Este 15 de junio, en medio de la situación generada por la pandemia del coronavirus, Carmen Reinhart asumió su puesto como economista jefe del Banco Mundial. La que fuera subdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aparecido en la lista de los 50 economistas más influyentes en el mundo de las finanzas, sin embargo, algunas de sus investigaciones han sido cuestionadas por supuestos errores. No obstante, por estos días han trascendido también sus raíces cubanas.
Personas del entorno cercano a la economista dan fe de lo anterior. Guillermo Calvo, profesor de la Universidad de Columbia, compartió con ella en dos momentos diferentes -mientras era estudiante y luego como compañero de trabajo en el FMI- y declaró a BBC Mundo: «Carmen puede llegar a ser muy extrovertida con sus amigos, tiene una manera muy cubana de expresarse, como si recién hubiera salido de Cuba».
Mientras, el también economista, Andrés Neumayer, refiere al medio antes citado los aportes de Carmen en investigaciones relacionadas con países en vías de desarrollo. Por su manera de trabajar, “comprometida, alegre, con mucha vida”, concluye, “aunque su pasaporte diga que es estadounidense, no cabe duda que tiene sangre cubana”.
Con el apellido paterno Castellanos, Carmen nació en La Habana, en 1955. En tierra caribeña dio sus primeros pasos y vivió algunos años de su infancia. Aunque para 1966, su familia emigró a Estados Unidos, Cuba la acogió el tiempo suficiente como para dejar huella en la niña.
En un perfil publicado en la web del Fondo Monetario Internacional narran que «su padre, contador de una empresa cervecera en Cuba, canjeó una visera por un martillo y se hizo carpintero. Su madre, que nunca había trabajado fuera del hogar, se hizo costurera». Dijo Reinhart que esta última trabajaba «en cortinaje, no en prendas de vestir, sino en cortinaje. hasta el día de hoy siento una fascinación por las cortinas. No puedo caminar por un cuarto sin dejar de notarlas”.
La historia de la migración de su familia no fue muy diferente a la de otros que emprenden esta misión. Se asentaron en un inicio en Pasadena (California) y más tarde llegaron al Sur de la Florida. A pocos meses del arribo a Estados Unidos, Carmen enfermó. Una fiebre reumática le dejó todo el lado izquierdo de su cuerpo paralizado. Para tener una idea de la afectación en su vida, ella contó a la revista Finanzas & Desarrollo del FMI, que al ser zurda, la parálisis de ese lado exigió mucho esfuerzo para superarse, “perdí un año de escuela, y entre el trauma de todo ello y el hecho de que mi inglés era virtualmente inexistente, no fue exactamente una transición fluida».
Pero supo sobreponerse. A base de sacrificio, dominó ese idioma que le era extraño y diferente a su lengua natal. Una vez superada la barrera del lenguaje, entabló amistades y le cogió ritmo al sistema escolar. Y bien que se adaptó. Más adelante, estudió en el Miami Dade College, la Universidad Internacional de Florida y la Universidad de Columbia.
Sus primeros cursos fueron de comercialización de moda. “Me gusta mucho el arte, me gusta dibujar, y como creía no haber asistido a la escuela correcta para ser diseñadora de modas, traté de ver si me gustaba estudiar su aspecto comercial. La comercialización de la moda trata más bien sobre cómo convertirse en comprador. tiene poco que ver con el diseño, con lo artístico”, declaró a la web del FMI. Pero continuó estudiándolo, pues como parte del plan de estudios incluía materias sobre los principios de la economía.
En el campus de Columbia, conoció al que sería su esposo, el también economista Vincent Reinhart y matriculó en el curso de Introducción a la Macroeconomía con Edmund Phelps. Este ganador del premio Nobel ha dicho sobre Carmen: “Me di cuenta rápidamente que ella era una estudiante excepcional».
Su carrera despegó rápidamente: llegó a Wall Street, al FMI, y como académica, impartió clases en la Universidad de Maryland y en Harvard. Según el perfil que publicó sobre ella el Fondo Monetario Internacional, «fue durante sus cuatro años en el hoy desaparecido banco Bear Stearns cuando comenzó a interesarse en los temas que han dominado su labor de investigación: las crisis bancarias y financieras y sus efectos en cadena (contagio); los flujos de capital; los indicadores de ciclos económicos mundiales, y la deuda (soberana y privada). México dejó de pagar su enorme deuda externa solo seis meses después de que Reinhart ingresara a Bear Stearns en 1982».
En 2018 recibió el Premio Rey Juan Carlos I de Economía (2018) por su contribución «a mejorar la comprensión de los determinantes y los efectos de los flujos internacionales de capital y las crisis financieras»
Te dejamos con algunas de las contribuciones e investigaciones de la cubanoamericana:
-publicó, junto a Sebastian Horn y Christoph Trebesch, un estudio sobre los préstamos de China en el extranjero. Descubrió que China le presta más dinero a los países emergentes que el propio Banco Mundial.
-en colaboración con Horn y Trebesch, y antes de la pandemia del coronavirus, apareció publicado un trabajo sobre cómo responde la economía internacional ante grandes catástrofes.
-junto al economista, jefe del FMI, Kenneth Rogoff, desarrolló «Is the 2007 U.S. Sub-Prime Financial Crisis So Different? An International Historical Comparison, una investigación cuya base son las estadísticas históricas de 14 situaciones anteriores como la Gran Depresión, y arriba a la conclusión de que la crisis económica de ese entonces seguía patrones de las anteriores.
-ha desarrollado otras investigaciones sobre factores desestabilizantes de las economías, el manejo de la deuda pública, flujos internacionales de capital, inflación, tipos de cambio y crisis bancarias y financieras.
La cubanoamericana llega a su nuevo cargo en el Banco Mundial en un momento propicio para que demuestre todo el prestigio ganado en la gestión de crisis internacionales financieras.
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