El género péplum, también conocido como «espada y sandalia», es una de las vertientes del cine de aventuras que, aprovechando la excelente apoyatura que ofrecen los contextos históricos reales, ha propiciado la creación de filmes y series de televisión muy recordados.
Entre sus principales representantes se cuentan cintas como Ben-Hur (1959), Spartacus (1960), Cleopatra (1963), Gladiator (2000), Troy o Alexander, estas últimas de 2004, así como producciones seriadas de la talla de Rome (2005-2007) o Spartacus —Blood and Sand y sus secuelas— (2010-2013).
Sin embargo, desde hacía más de una década no recibíamos noticias de nuevas propuestas de este estilo, hasta que hace unos meses conocimos del estreno en noviembre próximo (el 15, exactamente) de Gladiator II y la llegada a las plataformas de streaming Peacock y Amazon Prime Video, de Those About To Die, otra serie de drama épico ambientada en la época romana.
El título en cuestión está inspirado en el texto homónimo de Danniel Mannix, el cual fue publicado en 1958 y posteriormente sirvió como inspiración para que Ridley Scott desarrollara la aclamada Gladiator.
Detrás de cámaras, el audiovisual contó con la experiencia de los directores alemanes Roland Emmerich (Independence Day, The Patriot, The Day After Tomorrow) y Marco Kreuzpaintner (Der Fall Collini, Sommersturm, Trade).
El show comienza en el verano del año 79 d. C., momento en que el emperador Vespasiano (Anthony Hopkins) está en sus últimos días. Con el líder a punto de dejar este mundo, y en medio de la construcción del Coliseo, sus dos hijos, el soldado Tito (Tom Hughes) y el político Domiciano (Jojo Macari), sostienen una callada pero tensa lucha por ver quién hereda el trono.
Mientras esto sucede, tenemos a otro grupo de personajes encabezado por Tenax (Iwan Rheon), un influyente señor del crimen y dueño de una taberna de apuestas que desea convertirse en patricio; la matriarca númida Cala (Sara Martins-Court), quien desea salvar a sus tres hijos de las garras romanas que los robaron de su tierra; y el andaluz Andria (Eneko Sagardoy), un criador de caballos que llegó a la gran ciudad junto a sus dos hermanos y ansía convertirse en auriga.
Lógicamente, se trata de una historia coral en donde las motivaciones y conflictos de los protagonistas suelen entrecruzarse con frecuencia. Cierto es que el mayor peso dramático recae en Tenax y sus intrigas, pero los demás caracteres también tienen una relevancia notable en lo que los norteamericanos llaman the bigger picture.
Más allá de la frase que le da título, la cual hace referencia directa a los gladiadores, Those About To Die intenta ser un retrato más abarcador de la gran capital que fue Roma. Además de las sangrientas peleas en la arena, podremos conocer sobre las relaciones de poder, sus negocios, la geografía y sus formas de entretenimiento, que van desde las casas de placer hasta las violentas carreras de cuadrigas en el Circo Máximo.
Por otra parte, la pluralidad de personajes y culturas que encontramos en los diez episodios que componen esta temporada, nos permite tener una visión más real de lo que fue el imperio en sí y, aunque todo sucede en una misma urbe, podemos notar el choque de culturas y puntos de vistas tan natural en un constructo de proporciones masivas.
Es aplaudible la ambición de los realizadores por narrar en diez partes, cada una de aproximadamente una hora de duración, todos los dramas que hay contenidos las historias individuales. Pudiera suceder que a ratos el metraje parezca excesivo, pero el correcto balance entre los diálogos y la acción permite que naveguemos por este relato de una forma más gustosa.
Visualmente se notan muchas vibras a tono con dos aproximaciones tan diferentes como Rome o Spartacus, y al igual que esta última, el excesivo uso de fondos y secuencias generadas por computadora lastra bastante una cinematografía que en los apartados de escenografía (de interiores sobre todo), maquillaje y vestuario, ostenta niveles altísimos.
Si los efectos visuales y el CGI se cuentan entre los principales defectos de Those About To Die, tampoco son el peor de ellos. Son los diálogos, ese elemento conector de escenas y personajes, lo menos bueno que ofrece esta serie, que pretende mostrarnos la grandeza de Roma con líneas que en ningún caso resultan particularmente dignas de pasar a la posteridad como clásicos del cine y la televisión.
Visto lo visto, y aún sin confirmarse una posible segunda temporada, hay que decir que Those About To Die es una propuesta que pasa la prueba con más que un aprobado, pese a tener defectos como exceso de metraje, tramas previsibles, visualidad irregular y actuaciones bastante normalitas, salvo en el caso de esos monstruos que son Hopkins y Rheon.
Estamos ante un show entretenido, con buena puesta en escena, espectaculares secuencias de acción y un acabado elegante. Históricamente no es la más acertada, pero tampoco es el Napoleón (2023) de Ridley Scott. En resumen: una apuesta tan arriesgada como las disputas en la arena, la cual ojalá no reciba el dedo hacia abajo a la hora de la renovación.
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