porque habían visto unas fotos mías, unas escenas, no sé realmente ni quién las mandó, o si las vieron en YouTube”. En ese entonces le ofrecieron un personaje en una película. Como requisito debía enviar un monólogo en inglés y ahí vino el corre-corre. “Tuve que inventar un texto, porque no soy experto en inglés para traducir. Lo grabé en mi cuarto y lo envié. Lo vieron, lo aceptaron y en menos de una semana estaba viajando”.

“La industria del audiovisual en China es bien grande, es una lástima que no esté tan abierta al mundo y quede tan lejos. Se filman a diario, a la misma vez, muchas películas y todo el tiempo solicitan actores extranjeros. En disímiles ocasiones están buscando latinos y no los hay”. Cuando ve el anuncio de un casting, piensa en sus amigos en Cuba, en la oportunidad que pudieran tener ahí.

Contrario a lo que pudiera imaginarse, dice que a su llegada todo fue muy fácil. “Me encontré con una gran comunidad de cubanos que me acogieron, incluso a mi esposa la conocí allá. Las personas fueron bien amables. Te dan todas las comodidades para que no te sientas mal. Hay cosas que jamás esperé: por ejemplo, que me pregunten qué comía en mi país, para entonces preparar esa misma comida para mí. Al principio me trataban como a un niño chiquito, pedían por mí y me escoltaban a donde fuera”.

De ese primer contrato cumplió sus seis meses y regresó a Cuba. “Cuando no había pasado ni un mes, me llaman de una compañía de teatro. Una vez más, no sé ni cómo, ni dónde me vieron, supongo que sea el poder de las redes sociales. Querían saber si me interesaría pertenecer a una agrupación de teatro”. Nuevamente, todo rápido, papeles listos y viaje.

Durante su último año ha estado montando una obra y saliendo de gira. No tiene tiempo, dice y menciona una imagen que posteó durmiendo en el aeropuerto. Avión-teatro-hotel, y quizás no en ese orden, bien pudieran resumir esta etapa.

Sus personajes dialogan en inglés, aunque se ha arriesgado a decir algunas frases en chino. “La pronunciación es difícil. Estudio mucho el idioma. Hace un tiempo me llamaron para una película, pero era en chino totalmente y tuve que decir que no. Aún no lo domino”.

Pese a lo anterior, no planea desvincularse de su profesión en Cuba. Le han propuesto algunos trabajos en la isla, pero ha debido rechazarlos por no encontrarse presente. A lo que tiene previsto asistir, y espera que la pandemia del coronavirus no se lo impida, es a la realización de una serie escrita y dirigida por grandes amigos suyos. “Espero estar porque estuve ahí el día que nació la idea de hacerla y sería una pena no poder participar”.

Ahora mismo no conoce a otros actores cubanos que estén en su misma situación, aunque cree que no es el único nacido en la mayor de las Antillas actuando allá.

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