Recientemente, el diario británico The Guardian ha publicado la carta de una lectora que propuso un novedoso método para combatir el cambio climático. Según ella, este procedimiento pudo percibirlo durante una visita que realizó a Cuba hace unos años.
Resulta que Mary Brown leyó un artículo que había aparecido en ese diario días atrás. La tesis de aquel texto se centraba en el autostop como vía para reducir la congestión del tráfico en Bruselas. La mujer se decidió, entonces, a esbozar su teoría.
«Llevo tiempo pensando que necesitamos una campaña para volver a hacer autostop», escribió la residente en Stroud, Gloucestershire.
Luego, explicó su experiencia en Cuba, elemento que la motivó a redactar su idea. «Hace muchos años (antes de la muerte de Castro) tuve unas vacaciones en Cuba. Hubo una grave escasez de combustible, debido al bloqueo de Estados Unidos. Allí, nos dijeron, era un delito no recoger a los autoestopistas».
¿Podría un sistema de este tipo, o el de Bruselas, establecerse aquí? Podríamos empezar si todos comenzamos a hacer autostop y revelamos por qué. ¿Quizás podríamos llevar un letrero con nuestro destino deseado y “reducir las emisiones” claramente?», sentenció Brown.
«Pedir botella», como lo conocemos en Cuba, es algo que realizan muchas personas en todo el país como remedio considerable para llegar a tiempo a un lugar específico. Deberíamos tener en cuenta a la lectora británica. Una campaña para hacer autostop podría ser una solución más que valiosa.
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