Desde su primera publicación, en 1939, el personaje de Batman ha despertado el interés de los amantes de las historietas y de todos los productos derivados de ellas. Los relatos sobre el sujeto que de día es el playboy millonario Bruce Wayne, y de noche se convierte en el justiciero protector de Ciudad Gótica, son considerados como clásicos del comic, no solo por lo atractivo de su protagonista, sino también por la fabulosa galería de villanos que constantemente suponen retos para su intelecto.
Entre los principales enemigos del Caballero Oscuro se encuentran iconos como el Guasón, Ra’s al Ghul, Gatúbela, el Sr. Frío, El Acertijo, Dos Caras, Hiedra Venenosa, El Espantapájaros o Bane. Además de ellos, y aunque no aparente ser tan amenazante como sus malvados colegas, el Cruzado Enmascarado ha tenido otro formidable enemigo en Oswald Cobblepot, el maquiavélico señor del crimen conocido como El Pingüino.
Hace un par de años, fue estrenado el filme The Batman, enésima adaptación del Cruzado Enmascarado, dirigida por Matt Reeves y eventualmente aclamada por el público y la crítica. En esta cinta, viajamos a una versión sumamente realista del microuniverso de Batman, y conocimos una deliciosa nueva variante de Oz, interpretado por un casi irreconocible Colin Farrell (gracias al grandioso trabajo realizado por Mike Marino en el diseño del maquillaje protésico).
Tras el enorme éxito de aquel largometraje, HBO decidió dar luz verde a un spin-off centrado en ese genio criminal de andar torcido y sonrisa macabra. Finalmente, tras más de un año de desarrollo, el pasado 19 de septiembre The Penguin debutó simultáneamente en la cadena de televisión por pago y en la plataforma de streaming Max.
Esta serie limitada, creada por Lauren LeFranc, nos cuenta las aventuras de Oswald Cobb, “Oz” (versión acortada del original Cobblepot), justo después de los sucesos del filme anterior. Junto a él regresamos a una Ciudad Gótica que aún sufre las secuelas del terrible ataque del Acertijo, y somos testigos de cómo Oz intenta ganar poder e influencia en un mundillo criminal que ha quedado desbalanceado, entre otras razones, por la muerte del capo Carmine Falcone (Mark Strong).
Durante su viaje rumbo a convertirse en uno de los peces gordos del hampa en Gótica, Oz encontrará aliados inesperados, como es el caso del joven sin rumbo Victor Aguilar (Rhenzy Feliz), a quien toma bajo su manto.
Además, El Pingüino deberá lidiar con el retorno a casa de Sofia Falcone (Cristin Milioti), una asesina en serie y criminal convicta conocida como El Ahorcado; con el resto de la familia Falcone, ahora liderada por Luca (Scott Cohen), hermano de Carmine, y por Johnny Viti (Michael Kelly). Con ese objetivo, buscará forjar una peligrosa alianza con otro de los jefazos del hampa: Salvatore Maroni (Clancy Brown), quien sigue moviendo los hilos de su negocio desde prisión, ayudado por su esposa Nadia (Shohreh Aghdashloo).
A diferencia de muchas presentaciones anteriores (sobre todo las animadas), en donde se le caricaturiza bastante, este Pingüino es un sujeto multidimensional dentro del cual se juntan el ser despiadado, capaz de prácticamente todo con tal de sobrevivir y lograr sus planes, y un tipo que aún conserva sentimientos positivos, a pesar de haber sufrido física y mentalmente más de lo que cualquier persona debería haber soportado.
Igual que en Batman Returns y en la serie Gotham, en donde fue interpretado de forma maravillosa por Danny DeVito y Robin Lord Taylor, respectivamente, la “monstruosidad” de este Oswald está dada, más que por sus características físicas, por la frialdad con que traiciona, asesina y comete otro tipo de actos deleznables. No obstante, en todo momento sentimos que bajo sus profundas capas de villanía también se esconde el niño tímido que alguna vez soñó con ser algo más que un peón al servicio de la mafia.
Más allá del magnetismo que desprende Farrell, debemos decir que el show acierta en mantener el tono de The Batman, pero también en mostrarnos una identidad definida, un factor que podría llevarlo a ser una suerte de puerta de entrada alternativa a este universo “batmanesco”, desarrollado por Reeves y compañía.
Estéticamente, estamos ante una aproximación más luminosa a esta ciudad, tradicionalmente mostrada bajo el filtro nocturno que sirve de cómplice y testigo a las hazañas del héroe murciélago. Obviamente aquí hay muchas más acciones a plena luz del día, aunque lo oscuro sigue jugando un papel destacado gracias a la pericia del fotógrafo Darran Tiernan, capaz de ofrecernos planos llenos de belleza, atrevimiento y, cómo no, de una nitidez que no le habría venido mal a Game of Thrones en algunos tramos.
La música de Mick Giacchino, cuyo padre, Michael, compuso la banda sonora de The Batman, está a la altura de la orquestada por su predecesor, y nos ayuda a navegar por la atmósfera gris y lluviosa de una urbe rota, en donde la vida al filo de la ley puede ser emocionante y mortal a partes iguales.
El elenco, que encabeza magistralmente el bueno de Colin en uno de los roles más completos y brillantes de su ya descomunal carrera, es prestigiado además por el excelso trabajo de Milioti y Brown, dos verdaderos portentos en cada escena. Por si fuera poco, tenemos el placer de gozar de la estelar presencia de otros nombres como el de Carmen Ejogo (Eve Karlo), Deirdre O’Connell (Francis, la madre de Oz), Theo Rossi (Doctor Julian Rush) y Mark Strong, quien esta vez hace una aparición especial como Carmine Falcone, defendido por John Turturro en el largometraje previo.
Con cinco episodios por delante (salen cada domingo), ya es perfectamente justo decir que The Penguin ha pasado a prestigiar la lista de las mejores series del año y, de paso, ha contribuido a elevar todavía más el legado de Batman y su rica mitología gracias a una propuesta cruda, elegante y narrativamente redonda, que significa el puente perfecto entre la aclamada película de 2022 y su secuela, programada para el todavía lejano 2026.
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