
El 3 de junio último fue noticia el anuncio de que el receptor cubano Yasmani Grandal, jugador de MLB desde 2012 hasta 2024, había elegido salirse de su contrato con los Red Sox de Boston, quienes lo firmaron en abril pasado y lo mantuvieron durante ese lapso jugando en AAA.
Ante el posible fin de la etapa activa de Grandal, en Cubalite hemos hecho un paneo por el recorrido de este oriundo de Güira de Melena, considerado por los especialistas como uno de los receptores cubanos más completos que han visto acción en la Gran Carpa, si no el que más. Como resultado, encontramos estadísticas que se mencionan muy poco, pero que hablan de la calidad de este máscara para mejorar el rendimiento de sus equipos desde detrás de home.
Todos conocen que el trabajo de un catcher se basa mayormente en recibir los envíos de los lanzadores y también en guiar a sus colegas sobre el montículo. Pero más allá de estas tareas, los enmascarados también dominan una suerte de arte engañoso conocido como framing (encuadre), el cual les sirve para capturar los lanzamientos que no vienen en la zona de strike y hacer ver al árbitro que sí parecen llegar dentro del área bateable.
Según el sitio de estadísticas Baseball Savant, para determinar la efectividad de un receptor en esta arista del juego, debe dividirse su vista en ocho áreas que se ubican fuera la zona de strike, las cuales conforman lo que se conoce como zona de duda o “de sombra” (shadow zone, en inglés). El encuadre muestra el porcentaje de strikes cantados de todos los lanzamientos sin swing en esa zona, mientras que la tasa de strikes muestra el total acumulado en todas las zonas.
Las carreras encuadradas del receptor (catching framing runs, en inglés) son aquellas que convierten los strikes en carreras salvadas con una base de .125 carreras/strike, e incluyen ajustes por estadio y lanzador. Para calificar en ese apartado, un receptor debe recibir al menos seis lanzamientos cantados por cada juego de su equipo.
Por ejemplo, en 2018, el receptor Jeff Mathis, por entonces al servicio de los Diamondbacks de Arizona, convirtió el 55% de los lanzamientos sin swing en strikes, números considerados como los mejores hasta ese momento de cualquier catcher.
De vuelta a Yasmani Grandal, hay que decir que en 25 512 lanzamientos recibidos, el cubano lidera el ranking histórico de Grandes Ligas en carreras encuadradas, estadística que comenzó a compilarse a partir de 2015. Su extraordinaria puntuación de 103 carreras evitadas en favor de su conjunto, le permite aventajar ampliamente a sus más cercanos perseguidores, Buster Posey (65), Austin Hedges (62) y Tyler Flowers (59).
Por otra parte, entre los jugadores de su posición con un mínimo de 1 500 lanzamientos recibidos, la tasa de strikes (50.4) del caribeño es la séptima mejor, aunque es justo decir que ninguno de los que se posiciona por delante del capitalino ha recibido más pitcheos en su carrera, y de ellos solo tres colegas superan los 10 mil envíos atrapados: Hedges (19 443), Posey (17 035) y Flowers (12 506).
Estos guarismos sirven para expresar el rol determinante de Yasmani en cada uno de sus equipos, en donde destacó con el madero, la mascota y también con la maña característica de los verdaderos extraclase.
Yasmani, catcher top durante más de una década
En su etapa infantil, Grandal, nacido en 1988, llegó a jugar como torpedero y antesalista en equipos nacionales de esa categoría. A los 10 años se marchó a Estados Unidos junto a su familia mediante el Programa de Visas de Diversidad para Inmigrantes, lotería internacional conocida por muchos en la Isla como “el bombo”.
En 2007, ya como estudiante de la Miami Springs High School, el joven fue catalogado entre los 20 mejores prospectos de secundaria y uno de los catchers defensivos más prometedores de cara al draft amateur de ese año, en donde eventualmente fue seleccionado por los Red Sox en la ronda 27, aunque él declinó para centrarse en sus estudios universitarios.
Tres años después de su primer draft, en 2010 los Reds lo eligieron como su primera opción desde la Universidad de Miami y a partir de entonces comenzó su carrera como profesional.
En la Gran Carpa vistió las franelas de Padres de San Diego (2012-2014), Dodgers de Los Ángeles (2015-2018), Brewers de Milwaukee (2019), White Sox de Chicago (2020-2023) y Pirates de Pittsburg (2024).
A nivel colectivo, tuvo la posibilidad de disputar dos Series Mundiales. En 2017, con el uniforme de los Padres, cayó en siete partidos ante los Astros de Houston, y al año siguiente, ya con los Dodgers, tampoco pudo coronarse tras ceder en cinco choques frente a los Red Sox de Boston.
Entre sus muchos méritos individuales, se cuentan el haber participado en dos ediciones del Juego de las Estrellas: primero en 2015, en duelo efectuado en el Great American Ball Park, casa de los Reds de Cincinnati; y luego en 2019 en la exhibición con sede en el Progressive Field, cuartel general de los Guardians de Cleveland, por esa época conocidos como Indians. Curiosamente, Yasmani tampoco pudo celebrar victoria alguna en estos duelos de mitad de temporada, pues ambas veces el representativo de la Liga Nacional cayó frente a sus pares de la Liga Americana, por pizarras de 6-3 y 4-3, respectivamente.
Durante sus 13 temporadas en las Mayores, durante las cuales vio acción en más de 1300 partidos, los números ofensivos de este bateador ambidiestro incluyen .236 de average, además de 977 indiscutibles, 194 jonrones, 183 dobles, siete triples, 592 carreras impulsadas, 535 anotaciones, .424 de slugging, 13 bases robadas en 20 intentos, 679 boletos y 1124 ponches.
A la defensa, el apodado como Yazmanian Devil (traducido como El demonio de Yazmania, en una clara referencia al personaje animado de los Looney Tunes) sentó cátedra en un total de 1211 juegos, en 1082 de los cuales figuró como titular. En 9637.1 entradas al campo y 10205 chances defensivas, cometió 72 errores, para un promedio de .993 detrás de home. Por otra parte, capturó a 185 corredores en 840 oportunidades, válidos para una efectividad del 21%, la 36ta mejor (compartida) entre 2016 y la actualidad.
Fuera de la pelota estadounidense, el antillano también jugó 19 encuentros para los Toros del Este durante la campaña 2014-2015 de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana.
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