
Es enorme la cantidad de peloteros cubanos que se van de la isla buscando las Grandes Ligas. Y luego están quienes encuentran su lugar en rincones inesperados del mundo. El jugador de cuadro Marlon Chayanne Jiménez Ramos es de estos últimos.
A sus 33 años, este bateador nacido en Cuba se ha consolidado en Alemania. Y no solo eso: se ha convertido en uno de los jugadores clave de los Guggenberger Legionäres, equipo de la Deutsche Baseball Liga que ha apostado fuerte por él.
De Industriales a Alemania: un camino poco convencional
Marlon jugó con Industriales en la 60 Serie Nacional (2020-2021). Pero las cosas no salieron como esperaba. Solo tuvo 40 turnos al bate y dejó un promedio de .156. Nada del otro mundo. De esos números que te hacen replantearte todo.
Y entonces tomó una decisión: salir de Cuba. Pero no hacia Estados Unidos, como muchos. Sino hacia Europa.
Desde 2021, Marlon juega en Alemania. Empezó con los Hamburg Stealers, luego pasó a Mainz, donde durante dos temporadas fue uno de los bateadores dominantes de la liga. Y el año pasado llegó a los Legionäres, donde ahora se siente como en casa.
Una primera temporada con sabor agridulce
En la finalizada campaña, el equipo llegó a la final de la justa, después de liderar la división sur con un balance de 25 victorias y solo 5 derrotas. Eliminaron a los Hamburg Steelers en semifinales. Pero cayeron en la discusión del título ante Heidenheim Heideköpfe.
Marlon jugó 20 partidos en la fase regular. Tuvo 72 turnos al bate, conectó 23 hits (promedio de .319), con dos dobles, 15 carreras impulsadas, 10 boletos y solo cinco ponches. Su porcentaje de embasado quedó en .395 y su slugging en .347.
Números sólidos. Pero en la postemporada apenas pudo aportar.
Matt Vance confía en él
Desde el inicio del certamen, el entrenador de los Legionäres, Matt Vance, tenía claro lo que Marlon podía hacer.
«Marlon aporta una gran experiencia. Estamos encantados de tenerlo de vuelta en el equipo. Ha demostrado que puede ser uno de los mejores bateadores de la liga. Ya ha estado trabajando duro en la pretemporada y estoy ansioso por ver cómo su esfuerzo da frutos en el campo», declaró Vance.
Y esa confianza no es gratuita. Jiménez lleva años demostrando su calidad en Europa. Ha jugado también en ligas de Italia y España. Ha recorrido medio continente con el bate al hombro. Y en cada parada ha dejado claro que tiene talento.
Un jugador con hambre de revancha
Ahora, en su siguiente temporada con los Legionäres, pues lo más probable es que regrese al equipo, Marlon seguramente querrá dejar huella. Aspirará a demostrar que puede ser el bateador que el equipo necesita para dar el siguiente paso y borrar el sabor amargo de esa final perdida.
A sus 33 años, el habanero ha encontrado su lugar en el béisbol alemán. Lejos de las luces de las Grandes Ligas, pero con una carrera sólida, una familia feliz en la ciudad de Regensburg y un equipo que confía en él.
Y a veces, eso es más que suficiente.
Porque al final del día, el béisbol no se trata solo de llegar a las Grandes Ligas. Se trata de encontrar tu lugar. De jugar con pasión. De sentirte en casa.
Y Marlon Jiménez, el cubano que dejó Industriales con un .156 de promedio, ha encontrado todo eso en Alemania.
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