«Nadie tenía esperanzas en él»: Cubano calla bocas con su regreso a MLB tras superar la adversidad

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Orlando Ribalta durante su debut en Grandes Ligas en 2024 ante Orioles de Baltimore. Foto: Greg Fiume/ Getty Images.

El pitcher cubano de los Nacionales de Washington, Orlando Andrés Ribalta, escribió un nuevo capítulo en su prometedora carrera este 2 de agosto, cuando regresó a las Grandes Ligas tras una ausencia de cuatro meses. Su vuelta al máximo nivel del béisbol mundial no pudo ser más sólida: lanzó la octava entrada completa en la derrota contra los Cerveceros de Milwaukee, no permitió hits ni bases por bolas y registró un ponche, demostrando que su rehabilitación había sido exitosa.

Una lesión que puso a prueba su resistencia

Su temporada 2025 ha estado marcada por los desafíos físicos. Una distensión del bíceps derecho lo mantuvo alejado de la alta competición durante un período crucial. Según su perfil en la web oficial de MLB, tras volver a MLB, el 13 de abril fue colocado en la lista de lesionados, iniciando un proceso de recuperación que requirió paciencia y dedicación.

La rehabilitación en cuanto a partidos oficiales comenzó formalmente a inicios de julio con los Senadores de Harrisburg, del nivel AA, extendiéndose posteriormente a AAA. Durante este período de recuperación, que duró exactamente tres meses desde la lesión inicial, Ribalta demostró que había superado completamente sus problemas físicos. En siete salidas combinadas entre ambos niveles de Ligas Menores, permitió únicamente dos carreras limpias, ponchó a cuatro rivales y concedió la misma cifra de boletos, números que evidenciaron su preparación para el regreso.

La vuelta triunfal

Los movimientos dentro del bullpen de los Nacionales, producto de los intercambios típicos de la temporada de MLB, crearon la oportunidad perfecta para el retorno del santaclareño. Su actuación del pasado sábado confirmó que la organización había tomado la decisión correcta al promoverlo nuevamente al equipo principal.

En la temporada actual, actuando exclusivamente como relevista, Orlando presenta guarismos que reflejan su potencial. Con un récord sin victorias ni derrotas, ha registrado siete ponches y concedido cuatro bases por bolas en 8.2 entradas lanzadas. Su promedio de carreras limpias se sitúa en 5.19, mientras que su WHIP de 1.038 indica un control sólido sobre los bateadores rivales. Si logra mantenerse saludable, todo apunta a que conservará una plaza fija en el bullpen hasta el final de la temporada.

Un gigante con historia de superación

Con sus imponentes 6 pies y 7 pulgadas de estatura, Ribalta, quien cumplió 27 años el pasado 5 de marzo, representa una historia de perseverancia y adaptación. Su llegada a Estados Unidos en 2010, siendo apenas un niño, marcó el inicio de un viaje que lo llevaría hasta los montículos de las Grandes Ligas.

Sus raíces beisboleras se remontan a la isla, donde compartió terreno con futuros talentos como Yosver Zulueta y Ariel Pestano Jr. en la categoría 11-12 años, según reveló en una entrevista con el periodista Francys Romero. Esta experiencia temprana en el béisbol cubano le proporcionó las bases técnicas que posteriormente desarrollaría en el sistema estadounidense.

El camino hacia las Grandes Ligas

La historia profesional de Ribalta comenzó cuando los Nacionales de Washington lo seleccionaron en la duodécima ronda del Draft Amateur de 2019, firmándolo por un bono de 125 mil dólares. Desde entonces, su evolución ha sido notable, especialmente en los aspectos técnicos de su pitcheo.

El entrenador puertorriqueño Héctor Berríos ofreció una perspectiva reveladora sobre la transformación de Ribalta en declaraciones al programa Un Podcast de las Mayores. «Cuando llegó al spring training en marzo, nadie tenía esperanzas en él», confesó Berríos. Sin embargo, todo cambió durante una sesión de práctica en vivo, cuando su recta comenzó a registrar velocidades de 98-99 millas por hora, superando incluso las expectativas del propio lanzador, quien creía estar lanzando entre 93 y 94.

La clave de su éxito, según Berríos, ha estado en aprender a utilizar correctamente todo su cuerpo: piernas, espalda y brazos en perfecta sincronización. Este ajuste técnico le permitió superar los problemas iniciales con su bíceps y potenciar su ya impresionante velocidad.

Una trayectoria de constante crecimiento

El camino de Ribalta hacia el pináculo del béisbol ha estado lleno de desafíos típicos de los jugadores internacionales. Debutó en 2019 en la Gulf Coast League (nivel para novatos) con números prometedores, pero la pandemia de 2020 interrumpió su desarrollo al cancelarse las temporadas de Ligas Menores.

Entre 2021 y 2022 su progreso fue gradual, pero 2023 marcó un punto de inflexión cuando logró establecerse en el nivel AAA. Fue en 2024 cuando finalmente alcanzó su sueño de debutar en las Grandes Ligas.

El debut memorable

El 13 de agosto del pasado año quedará grabado para siempre en la memoria del antillano como el día de su debut en el Big Show. En la victoria de los Nacionales como visitantes ante los Orioles de Baltimore, subió al montículo en el noveno episodio. Aunque el primer bateador, Cedric Mullins, le conectó un hit por el campocorto y el siguiente también le pegó un imparable al jardín central, Ribalta logró su primer ponche en la Gran Carpa al dominar a Ramón Urías.

La experiencia de debut incluyó momentos de tensión: con corredores en las esquinas, permitió un roletazo que forzó a un corredor, concedió una base por bolas y finalmente fue relevado. Sus números finales en esa temporada de debut fueron: 3.1 entradas, diez hits permitidos, cinco carreras limpias, dos bases por bolas, tres ponches, con un promedio de efectividad de 13.50 y WHIP de 3.600.

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