Retrospectiva: Segundas partes… con reducción de plantillas

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Earth, Wind and Fire. Foto tomada de Vicious Magazine.

En una de esas conversaciones en las que una frase crea un malentendido, expresé que me gustaba mucho la música negra. Y me preguntan: “¿Qué tú quieres decir con eso? ¿Qué es eso de música negra?” Y yo respondo: “Compadre, la música de los Comodoros, Kool y su Pandilla, Tierra Viento y Fuego” …. “Aaaaah, tú quieres decir música negra americana, no que te guste La Monumental o Pello el Afrokán”, aclara mi interlocutor.

Eso fue en el verano de 1982, en un campamento de trabajo universitario en Güira de Melena. Por esa época, ya yo había oído unos cuantos temas de la agrupación cuyo nombre Earth, Wind and Fire había visto en un recorte de periódico que anunciaba Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band, uno de los fiascos musicales hollywoodenses en el que también se embarraron los Bee Gees y Peter Frampton.

Con el paso del tiempo, me doy cuenta de que lo primero que había oído de ellos no fue la genial mezcla de September y That´s the Way que interpretron en el concierto A Gift to Song, nada más y nada menos que en la sala de la Asamblea General de la ONU. Mientras iba adquiriendo sus grabaciones, mi memoria auditiva identificaba frases musicales que se usaban como relleno en un programa que oíamos escondidos -como a las 10 u 11 de la noche- con el radio bajito y pegado a una de las columnas del albergue. Las cabillas de la columna resultaban como una especie de antena, o eso creíamos con apenas 15 años.

Y aquel verano en Güira, mi playlist de EWF se ampliaba, pues alguien trajo al campamento un casete de Gratitute, álbum en vivo de 1975. Había canciones con las que dábamos brincos (Shining Star) o bailábamos apretaditos (Reasons). A pesar de la limitada calidad de los equipos de audio que teníamos en La Rosita, la experiencia auditiva era muy interesante pues me imaginaba al virtuoso ensemble con los fastuosos y coloridos trajes que mencionaban las notas culturales de la prensa nacional; no fue hasta mucho después que vi la primera foto de ellos. Y hasta soñaba estar en el concierto coreando sus canciones junto al resto del público.

A lo largo de casi 40 años he perseguido, paciente y persistentemente, la discografía de EWF en los más diversos formatos. Primero fueron casetes grabados de otros también grabados. Después casetes grabados de originales. En una breve visita a México en el 2000, Félix -un viejo colega de la Universidad- me demostró la calidad del equipo surround -¿o era entonces cuadrofónico?- que recién había instalado en su sala, nada más y nada menos que con un Grandes Éxitos del grupo. Lo que había oído en Guira ahora daba ganas de llorar.

Más tarde me empaté con ficheros en MP3. Luego con uno de sus conciertos en un DVD quemado -finalmente vi los vestuarios con motivos africanos y desde entonces bromeo con Furé, un colega de estudios, al que le encanta ponerse camisas EWF. Después, con otro DVD quemado de la trayectoria musical del grupo y con uno del concierto en el que el famoso productor David Foster los presenta como “Mi banda favorita de todos los tiempos”. Lo mismo sigo diciendo yo.

Y cuatro años después de haber comenzado a reconstruir mi colección de música en CD -mis hijas y mis amigos se siguen riendo por ser yo el único que sigue comprando música en este formato- coloco en mi estante el octavo disco del supergrupo, descubierto en una venta de segunda mano.

Devoted Spirits no es precisamente un Grandes Éxitos, sino más bien un remake en el que se inmortaliza una vez más la música de EWF con una plantilla reducida. Aquí el tecladista Larry “El Mago” Dunn, fundador y director musical entre 1972 y 1983 junto a Sheldon Reynolds (voz y guitarra) y Morris Pleasure (bajo, teclados, trompetas), quienes transitaron por la agrupación en período más cortos,  nos regalan un Tributo de 22 temas más y menos conocidos, con renovados y refrescantes arreglos que incluyen el rhythm and blues, el soul/funk, el jazz y el hip-hop.

Si bien el peso de las interpretaciones recayó sobre estos tres “mosqueteros”, otros músicos fueron invitados a Devoted Spirits para hacer algunos solos, entre ellos, Gerald Albright y Ronnie Laws (saxofones), Ricky Lawson (drums), Norman Brown (guitarra) y Johnny Graham, también guitarrista y ex miembro de la agrupación.

Para esta columna solo pudimos encontrar disponible en internet el tema Can´t Hide Love de este tributo -compilación no es precisamente el término más adecuado- que sin duda alguna despertará entre los más jóvenes la curiosidad por composiciones que se siguen revitalizando más de cuatro décadas después. Pero esto no es razón para lamentarse, pues quién sabe si Devoted Spirits ya anda circulando en un formato u otro por los más ingeniosos y diversos canales de distribución.

Entonces, para no quedarme corto con respecto a artículos anteriores, además del mencionado tema, comparto links a éxitos de la mencionada banda interpretados por artistas contemporáneos y con sonoridades renovadas.

Devoted Spirits – Can’t Hide Love

After the Love Has Gone interpretada por Doctor Mix solamente con sintetizadores y efectos de voz (vocoders)

La más reciente interpretación de éxitos de Earth, Wind and Fire tuvo lugar recientemente (Diciembre 2019) en el Kennedy Center

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