Los hermanos Laura y Alberto Caballero han sabido ganarse al público español —y a buena parte del cubano también—, gracias a su trabajo como guionistas en Aquí no hay quien viva (2003-2006) y La que se avecina (2007-presente), dos series que durante los últimos 20 años los han confirmado entre los mejores escritores de comedia de la nación ibérica.
Tras tanto tiempo dedicados al formato sitcom, en 2022 los Caballero lanzaron un nuevo show humorístico, pero algo distante de sus trabajos previos. El título de esta propuesta es Machos Alfa, una comedia que toma como punto de partida a la masculinidad tóxica para poner en evidencia ese y otros muchos aspectos que afectan al mundo actual.
La historia tiene como protagonistas a Pedro (Fernando Gil), Raúl (Raúl Tejón), Luis (Fele Martínez) y Santi (Gorka Otxoa), cuatro amigos cuarentones que pasan por sus propios calvarios personales mientras intentan adaptarse a la idea de qué es ser un “hombre” del presente.
Por el otro lado están Daniela (María Hervás), la novia influencer de Pedro; Luz (Kira Miró), una exitosa abogada que tiene una relación abierta con Raúl; Esther (Raquel Guerrero), cuyo matrimonio con Luis vive un profundo letargo; y la dupla de Álex (Paula Gallego) y Blanca (Cayetana Cabezas), la hija y la ex mujer de Santi, quienes lo empujan a salir de su zona de confort y lo ponen de los nervios, respectivamente.
El más grande acierto de Machos Alfa es su elenco. La mezcla de talento, química y gracia que tienen sus integrantes hace que conectemos de inmediato con sus personajes y nos lo pasemos muy bien junto a ellos, incluso cuando no estemos de acuerdo con ciertas cosas que hacen.
Durante la temporada inicial, que cuenta con diez episodios, el centro de atención es la cuadrilla de personajes masculinos, aunque sus contrapartes femeninas tampoco quedan relegadas y brillan a la altura de sus “parejas”, e incluso más.
En los primeros capítulos podríamos decir que se nota un desequilibrio en la representación de ambos sexos. Por un lado, ellos resultan los más simplones y presas del cliché, a la vez que ellas sí muestran los matices y el “jugo” suficiente para calificarlas como caracteres claramente superiores en el aspecto narrativo.
En esta tanda de apertura, los hombres reciben un castigo duro (y muy justo) por sus enormes meteduras de pata. Esto los lleva a terminar bastante mal, pero, más allá de eso, da la impresión de que se resignan a una suerte de incapacidad para vivir en una sociedad que les exige a ratos una perfección casi imposible.
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Luego, sucede que las mujeres reciben el perdón luego de haberse equivocado, lo cual en principio es una lección positiva, pero que, visto en perspectiva, agudiza el desequilibrio en la relación causa-efecto para los representantes de cada sexo, algo que pudiera ser visto como un defecto que sabotea el discurso de igualdad inherente al show.
Ahora bien, para la segunda parte de la serie, estrenada en este 2024, sí se nota que hay detrás de todo un arco de desarrollo mucho más interesante. En esta secuela, los “alfas” han crecido y esto se nota en su comportamiento más tolerante hacia el mundo que los rodea y, sobre todo, en la aceptación de sus defectos y en la intención por mejorar a pesar de ellos.
Además, igual que antes, las féminas continúan siendo el contrapeso dramático ideal y ahora con sus propios dilemas dan una dimensión más profunda al argumento en donde no faltan los momentos hilarantes.
En esta nueva tanda, indudablemente superior a su predecesora, los escritores dieron un salto de nivel y se fueron más allá de la crítica al machismo. Para estos episodios sacaron lascas a otros temas de actualidad y se atrevieron a meterse en el difícil “jardín” de cuestionar lo que se considera como “correcto”, en un mundo en donde a veces la ideología parece más moda que convicción.
En sentido general, Machos Alfa es una serie muy divertida con grandes actuaciones, que plantea excelentes preguntas que sacuden el debate de las masculinidades y el feminismo de hoy. Su idea es clara: entretener y ponernos a pensar lo justo para que tampoco se nos caliente el microprocesador.
Con la tercera temporada confirmada y aún en proceso de filmación, se estima que el audiovisual vuelva en 2025 con la solución a los enredos que quedaron abiertos y, posiblemente, con unos cuantos problemas más que surgirán sobre la marcha.
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