Entre los fanáticos de la comida sana, además de las frutas y vegetales, existe un ingrediente muy popular: el tofu. Este es un producto derivado de las legumbres (las habas) de la soja y se obtiene cuajando la leche resultante luego de remojar, moler y filtrar los granos de soja.
El tofu no es líquido: tiene un parecido visual y textura similar al queso. Es el resultado de la coagulación de la llamada «bebida de soja» y su prensado posterior en el que se separa la parte líquida de la sólida. De modo similar a como se prepara el queso a partir de otras leches, también se presiona y se enfría en moldes.
El también conocido como queso de soja no es un ingrediente nuevo. Desde hace unos dos mil años ha sido ampliamente utilizado en la cocina tailandesa y china. Sobre su origen hay varias versiones, pero todas lo ubican en el continente asiático. China, Japón y Tailandia lo emplean como fuente significativa de proteínas. No es hasta los años 60 del pasado siglo que se introdujo en Occidente debido al interés por la comida saludable.
Según la nutricionista del espacio dedicado a la alimentación de la cadena británica de noticias, BBC GoodFood, el tofu es una excelente fuente de proteína, hierro, calcio, fósforo y contiene todos los ocho aminoácidos esenciales. Tiene, además, un alto contenido de fitoestrógenos por lo que su consumo en mujeres cercanas a la menopausia puede aliviar los síntomas de esta etapa.
Patricia Carranza, naturópata, declaró a ABC que entre sus ventajas, “el tofu permite hacer una mejor digestión en relación con la carne, no deja tóxicos y contiene omega 3 y grasas saludables”. Lo considera muy recomendable para personas con el colesterol alto.
Por lo general, el tofu se puede comprar en bloque o en paquetes individuales. Algunos contienen un líquido para su refrigeración y conservación. Una vez abiertos, se recomienda lavarlos.
Entre sus variedades, existen dos tipos esenciales que se pueden diferenciar por su textura: el cotton tofu o tofu de algodón que es más firme y el silken tofu o tofu de seda que es más suave y a algunos le recuerda al flan.
Este producto cada vez está ganando más adeptos, pues no solo es apreciado en las dietas veganas-vegetarianas, sino porque es una propuesta gastronómica que aúna sabor y salud y es fácilmente combinable con otras elaboraciones. Aquí te dejamos una receta sencilla:
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