Mario Guillermo Miranda, en 2013, pertenecía a la vanguardia de prospectos juveniles del béisbol cubano que aún no habían debutado en la Serie Nacional. Pero antes de eso, el habanero había comenzado, aproximadamente a los seis años, a entrenar con su padre Mario Miranda, quien hace más de dos décadas jugó par de temporadas con elencos capitalinos en el principal torneo doméstico. Su desarrollo deportivo fue veloz y ya a los nueve abriles conformó su primer equipo Cuba, a un certamen desarrollado en Venezuela.
Excelentes condiciones físicas y deportivas favorecieron su inclusión en el elenco nacional que compitió en el Campeonato Mundial de cadetes de México 2011. Dos almanaques después su nombre se incluyó en el equipo Cuba que logró el bronce en el certamen del orbe juvenil, efectuado en septiembre de 2013 en Taipei de China, donde coincidieron jugadores que, como Miranda, lucían un elevado nivel, dígase Yoan Moncada, Randy Arozarena, Yanio Luis Pérez, Julio Pablo Martínez, Yusniel Díaz, Luis Robert Moirán, Víctor Víctor Mesa y Vladimir Gutiérrez, todos firmados hoy por organizaciones de Grandes Ligas.
Después de la experiencia mundialista debió estar en Industriales, pero el manager Lázaro Vargas no lo incluyó en su equipo, por lo que su estreno en la Serie Nacional sucedió con la Isla de la Juventud en la temporada 53. Dirigido por Mandy Johnson solamente registró cinco veces al bate, pues enfermó de dengue y pasó casi todo el campeonato en la reserva.
A esa efímera participación le siguió su salida legal de Cuba en agosto de 2015 rumbo a República Dominicana. Mario tenía calidad y condiciones para rubricar un acuerdo con algún club de las Mayores, como hicieron sus ocho compañeros del Mundial de Taipei de China. Por eso su presencia en territorio quisqueyano llamó la atención de varias organizaciones de la Gran Carpa. En ese entonces, la firma del jardinero e inicialista parecía un hecho.
Dos años después de marchar de la Isla, en junio de 2017, George F. Ortiz, ex supervisor de scouts de la MLB, publicó un interesante artículo sobre peloteros cubanos y puertorriqueños que hasta esa fecha no habían conseguido un contrato debido a que sus agentes esperaban una oportunidad millonaria. El segundo atleta del material era Mario Miranda Jr.
Según Ortiz, el capitalino de “herramientas enormes, brazo potente, fildeo perfecto y cuerpo atlético” tenía un representante en 2016 que exigía por sus servicios 10 millones de dólares. “Por causa de este agente irresponsable, el joven perdió la oportunidad de firmar un contrato profesional. Estoy seguro que con un bono justo de 150 mil dólares, estaría listo para jugar en la clasificación AA – AAA ahora mismo y podría terminar en el roster de Grandes Ligas”, afirmó el experimentado cazatalentos a mediados de 2017.
Luego de recibir la agencia libre, ser entrenado por varios preparadores (entre ellos su padre) y no llegar nunca a un acuerdo profesional, el atleta que este año cumplirá 25 decidió regresar a Cuba a inicios de 2018 y poco tiempo después se proclamó campeón con Diez de Octubre en la Serie Provincial.
Posteriormente, el oriundo del Cerro volvió a vivir otra temporada fuera de Cuba en pos del sueño profesional, algo que tampoco consiguió durante varios meses en México, según informó una fuente a Cubalite.
Por esa razón retornó a la Isla a finales de 2019 y participó con Diez de Octubre en la última justa provincial. Su rendimiento le permitió ser convocado a la preselección de Industriales, anunciada en febrero pasado, como jardinero.
Al decir de un pelotero incluido en el concentrado azul, tras varias semanas de preparación, Miranda fue eliminado del grupo por bajo rendimiento, además de que su brazo de lanzar ya no tiene la potencia de antes. La misma fuente declaró que él intentó representar a otras provincias de cara a la Serie 60 tras ser excluido de la pre azul, gestiones sin respuestas favorables.
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