En el momento en que usted lea estas líneas pueden existir dos realidades bien diferentes relacionadas con la final de la Liga de Béisbol Profesional de Nicaragua. Una: que los Tigres de Chinandega hayan salido airosos ante los Leones de León este martes y de esa manera se mantengan con vida en la disputa de la corona, con dos triunfos y tres reveses. La otra: que los Leones hayan obtenido ayer la victoria, resultado que les abriría las puertas del título, tal y como ocurrió en la temporada anterior, cuando perdieron en el primer juego ante los Tigres y después ganaron cuatro partidos en fila.
Independientemente de lo que haya ocurrido en ese importante encuentro de este martes, hablaré del desempeño mostrado en la actual contienda por uno de los dos peloteros cubanos que intervienen en la final: el holguinero Yunior Paumier, refuerzo del conjunto de Chinandega —el otro es el granmense Adrián Moreno, de los Leones.
Profunda ha sido la huella del jugador de cuadro de la Ciudad de los Parques en el circuito pinolero y si se analiza que es su debut en un torneo profesional, pues el mérito redobla su valor. Paumier llegó a Nicaragua en la primera quincena de noviembre, días antes de que comenzara el torneo, después de solicitar su baja del equipo Holguín, eliminado en la primera fase de la Serie Nacional. En esa etapa bateó. 246, con 35 imparables, nueve dobles, cinco jonrones y 16 impulsadas.
Como uno de los refuerzos extranjeros de los Indios del Bóer coincidió en ese club a lo largo de la etapa regular con el torpedero cienfueguero Darián González y con su coterráneo Maikel Cáceres, quien se incorporó más tarde. Se podría decir que durante varios choques el rendimiento de Paumier estuvo por debajo de sus proyecciones y confieso, que luego del despido de Darián, pensé que el oriundo de la Ciudad de Holguín podría pasar también ese mal rato.
Por suerte, poco a poco fue mejorando su average y otras estadísticas de importancia y del sexto o séptimo madero pasó a ocupar turnos de mayores responsabilidades. Al finalizar el segmento clasificatorio, la tribu no consiguió avanzar a la postemporada, pero Yunior fijó guarismos que lo ubicaban en una posición muy cómoda en pos de reforzar a algunos de los tres planteles que disputarían el play off.
Su rendimiento de la mitad en adelante le permitió estirar su average hasta .360 (quinto mejor del torneo), disparar cuatro bambinazos (quinto) y reunir 111 veces al bate (tercero). Además, lideró la casilla de los tubeyes con 11 y concluyó tercero en imparables (40), boletos (17, tres intencionales) y extrabases (15) y quinto en slugging (.568). En un choque frente a los Gigantes de Rivas bateó de 5-5 y estuvo en todos los encuentros de su escuadra.
El manager panameño Lenin Picota y el resto del colectivo técnico de los Tigres de Chinandega se hicieron de sus servicios para enfrentar la postemporada, donde también participaron los Leones de León y los Gigantes de Rivas. Con la calidad concentrada, pues en esta etapa cada elenco se blindó con dos refuerzos, el holguinero demostró una fenomenal actuación madero en ristre, la cual, perfectamente podría darle serias garantías de asistencia para la venidera contienda nica.
El antesalista terminó líder en anotadas (nueve) y boletos (siete), tercero en inatrapables (12), cuarto en average (.387) y OBP (.513) y decidió el último partido ante los Gigantes de Rivas, con hit en el noveno episodio, conexión que eliminó a los Gigantes y clasificó a la final a los Tigres.
La instancia decisiva comenzó el 8 de enero y, antes del juego de ayer, Yunior promediaba, en tres choques —se ausentó al tercero por una molestia—, .222, con dos indiscutibles, cuatro boletos y ningún ponche como cuarto madero.
Ese es de los. Buenos de verdad pero por desgracia en cuba a los buenos no los tienen en cuenta cuando no les gusta a los señores que drigen el béisbol,arriba holguinero un abrazo de un. coterraneo que te admira y sabe lo que vales, exitos