En esta 60 Serie Nacional de Béisbol, al menos de momento, no podremos ver a un joven con gran proyección en cuanto a ofensiva se refiere. Tiene 21 años y lleva ya dos temporadas consecutivas rindiendo a gran altura en el certamen provincial artemiseño. Entre 2019 y 2020 conectó cuatro y seis cuadrangulares (en ambos fue líder en vuelacercas, pero si piensa que las cifras son bajas, tenga en cuenta lo cortos que son este tipo de torneos) y promedió .420 y .426, respectivamente. En el más reciente también encabezó las impulsadas (25) y el slugging, apartado en el que también fue puntero en 2019. Pese a ello, en el primer año no pasó de la preselección provincial y en el segundo fue incluido a última hora para luego quedar fuera.
Hablamos de Rolando Torres Pinto, pelotero de Alquízar que tampoco ha podido debutar en campeonatos para menores de 23 años. Hace unos meses, publicamos aquí que después de varias trabas para obtener su carta de liberación, decidió probar suerte en el equipo de Las Tunas, elenco que, a priori, le sería muy difícil integrar, puesto que es uno de los más fuertes del país y posee una alineación bastante establecida desde hace algunos años en nuestros clásicos nacionales.
“Al director Pablo Civil le hablaron de mí y entonces me dijo que me incorporara a la preselección de Las Tunas para verme en los entrenamientos, él nunca me había visto jugar. Pensé que el proceso de aclimatación iba a ser más difícil, por la lejanía y otros factores, pero me encontré un equipo muy unido y chévere. Civil me dijo que no puedo estar al parejo de sus jugadores y tengo que sobresalir por encima de ellos, por tratarse de un elenco muy ofensivo”, comentó en aquella ocasión a nuestra revista.
Luego de formar parte de la preselección de los Leñadores, a inicios de septiembre, cuando fue ratificada la nómina oficial, conocimos que, finalmente, Torres no integraría el conjunto. Para conocer detalles sobre esa situación, contactamos con él.
“Me dijeron que era muy joven todavía y que debía seguir luchando. También me comentaron que tenía algunas condiciones, pero actualmente el equipo de Las Tunas es muy fuerte y da la casualidad de que me desempeño en las mismas posiciones (primera base y los jardines) que ocupan varios de los peloteros que juegan de forma regular allí”.
Nos explicó que en los topes de preparación en que participó se fue de 5-2, pero que el mentor, Pablo Civil, le manifestó que había tenido muy poco tiempo para verlo (dos partidos) y que, idealmente, hubiera necesitado observarlo en más ocasiones.
Ahora mismo, no sabe si tenga oportunidad de ser dado de alta en algunos de los choques definidos para ello, pues todavía se halla en la reserva de los Leñadores. Por el momento, sigue entrenando en Artemisa para no perder la forma. Resta esperar a que llegue el próximo torneo sub-23, “porque creo que ya no me queda otra”, añadió.
“También pude haber intentado jugar en otra provincia, pero no tengo esos contactos en ninguna”, sentenció.
Con la ausencia de Rolando, la Serie Nacional pierde un jugador con enormes potencialidades ofensivas. Podría argumentarse que una de sus debilidades es la cantidad de ponches que recibe, pero este es un elemento con el que perfectamente podrían lidiar equipos que necesitan bateo, como el de Artemisa y otros tantos en el campeonato, puesto que el jugador ha demostrado en varias ocasiones que cumple de forma notoria con el madero al hombro.
Por otro lado, un usuario que comentó en el anterior trabajo que publicamos sobre este joven, expuso un argumento muy válido en ese sentido. Quien se identificó como José Luis, entrenador de pitcheo del conjunto alquizareño, se cuestionó el hecho de que, si todos los peloteros de Artemisa se enfrentaron a los mismos lanzadores, ¿por qué entonces no batearon más que el muchacho?
Con relación a lo último que nos dijo Torres, quizás la Dirección Nacional de Béisbol podría crear una especie de bolsa de descartes o algo similar en la que se den a conocer a todos los managers los detalles (estadísticas en la última Provincial, posiciones que juegan…) de los beisbolistas que no son tenidos en cuenta por los equipos de los territorios en que residen. Ello, probablemente, evitaría que casos como este sigan sucediendo y provocaría que varios jugadores puedan ser llamados con tiempo por otros conjuntos que pudieran necesitarlos.
El problema también es que Pablo ha sufrido con peloteros que vienen a la provincia y cuando rinden se van a su respectiva localidad, eso limita el desarrollo de los jóvenes del territorio. Este muchacho puede hacerse de un puesto en Las Tunas si espera al año próximo, Larduet ya esta viejo, Quiala igual y Danel está al retirarse.
Que se sacrifique y Para la Isla
Dificil que salga adelante en otro lugar