El 17 de julio de 2022 es un día inolvidable -no tiene otro adjetivo- para el pelotero cubano Remigio Leal González. Les explico por qué.
El pasado domingo, en la ciudad española de Barcelona, se le realizó una merecidísima ceremonia de despedida como jugador activo, después de más de 40 años de desempeño en ligas de Cuba, Nicaragua, Japón, España, Francia e Italia, y representar a selecciones nacionales antillanas e ibéricas. El homenaje al deportista de casi 59 almanaques ocurrió luego del último enfrentamiento de la etapa regular de la División de Honor (DH), entre las novenas CBS Antorcha de Valencia y CBS Barcelona.
No existió mejor regalo del club catalán, su equipo, que ganar los dos choques dominicales a su rival de turno. Por si fuera poco, uno de los dos triunfos llevó su firma. En el encuentro finalizado con pizarra de 14-4, él abrió y logró caminar 5.1 innings, con dos imparables, no permitió carreras, tampoco regaló boletos y ponchó a dos bateadores.
Luego de su última actuación desde la lomita, Leal finalizó la temporada invicto, gracias a dos ganados en siete presentaciones (tres aperturas), además de promedio de carreras limpias de 4,21, 17 ponches y solo cinco transferencias en 25.2 entradas; le batearon .317 y no permitió cuadrangulares.
Fue en la DH, circuito español de más nivel, donde el vueltabajero desplegó la mayor parte de su carrera tras marchar de Cuba a finales de la década de los noventa. Su campaña de debut tuvo lugar en 1999 con Viladecans y hasta la actual archivó 14 ediciones con seis clubes, según mis archivos. En las cinco contiendas jugadas entre 2008 y 2022 consiguió balance de 11-7 en 54 encuentros (15 iniciados), con ocho rescates, 159 ponches y 56 bases por bolas.
Por otra parte, su bautismo de fuego con el conjunto ibérico sucedió en el Campeonato Europeo desarrollado en Barcelona (1-1; 4,50; 2 salvados), en 2007. Ese mismo año asistió a la Copa Mundial en Taipéi de China y en el siguiente acudió al Torneo Preolímpico (1-1; 8,64), igualmente celebrado en ese país asiático.
En el béisbol italiano tuvo varias experiencias, pero, sin dudas, las más importantes quedaron en sus cuatro años consecutivos (2009, 2010, 2011 y 2012) trabajando para Caffe Danesi Nettuno en la Italian Baseball League, por aquel entonces nombre de la categoría principal. Como dijimos algunos párrafos arriba, sus prestaciones también se trasladaron a la División 1 de Francia, en 2016, con Chartres French Cubs (18 encuentros, 3-5, efectividad de 3,38, dos rescates, 24 boletos y 48 ponches en 48 episodios, le batearon .229 y no toleró bambinazos).
Su paso por la Serie Nacional cubana registró nueve temporadas con elencos vueltabajeros y como parte de su faena ganó 53 desafíos, perdió 38, salvó ocho y su promedio de limpias fue 4,16.
Su último curso fue el 1995-1996, pues estuvo entre los numerosos peloteros antillanos perjudicados por el tristemente célebre retiro masivo de los 90. A causa de esa arbitraria medida terminó jugando en Japón y en Nicaragua, con Leones de León (1997 y 1998).
Sirva este resumen sobre su trayectoria deportiva en diferentes países como un sencillo homenaje a su entrega y pasión por este deporte que es el béisbol.
Les dejamos con más imágenes de su retiro:
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