Lo que cualquier competición deportiva necesita para mantener atrapados hasta el último momento a los fanáticos es la competitividad. El propósito de perseguir sanamente el triunfo, entre otras cosas, es un espectáculo que embelesa. Incluso, se puede ver más allá de la esencia misma de un atleta o equipo, como una admirable muestra de deferencia de ellos para quienes siguen cualquier deporte.
Y eso, competitividad y grandes dosis de entrega por conseguir la victoria, no faltó nunca en el finalizado Enfrentamiento de Campeones que atestiguó la urbe estadounidense de San Luis, donde se enfrentaron durante cinco días un quinteto de excelentes ajedrecistas de Estados Unidos contra otros cinco trebejistas de igual cantidad de países. El duelo, nombrado “Los Diez Reyes”, enganchó a millones de usuarios y a los asistentes a la instalación, de tal manera que, a falta de la última fecha, el único que se sabía ganador era el norteamericano Fabiano Caruana (2828), sobre el indio Pentala Harikrishna (2726).
Al término del último rey derribado en este enfrentamiento de partidas rápidas y blitz, el plantel de Estados Unidos —integrado por cuatro jugadores provenientes de Italia, Japón, Filipinas y Cuba, solo Sam Shankland (2731) ha jugado siempre representando a la bandera de las barras y estrellas— derrotó al sólido conjunto extranjero, cuyos miembros fueron, además del indio Pentala, el polaco Jan-Krzysztof Duda (2731), el checo David Navara (2738), el búlgaro Veselin Topalov (2740) y el húngaro Richard Rapport (2735).
Teniendo en cuenta que el triunfo en las partidas rápidas valía dos puntos y el empate una unidad, Caruana doblegó 35.5-12.5 a Harikrishna, Hikaru Nakamura (2749) 29.5-18.5 a Duda, Wesley So (2765) 28-20 a Navara, mientras que perdieron por los norteños Shankland 16.5-31.5 ante Rapport y Leinier Domínguez (2739) 22.5-25.5 contra Topalov.
Domínguez, por más de tres lustros la principal figura del ajedrez cubano y oficialmente representante de Estados Unidos desde diciembre pasado, perdió en los cotejos rápidos por 9-15 —solo ganó una partida y su contrario cuatro— y venció en las partidas relámpagos por 13.5-10.5 —triunfó en siete choques e igualó en 13—, pero, debido a que la puntuación en las rápidas ocurrió como explicamos, el mayabequense terminó derrotado. De haber sucedido de acuerdo al sistema de puntuación tradicional — la victoria se premia con una unidad y las tablas con media—, el match hubiese terminado con abrazo a 18 rayas. ¿Qué les parece?
Aunque el oriundo de Güines sucumbió, se fue a casa con un premio de 24 mil dólares, mientras que Topalov, campeón mundial en 2005, viajó a su país con el alivio de ingresar 36 mil dólares a su cuenta. El evento puso en juego una bolsa de 300 mil dólares.
Si algo le demostró este certamen al cubano es que necesita comenzar a intervenir, sistemáticamente, en torneos, para que paulatinamente vaya recuperando la espléndida forma que llegó a disfrutar en determinado momento cuando era integrante del equipo antillano. Entiéndase que hace 26 meses no reporta asistencia a lides de partidas tradicionales y sí esporádicas presentaciones en eventos de partidas rápidas y blitz. Por lo pronto, podría mover las piezas en el Spring Chess Classic 2019, del 2 al 10 de marzo en San Luis, y luego en el Campeonato Nacional de Estados Unidos, del 18 de ese mes al 1 de abril.
Sin embargo, de su concurso en esas dos justas no hay confirmación todavía, pero si algo es seguro es que sus seguidores están pendientes de cada torneo en que juegue, sin importar su nuevo país.
Leinier Domínguez debuta como representante de Estados Unidos
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